Epílogo

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Luego de unos meses Krist se había levantado de la cama, Singto se había ido a trabajar y lo dejó descansar, pasó con orgullo frente al espejo, admirando la marca rojo pasión en su cuello lechoso la cual se la dio su hombre como siempre que se le desaparecía junto a los moretones en sus muñecas.

Cerró los muslos con fuerza, disfrutando de la sensación de su voluminosa y espesa semilla húmeda aún dentro de él y por fuera ciertamente había marcado bien su territorio.

Krist tenía una cita rutinaria había ido en varias ocasiones, había observando su salud junto con su médico. Ya le había contado que llevaba tiempo en pareja con un hombre, le habían hecho unos estudios anteriores, Krist no había querido nuevamente su medicamento y le confesó al doctor que últimamente no se sentía bien, su condición no se daba en todas las personas, pero no era ningún taboo.

Krist le había confesado su secreto a Singto cuando estaban en confinamiento después del amotinamiento por el aire acondicionado. Le contó que tuvo que estar más días de lo normal en enfermería para que el medicamento le hiciera efecto por eso pasó 7 días en área medica, antes de ser llevado a una celda.

A Singto no le sorprendió tanto lo que le había contado habían algunas perras allí que eran igual algunas se medicaban, otros ni tan siquiera lo sabían hasta que ocurría alguna desgracia. El cuerpo de Krist daba señales era un hombre muy suave, demasiado delicado, curvas y la belleza extrema de él también lo confirmaba, era un doncel.

-Sr. Perawat su cuerpo ahora está libre de hormonas, llevaba muchos años con el medicamento aunque no era necesario ya que no estaba en pareja con ningún hombre. Solo era por no tener síntoma premenstrual, que a veces suelen ocurrir en algunos donceles.

-Si, pero me he sentido mal, tengo dolor en mi vientre y hasta los pezones me duelen.

-Has estado ovulando al parecer y como te digo tu cuerpo está limpio de hormonas por lo tanto, vamos hacerte un análisis de sangre para salir de dudas.

Su tiempo en pareja había seguido su curso, estaban encaminados, habían progresando muy rápido, Singto lo hacía de maravilla, logró abrir un taller con ayuda de algunos amigos de Krist en solo unos meses luego de salir de la cárcel, todo era documentado, totalmente legal.

El amor entre ellos no se acababa y Krist simplemente quería demostrarle día a día que podía contar con él para lo que fuera necesario, que nunca más estaría solo, que lo suyo también era de él. En ese día en específico preparó una buena cena, esperó a su hombre como de costumbre. Su doctor lo había confirmado, llevaba tiempo sin su medicamento y su cuerpo estaba tan limpio que solo ocurrió.

Singto había llegado de su trabajo, se había aseado, Krist le sirvió la cena la tomaron de manera tranquila. No sabía lo que él pensaría ya que tal vez era muy pronto para ellos, a pesar que ya Singto estaba al tanto de todo lo que le ocurría. Al terminar de cenar le extendió el sobre a su hombre...

-Te tengo una sorpresa, quiero que leas esto.

-¿De que se trata? -dijo con curiosidad, Singto miró el documento oficial y una carta adjunto que Krist había escrito para él.


Positive decía el papel médico.

Así que prosiguió a leer la carta...


Amor Mío...

Todo en la vida tiene un objetivo y este embarazo es el resultado de aquel encuentro que aún que con tropiezos solo bastaron unas palabras para dejar que nuestros corazones se conectaran en un abrazo infinito, que hoy nos regala cómo la mejor muestra de este amor.

La esperanza de poder ver cómo se consolida nuestra relación por medio de esta semilla que crece en mí y que vive a través de los dos.

Aún no sabemos si será niño o niña y realmente no es lo más importante, porque llegará para darle luz a nuestras vidas e iluminar nuestro camino, que traspasa el umbral de ser pareja para convertirnos en un hogar que nos compromete aún más con cada objetivo que nos hemos trazado para crecer.

Al momento de terminar de leer Singto estaba sin palabras, con lágrimas cayendo por su cara de la emoción que sentía. Era tanto que no podía hablar, era un deseo que habían pedido en silencio. Tenía la vista aguada, abrazó a Krist y lloró como un niño.

-Gracias por tanto, mi vida, no encuentro las palabras para decirte lo feliz que esto me hace, ahora seremos una familia. Te amo bebé.

-Te amo más cariño... de verdad me emociona y que estés feliz... Sing ... ámame una vez más.

Singto nunca le diría que no, estaba para servirle, estaba arrastrado a sus pies en todo lo que Krist quisiera y lo amaba mucho más, por el gran regalo de vida que le daría. Pero lo que no sabía Krist era que Singto tenía un cajita con anillos para afirmar aún más su relación.

Por otra parte Krist nunca tuvo dudas, sabía que Singto estaría emocionado con la noticia de su futuro bebé, sus vidas habían mejorado para bien, los asuntos pendientes los resolvieron para su paz mental, no habrían más errores en sus vidas, serían gente de bien, tenían trabajo, tenían salud, pero sobretodo tenían su gran amor en libertad y nunca más Tras las Rejas.


Fin... 🤧



Ya terminó 🙌 acabamos con estos dos conejos empalagosos.

Gracias a quienes comentaron y votaron ⭐

Hasta la próxima ❤️

𝐓𝐫𝐚𝐬 𝐥𝐚𝐬 𝐑𝐞𝐣𝐚𝐬 𝚂𝙺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora