𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓

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               Caminaba por las calles, con mis manos en los bolsillos de mi sudadera

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Caminaba por las calles, con mis manos en los bolsillos de mi sudadera. Buscaba a alguien que tuviera dinero para robar.

Suena mal, pero realmente lo necesito.

Vi como un señor sacó billetes y los besó, parecía que los acababa de ganar. Un señor con un tatuaje y cabello largo.

Caminé silenciosamente hasta quedar a su lado.

—¡Hola! —Saludé con una sonrisa.

Este se asustó y pegó un brinco. Luego me miró.

—¿Qué quieres niña? —Me dió una mala mirada.

—¿Ya vió ese pájaro de allá? —Apunté al cielo. —Es una especie en peligro extinción y los zoológicos están pagando a quien encuentre uno.

—¿Dónde? —Miró al cielo.

Agarré el dinero de su mano y salí corriendo. Reaccionó y me empezó a seguir. Me gritaba amenazas e insultos, estaba a unos metros lejos de mi.
Seguí corriendo tratando de agarrar aire para no cansarme, me metí a un callejón por accidente, volteé para salir pero el señor ya estaba en la salida.

—Conque te crees muy lista, ¿eh? —Caminó tratando de parecer amenazante.

El media al menos dos cabezas más alto que yo, así que corrí y me resbalé a través de sus piernas. Pude escapar y corrí para perderlo.

El dinero me iba a servir, estuve ahorrando desde mis 14 años para poder salir de mi casa con mi hermano.

Fui a una tienda que quedaba cerca, podría comprarle comida a mi hermano, y tal vez comprarme a mi.

Salí de la tienda con la bolsa, estaba empezando a llover y tenía que llegar pronto a casa, o me enfermaría

Caminé hacía mi casa. Estaba toda sudada del esfuerzo y necesitaba un baño.

Entré en silencio y vi a mi madre en el sillón con miles de botellas vacías de alcohol al rededor, fumaba un cigarrillo.

—¿Por qué llegas tan tarde? —Preguntó con la mirada hacía el techo.

—Fui por comida para Seong-jin —Agaché la mirada.

—Para la próxima trata de llegar antes, o tu papá llegará primero que tú. —Se levantó del sillón y fue a la cocina.

Corrí al cuarto después de dejar las bolsas en la mesa de la sala.

—¡Seong-jin! —Grité para que abriera la puerta.

—¿Qué pasa? —Se asomó.

—Traje comida, ve a la sala. —Le despeiné su cabello y entré al cuarto.

Abrí una caja que estaba escondida en el closet, ahí tenía mi dinero, y pensaba poner lo que quedaba ahí.

Al abrirla la encontré vacía. Mi corazón se paró por un momento. Traté de recordar donde lo pude haber dejado, pero no había nada. Mis ojos querían llorar, me había esforzado por ahorrar todo eso.

Salí del cuarto corriendo y me dirigí a la sala. Mi papá ya había llegado, parecía tener un traje nuevo.

—¿Agarraste mi dinero? —Lo miré seriamente.

—No, ¿Cuál dinero? —Desvió la mirada.

—¡Era mi dinero! —Le grité con coraje.

—¿Qué haría una niña como tu con tanto dinero? —Preguntó con una sonrisa burlona. —Ahora ve a tu cuarto, y duérmete, Ya pasó tu hora de dormir.

Agarré del brazo a mi hermano, el cual ya estaba comiendo y lo jalé conmigo para ir a la habitación.

Justo cuando cerré la puerta se escucharon gritos fuera del cuarto, seguidamente escuché disparos.

—¿Qué fue eso? —Mi hermano preguntó asustado.

—Tenemos que irnos. —guardé el dinero en mis bolsillos y guardé un pequeño cuchillo.

Abrí la ventana del cuarto, por suerte se encontraban arbustos abajo de esta. La caída no dolería mucho.

Bajé a mi hermano y después me tiré a misma. Corrimos por la calle hasta llegar a un hogar de niños.

—Tienes que quedarte aquí, no estamos seguros —Lo agarré de sus hombros para que me mirara.

—¿A donde irás tú?

—Me las arreglaré yo misma, ahora solo necesito que te cuides y te quedes aquí. —Besé su cabeza. Sentí como lagrimas querían salir de nuevo, así que solo cerré los ojos para evitarlas.

Sin despedirme, corrí, alejándome de el lugar. Empecé a escuchar pasos detrás mío y volteé...

[...]

—¿Ahora quién pagará las deudas? —Un señor me agarró del cabello. —Digo, tus padres ya están muertos. Ahora nos quedas tú, ¿O prefieres que vayamos por el pequeño?

—No se de que están hablando. —Disimulé.

—Ya veremos. —Me soltó en el piso, por unos segundos pensé que de habían ido, pero sentí un impacto en mi estómago.

Me retorcí en el piso, mientras trataba de escupir la sangre que salía de mi boca.

—¿Ya sabe de qué estamos hablando?

Me agarró por el cuello y me acorraló en la pared. Sentí como el aire se me iba poco a poco. traté de luchar moviendo mis piernas, pero no servía de nada.

¿Después?

No vi nada...





No vi nada

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𝐒𝐌𝐈𝐋𝐄 | 𝑲𝒂𝒏𝒈 𝑺𝒂𝒆-𝒃𝒚𝒆𝒐𝒌 | 𝑺𝒒𝒖𝒊𝒅 𝑮𝒂𝒎𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora