12 | Fuera de juego

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     • Xion pov's •

III. Campanadas de alegría.

     Habían pasado ya casi una semana desde el incidente en la estación y la llegada de los hermanos Black a Villa Crepúsculo, y yo, hasta el momento, no me he atrevido a hablar con Roxas de la estupidez que me atreví a decir por simple impulso y el estúpido pensamiento de que el rubio podría quedar mal si decía que no éramos algo.

     En primer lugar, ¿Desde cuándo me ha importado la vida de otras personas? Digo, salvo mi querido padre, al cual le debo todo, al resto de la humanidad me importa bastante poco y por mí pueden morirse en medio de una pandemia producida en la alcantarilla más inmunda de Port Royal o en el pasaje de cloacas que hay en el callejón que conecta con el distrito dos de Ciudad de Paso.

     Los días en clases se han vuelto un martirio horrendo y vergonzoso, pues si ya me estaba costando concentrarme con la torpe de Kairi sentada frente a mí, ahora tengo también a mi "novio". Todo esto sumado a las constantes miradas de Riku, que ya me comienzan a hartar, está volviendo este último año de preparatoria un verdadero infierno.

     En cuanto acabó la última clase de la mañana y comenzó la hora libre para el almuerzo, lo primero que hice fue arrastrar al rubio hasta la biblioteca con la excusa de que quería que me ayudara a buscar un libro, y ya en el lugar, aprovechándome de los puntos ciegos entre los pasillos, lo acorralé torpemente contra una de las paredes y lo miré directamente a los ojos.

     — Bien, hablemos.

     — ¿No sería más cómodo si conversamos sentados? — preguntó.

     — No, ahora cállate y escucha — pedí, intentando no romper el contacto visual por la vergüenza —. Quiero aclarar lo del otro día, Roxas.

     — ¿Exactamente el qué?

     — Y-Ya sabes, eso de que... Bueno... ¡Agh, tú sabes, no te hagas el idiota! — solté, algo molesta; él rió un poco —. Me refiero a lo que pasó ese día en la estación, con tus hermanos.

     — Ah, ¿Cuando dijiste que sí eras mi novia? — sonrió con cierta inocencia malvada.

     Asentí avergonzada.

     — Bueno, no hay porqué preocuparse de eso. Mis hermanos se lo acabaron tomando como una simple broma, a fin de cuentas, Vanitas nos conoce bien a los tres y sabe cuándo estamos mintiendo — declaró, metiendo las manos a los bolsillos del pantalón —. "De primeras, es imposible que te hayas enamorado en tan poco tiempo de otra persona y más si tengo en cuenta el tema de la mudanza. De segundas, tu cara y las expresiones de Xion solamente dejaron en claro de que, si bien hay amistad y confianza entre ustedes, no consiguen ver algo más allá de eso. En otras palabras, se les notaba que era una mentira". Eso dijo.

     Me le quedé mirando incrédula por varios segundos, hasta que escuché voces ingresando a la biblioteca. En ese momento, solté un fuerte suspiro, me tomé el puente de la nariz con el índice y el pulgar de la mano izquierda y comencé a buscar dentro de mí la paciencia, comprensión y calma para no abofetear al rubio con la enciclopedia que está al principio de la estantería.

     — ¿No te agrada la idea?

     — ¿Uh?

     — ¿No quisieras que eso no fuera una broma? — preguntó, rebatiendo mi mirada con la suya; cedí a la presión y miré para otro lado —. No es para que te hagas una mala idea de mí ni nada por el estilo, pero creo que por mi parte no habría problema alguno en que tú, señorita White, dueña de la indiferencia del mundo, fueses mi novia.

A Crystal Dream [Kingdom Hearts] | Val [Remake]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora