A Crystal Dream [Kingdom Hearts] | Val [Remake]

16 | Al borde del mar

Melodía recomendada: Kairi Theme.

Disfruten 💜

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     • Naminé pov's •

IV. Campanadas doradas.

     Las Islas del Destino han sido por años y años el lugar preferido para los turistas de esta parte del país. Su icónico nombre y sus bellas playas son los motivos de su popularidad, y también son el porqué hasta hace relativamente poco sólo se podía llegar hasta aquí a través de barcos.

     Cuentos e historias hay muchas. La última que escuché era la de una señora que se sentaba fuera de su casa a saludar a los recién llegados, ya que vivía cerca de la estación. Es una mujer amable, de avanzada edad y de cabellos blancos; una abuela en toda regla. Quizás fue el recuerdo de esta anécdota lo que me hizo abandonar el lugar cuanto antes, dejando atrás a Roxas, bajando a toda prisa por la calle hasta llegar a la casita.

     Era tal cual como me la habían descrito. De paredes antiguas y con base de adoquines, siendo alegremente decorada en sus esquinas con anchos troncos de madera de palmera. En dirección a la calle, y sobre las cortas escaleras que conectaban con la parte delantera de la construcción, había un cartel con una fruta de paopu dibujada, junto con el mensaje de "Bienvenidos a las Islas del Destino". Finalmente, la señora salió a paso lento de la casa y tras verme por un breve período de tiempo, me sonrió y me saludó con toda la amabilidad del mundo.

     — ¿Es la primera vez que vienes a las Islas?— preguntó, sentándose en su mecedora con lo que parecía ser una sopa de letras en sus manos; yo asentí extrañada —. Por tu cabello y el color de tu piel fácilmente puedo decir que no eres de por aquí, además, querida, te ves muy emocionada solo por estar pisando la arena, por eso dije que que era tu primera vez en este lugar.

     — Pues me acaba de leer como un libro abierto — declaré, sonriendo mientras colocaba mis manos en la espalda —. Estoy en búsqueda de nuevas fuentes de inspiración para pintar, últimamente no he encontrado nada que acabe de llamar mi atención en el sitio del que vengo.

     — ¿Eres pintora?

     — Sip.

     — ¿Y qué pintas?

     — Uh... — ladeé la cabeza confundida —. Esa un una buena pregunta... A veces pinto personas, otras veces paisajes, otras veces lo que se me venga a la cabeza...

     — ¿Y pintas lo que quieres? — preguntó.

     Sonreí con calma.

     — Si no quiero plasmar algo en el lienzo, simplemente no lo hago. Dejo que mis emociones sean mis directrices al pintar, así que no debe preocuparse más de la cuenta por mí — dije, mirando en dirección por donde había venido; Roxas se estaba acercando —. Aunque bueno, supongo que a veces esas emociones se acaban descontrolando y no puedo pintar como a mí me gusta.

     — Descansar es bueno, y puedo decir que viniste de viaje justo a tiempo — sonrió —. ¡Oh, Roxas! ¡Qué sorpresa!

     — Buenas tardes, un gusto volver a verla — saludó el rubio, parándose a mi lado —. ¿Qué dice de hoy? ¿Será un buen día?

     — Será un día fantástico para todos los de la isla, eso tenlo por seguro — respondió la mujer, regresando la mirada al puzzle —. Espero que encuentres lo que buscas en este sitio, querida, pintar es algo hermoso y que es capaz de salvar muchas vidas, aunque no lo parezca.