El pequeño había logrado sobrevivir, 2 meses a duras penas. Los constantes golpes y abusos por parte de sus compañeros, no lo dejaban seguir en paz.
Muchas noches, intento no llorar por culpa del dolor que lo afligía. El saber que su padre nunca más volverá a buscarlo, era algo que lo atormentaba casi siempre, al igual que la muerte de su hermano menor kotetsu.
Sentía que realmente fue su culpa, y que, ... Probablemente, su padre tenia razón.
Ese pensamiento, fue lo último en recorrer su mente. Luego caería dormido ante el velo de la noche.
Los rayos del sol, acariciaban el orfanato, los niños corrían por todo el patio mientras jugaban a las escondidas. A diferencia de ellos, Kuroi Batafurai juntaba pequeños caracoles en un rincón del orfanato, intentando armar un ejército de ellos, más una pequeña lagartija que había nombrado general de la tropa.
- ¡Tropas marchen!- exclamó felizmente acomodando la pequeña lagartija.
Todo estaba yendo de maravilla, un día bastante tranquilo y divertido para todos.
- ¡Mira un gatito!- dijo con alegría uno de los huérfanos.
- Es tan lindo - exclamó una pequeña.
De pronto los niños escucharon los gritos de diversión de Kuroi, como armaba sus tropas y jugaba con su comandante lagartija.
- Oigan...- los demás lo miraron curiosos- tengo una idea- cargó al gato en brazos.
Los demás huérfanos comenzaron a reír y murmurar cosas entre ellos , ya sabían lo que intentaría hacer.
- ¿¡Me puedo unir!?- arrojó al gato cerca de Kuroi, logrando que esté impactará a escasos centímetros de él.
El pequeño se sobresaltó y con enfado comenzó a reclamarle al niño que lo estaba molestando, sin percatarse de que el gato vió a la pequeña lagartija.
La atrapó al instante, quitándole la cabeza , la cola y las patas. Descuartizó al pobre animalito con sus garras , y jugaba con el cadáver, mientras Kuroi intentaba quitarle lo que quedaba de esta.
Los niños reían ante toda la situación, viendo cómo Kuroi se asustaba por lo arisco del gato.
En respuesta, el niño reaccionó con irá y se desató una pelea entre los dos infantes. Se agarraban de los pelos, se pateaban e incluso mordían. La cuidadora de los huérfanos se metió parando la pelea, castigó a Kuroi por iniciar el pleito y a los demás niños les ordenó hacer los deberes del lugar.
El peli-azul estaba molestó, fue expulsado del orfanato y estaba obligado a permanecer en la parte trasera del lugar dentro de una pequeña habitación, que su interior guardaba una silla. Caminaba harto por todos los calvarios que vivía, no solo tenía que soportar los tratos tormentosos por parte de sus compañeros, también los maestros estaban en su contra, ya que en muchas oportunidades le terminaron dando la razón a los demás, recibiendo así castigos injustos.
- ¡Ahg! - le dio una patada a una pequeña lata. Con lo que no contaba, era que esta rebotaría en la pared para impactar justo en su rodilla- ¡ay! ... ¡estúpida lata! - exclamó molesto y arrojó la lata lo más lejos posible.
De pronto, unas pequeñas risas lo terminaron alertando. Era una voz femenina, lo cual lo llevó a pensar que se trataba de una de las niñas del orfanato.
- ¡Lárgate! - volvió a buscar la pequeña lata para arrojársela en la cabeza-¡vete! -la lata le dio en la cabeza.
-¡Auch!, ¡hey! - se quejó y le arrojo un zapato a la cabeza.
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Atsushi x Lectora (mi pequeña ladrona)
Fanfiction¿Que pasaría si el miembro más nuevo de la agencia de detectives se enamora de una estafadora y ladrona profesional?