Prólogo : Días de Tinta

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Los primeros  rayos de sol yacían en mi ventana, esa era una mañana algo confusa diría yo, era mi primera semana en el tan llamado "Instituto Vendergood ", un nombre algo raro a mi parecer.

Tenia que levantarme temprano por que, hoy era el día, lo que recuerdo de ese instituto, se decía que solo las altas esferas de la sociedad asistían y aunque su educación era de primera, los jóvenes ricos no les importa ser ilustrados y lamentablemente los profesores no pueden hacer mas que aguantarles, que desgracia y ellos serian los próximos gobernantes.

Pese a todo es por hecho de que la princesa asiste a ese instituto, claro todo mundo quiere desposarla, pero se rumorea que es "un rato de biblioteca" y la sola idea de estar rodeada de libros, ahuyentaría a cualquiera. Puesto que es común que aun así siendo mujer, el esposo deba asumir el cargo de rey.

-¿Sigues durmiendo eh?- le decía mientras acariciaba a Mick. Es algo perezoso pero pues, es un gato, no lo culpo.

Ha estado conmigo desde que mis padres desaparecieron ese día, es el único remanente de mi familia que me queda. La casa no será una mansión pero es modesta a su forma, aun así siendo un barón, quien lo diría.

Mientras tomaba unos pedazos de pan para el camino note como había un astro de luz en el firmamento, no era común, solo el sol era el que alumbraba, aunque no me iba a detener de mi viaje.

-Espero y tengan un establo- le decía de cariño a Dorum

*relinche* -ho, tranquilo viejo- mientras acariciaba su pelaje, me despedía de Mick en el portón, solo me veía con esos ojos verdes entre su pelaje oscuro.

-Espero y atrapes mas ratones esta vez- y solo dio un maullido suave.

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Ya en la entrada a la ciudad del castillo, todos iban en sus carruajes tirados a caballos, en especial a los Duques, podrán ser algo molestos, pero tienen clase. Era el único que montaba a caballo allí, naturalmente, los estudiantes residían en el instituto hasta culminar sus estudios, no había alcanzado un espacio entre las denominadas "casas" o "fraternidades" hasta ese momento , ya que se debía aplicar de manera anticipada. Las que eran de mejor servicio, si se le puede llamar así, estaban destinadas a las altas esferas entre ellas el privilegio de la realeza.

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El instituto no estaba tan lejos de mi hogar, pero estaría a solo pasos de las bibliotecas y los campos de entrenamiento, hay 3 clases principales y de las cuales se dividen los estudiantes: Magia, Caballería y Conocimiento. Cada una especial en su clase puesto que dominaban a la perfección dichas artes. Se decía que aquel que pueda manejar las 3 era el "perfectio humano"

Solo hubo una vez que una persona lo consiguió, pero se cuenta que perdió la cabeza y acabo con su vida, muchos lo ven como alegría y desgracia dicho suceso, los Adeptos decían que solo los Arcontes podían tener dicho estado y otros los Homines defendían la idea del ser humano como alguien capaz de todo.

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Ya en la entrada todos debían estar presentes junto a sus familiares, ya que no los verán hasta que terminen su educación. Era una gran "celebración" llamémosle así. Habían mercaderes con productos exóticos y raros que servirían a los practicantes de magia.

Herreros que ofrecían sus servicios a los paladines y caballeros. Y sabios que daban volúmenes interesantes al conocedor. Había traído algo de Roques conmigo por si acaso y me hice poseedor de varios artículos ya que tenia una corazonada de escoger los mejores.

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Iniciando ya la ceremonia, entramos, habia dejado a Dorum en un establo que arrende por el dia. Sera exageracion mia pero la arquitectura de este lugar es majestuosa. Los jardines lo adornan con un ligero toque funebre, se nos explica que hay 3 complejos para las 3 ramas de estudio y el edificio principal para cuando de eventos o anuncios se requiera.

El de magia poseia un planetario segun nos relatan, los de caballeria tienen una forja inmensa capaz de crear las mejores espadas algunas casi indestructibles si se usaban prototipos. En los del conocimiento tenian a su disposicion la mayor biblioteca del pais. Donde los libros vuelan libremente como si fuesen aves, increible.

Para llegar hay que cruzar un tramo de bosque, la verdad no se por que lo podan, aunque con toda la niebla que hay, es facil perder el camino.

Note que la princesa era escoltada por guardias, un carruaje adelante y otro siguiendole. Luego toco mi turno de abordar el mio. Alcanze a verla solo un poco aunque iba cubierta por un velo negro, al parecer habia un uniforme que habia que traer puesto.

Sus cabellos rojizos eran los de un atardecer en otoño tan vividos como la sangre misma

-Niños y niñas por favor, por ninguna circunstancia salgan del carruaje, a menos que quieran sufrir una muerte espantosa, manos y pies en los asientos y agarraderas, gracias por su compresion.-

-Definitivamente no se andan por las ramas- escuche a alguien de la multitud.

-Hola, soy Darius, un placer- Me extendio la mano un chico de pelo obscuro

-Malakaia, igualmente- Respondi cordial

-Un nombre peculiar ¿no crees?- Exclamo

-Bueno seguramente me quedare corto con lo que veremos hoy.- Conteste con ironia.

Los carruajes son en pareja y nos ha tocado este trayecto. Se ve un tipo agradable, por su contextura diria que va a Caballeria, decidi preguntarle.

-Y dime ¿Que faccion crees que te parezca?-

-Ahora que me lo pregunto, no sabria decirte sinceramente.-

-HAHAHAHA, amigo eres alguien divertido.-

-Bueno almenos veo que tienes el don para ser caballero, digo no cualquiera se carga tremenda espada.-

Le lanze una mirada muy sutil, pero algo mas tomo mi atencion.

-Aunque tienes buen ojo...-

-¿Pasa algo?(...)-

Respondi algo angustiado.

-¿M-mencionaron algo de criaturas en este trayecto?-

-No, que yo recuerde.-

 De repente todo se torno mas obscuro y la neblina se hacia mas opaca, jamas nos mencionaron algo parecido....


El frio invadia mi cuerpo




En el claro del bosque I / Por un mañana sin lagrimas/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora