"CONFESIONES DE UNA FEA"
Parte 2: "Miradas"
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Tal vez no exista una intimidad más grande que la de dos miradas que se encuentran con firmeza y determinación, y sencillamente se niegan a apartarse
(Jostein Gaarder)
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La razón puede advertirnos sobre lo que conviene evitar; sólo el corazón nos dice lo que es preciso hacer.Joseph Joubert
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El corazón no entiende de razones, no sabe distinguir entre la realidad y el deseo. Pero el muy condenado bombea a un ritmo que el raciocinio nunca podrá comprender.
El también tiene cuerpo y memoria. Arma y desarma a su antojo. Conquista las fronteras más indómitas a fuerza de pasión y de calma.
Ama, odia, es capaz de agradecer y torturar hasta el más casto y sumiso. Todo con la misma intensidad.
¿Cómo se supone que lo hace? Nadie ha podido develarlo.
Es como una selva misteriosa en medio del océano: bella, exótica, mística, seductora, pero a la vez imponente, impenetrable, llena de ángeles y demonios.
El mío está todo embriagado de él... Suspira por él, vive por él, late por él...
Por eso sé que no se equivoca cuando le hace sentir a mi cuerpo y a mi mente que Armando Mendoza está aquí.
Mi razón por fin lo acepta y envía impulsos eléctricos a todas partes de mi ser. Impulsos que llevan su nombre y su aroma.
Por fin puedo reaccionar. Está preocupado por mi y me pregunta si tengo frío.
Hasta ahora, todas las sensaciones corpóreas se habían apagado, pero su voz me conecta de nuevo.
Siento frío... mucho frío...
_Vamos a hacer una cosa. Yo le voy a prestar mi saco así se abriga un poco y luego, vamos por un café para que de caliente un poquitico.
Tan divino es... Pero ¿Cómo le explicó? ¿Cómo le digo que lo quiero es el aliento de su boca, que me hace falta el calor de su cuerpo? ¿Qué el café va a amenizar mi físico, pero no mi alma? ¿Qué necesito empaparme de todo él, de su abrazo y de su toque?
Entonces, y como si estuviera conectado a mi corazón, me envuelve con su gesto, con la tibieza de su sastre y con el aroma dulce de sus caricias.
Todo mi ser responde ante el mínimo contacto con su fuego y con su alma.
Sentir su saco en mi espalda, es como tener a don Armando rodeándome el cuerpo entero. Mi piel absorbe la tela como si de oxígeno se tratara, intenta guardar en mi alma estos retazos de vida.
Sé que tuve una crisis nerviosa, producto del estrés y de no querer fallarle a él con esos papeles. Pero también estoy segura que esto contrajo consecuencias.
El ardor que siento en las rodillas es casi insoportable. Trato de resistir pero en verdad me duele mucho.
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"Entre líneas"
أدب الهواة⚜Esta es una historia que comienza como cualquier día en Ecomoda, hasta que una tormenta y la torpeza de ella, hacen que tanto Betty como Armando queden barados dentro del carro de él. A partir de allí, se desatan situaciones que ponen a fuego sus...