"De tropezones y otras lluvias"
"Todos cometemos errores, todos deberían tener una segunda oportunidad".
Lailah Gifty Akita.(Inspirado en el día que Armando no se dio cuenta que Betty estaba herida y la despidió)
Armando divisó a Betty en la lejanía. Había reconocido su silueta bajo la lluvia y esto le llamó la atención: ¿Qué tenía de especial aquella mujer de capul y ropa anticuada como para identificarla a metros de distancia?Estacionó el carro a toda velocidad, justo frente a ella, y se bajó.
POV Armando.
Abrí la puerta del carro con la mayor rapidez que me fue posible. La cerré de un golpe y , sin mirar atrás, caminé presuroso hacia ella.
Se encontraba en el suelo, tirada, abrazándose al saco de su vestido, en posición fetal. Me pregunto a mí mismo:"¿por qué no lleva puesto su abrigo?, ¿por qué lo tiene en la mano?" Decido acercarme despacio para no asustarla.
A: Betty... ¿Qué le pasó? (La observo sin las gafas entonces le digo:) Betty, soy Armando.
No reacciona, algo más le pasa y me estoy empezando a molestar "¿A molestar?" "¿En serio Armando?" Yo creo que lo que te está pasando es que "te estás preocupando por ella". En fin... yo y mi dificultad para reconocer las emociones, como siempre. Pero mejor ignoro este pensamiento, hay algo más urgente que resolver ahora.
A: Beatriz (la llamo, pero solo escucho silencio)... Betty.
Toco su hombro pero tampoco reacciona. ¿Habrá entrado en pánico? Me reclino frente ella y la veo.
Está temblando y se abraza a su sastre que, al parecer, está envolviendo algo más. Sus cabellos negros caen a ambos costados cubriendo prácticamente su rostro.
En ese preciso instante la lluvia disminuye, a penas un poco, entonces puedo escucharla llorar sin consuelo.
A: Betty... ¿Qué le pasó? (Le levanto la barbilla y me mira)
Parece que mis palabras la ayudan a reaccionar.B: Ay, doctor. ¡Qué pena con usted!... Es que venía caminando y me caí. Las gafas no las encuentro. Pero no sé preocupe, don Armando, que alcancé a guardar todos los documentos de Ecomoda que se me cayeron. Están aquí, bajo mi saco, y además, los estoy protegiendo con mi cuerpo.
Me dice esto como de forma automática, sin entender que realmente yo, Armando Mendoza, estoy a su lado.
A: Beatriz.... (Suspiro) a mí no me importan esos documentos. Yo lo que quiero saber es si usted está bien. Me preocupa que se esté mojando toda. Venga que la ayudo a levantarse.
Entonces, Betty comienza a temblar nuevamente y parece descompensarse. Decido no preguntar más y la tomo suavemente por los brazos levantándola del suelo. La recuesto sobre mi cuerpo y, juntos, caminamos hacia el carro. Con mucho cuidado, intento quitarle la chaqueta con los documentos que lleva en la mano, pero se niega rotundamente. No quiere soltarlos, creo que sigue en shock. Me enternece pensar que prefiere empaparse bajo la lluvia antes que fallarme con esos papeles.
La ayudo a sentarse en la parte del acompañante y al observar sus piernas, me doy cuenta que cae sangre por debajo de su falda. Seguramente en la caída se lastimó la rodilla, las dos rodillas para ser exacto.
A: Betty, espere aquí que voy a tratar de encontrar sus lentes.
Rápidamente corro de nuevo a la acera. Comienzo a buscar sus gafas lo mejor que puedo y, luego de unos momentos, las diviso. A toda prisa las tomo y entro en el carro.
A: Betty, los cristales de sus lentes están totalmente astillados. Vamos a tener que llevarlos a una óptica para que se los arreglen porque los necesita con urgencia.
Betty no reacciona. Se queja mucho, le deben estar ardiendo las heridas. Entonces, recuerdo que en la cajuela del carro tengo un botiquín de primeros auxilios. Así que me bajo rápidamente y lo saco.
A: Vea Beatriz. Usted está como en shock. Además está lastimada y tiene que desinfectarse las heridas. Pero para eso necesito que me entregue lo que lleva ahí, en su saco.
Sigue en silencio.
A: Vea Betty. (Acerco mi mano y la toco. Para calmarla, realizo un suave masaje recorriendo su brazo izquierdo desde el hombro hacia el codo y viceversa) Usted está a salvo aquí, conmigo.
Entonces, Beatriz reacciona. Comienza a aflojar sus brazos y me entrega los documentos pero temblando y sin mirarme. Sus ojos están perdidos observando algún punto fijo en el suelo del carro.
El leve contacto con su cuerpo me revela que se está congelando.
A: Betty, ¿usted tiene frío?
B: Un poco doctor.
A: Bueno, vamos a hacer una cosa. Yo le voy a prestar mi saco (que por fortuna dejé en el carro para que no se mojara) así se abriga un poco y, luego, vamos por un café para que se caliente un poquitico.
B: (Confundida) Está bien doctor... (Comienza a mirar alrededor) No sé con exactitud lo que pasó, pero creo que estoy recobrando el sentido.
La observo con cuidado hasta cerciorarme que el colapso nervioso haya pasado.
A: (Coloco una mano en su hombro) ¿Ya se siente mejor?
B: Sí, doctor. Creo que tuve una crisis de nervios y el golpe me dejó confundida también.
Dicho esto me acerco a ella para colocarle mi abrigo.
Lo que comienzo a ver me deja totalmente pasmado e inquieto. ¡Esto sí no me lo esperaba! Tranquilo, Armando, tranquilo...Continuará...
¿Qué piensan que vio Armando?🤭 Cuenten sus teorías, si quieren, en los comentarios.
Pensaba publicar más adelante pero la verdad, tuve una semana súper difícil en lo personal, así que estar aquí es una caricia a mi corazoncito. Espero lo hayan disfrutado ❤
Este capítulo está inspirado en el día que Betty llegó tarde a Ecomoda por realizar el plan de negocios durante toda la noche. La mañana que tropezó en la calle y se lastimó.
Armando ni se enteró de lo sucedido, por lo que quise darle una segunda oportunidad de redimirse aquí.
Esta vez la ayudará y se ocupará de ella. Pero para esto, sufrirá una "dulce tortura" que dejará loquito a nuestro "tigre de Bogotá"
Spoiler: Armando estará más escorpión que nunca 🤭🙈😏 Prepárense para escuchar sus pensamientos.
Dulce Melody
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"Entre líneas"
Fanfiction⚜Esta es una historia que comienza como cualquier día en Ecomoda, hasta que una tormenta y la torpeza de ella, hacen que tanto Betty como Armando queden barados dentro del carro de él. A partir de allí, se desatan situaciones que ponen a fuego sus...