13: Declaraciones.

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Encendí la luz de mi habitación y ví el rostro de mi hermano. Aún no encontramos el resto del cuerpo.

Calíope

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Calíope.

Algo estaba mal.

Mis ojos fueron a la pizarra y luego a Selene, ella volvió a verme y luego miró a Logan, aquella acción hizo que enarcara una de mis cejas pesadas y que también volteara a ver a Logan, él también me miró y yo sonreí de lado.

Mis labios dijeron algo bajito y él apretó su quijada, mis labios le regalaron una sonrisa ligera, pero malévola, lo veía y no me lo creía. Aquello era motivo de burla. Ellos se burlaban de mí y yo los mataría, a los dos.

Los recuerdos de la primera vez que maté a alguien abrazaron mi mente, sonreí en el acto, por el rabillo del ojo pude ver como algo se posaba a mi lado, mi rostro giró una vez más y vi a Jaxon.

—¿Te sientes peligrosa, Calíope?—Aquello hizo que mi vista se volviese hasta donde se encontraba hasta la pizarra.

—Lo soy.

El cuerpo del director apareció en el campo de visión de todos los estudiantes, mi cuerpo se enderezo sobre la silla y el hizo que el maestro que estaba sentado detrás de su escritorio se pusiera en pie.

—Jóvenes. —Su voz sonó dura. —Las clases serán suspendidas hasta nuevo aviso, luego de la clase que se aproxima todos deben ir directo a su casa.

—¿Cuál es la razón? —La voz de Logan salió, sabía cuál era su intensión, pero en cambio obtuvo silencio.

—La policía irá a sus respectivos hogares. —Mis ojos se abrieron ligeramente, mi mirada nerviosa miro al piso y el carraspeo de una nueva persona en la habitación hizo que mi cabeza se levantara abruptamente.

—Él es el detective Marcos. —Lo conocía, él también estaba a cargo del caso con James. Sus ojos fueron hasta donde estaba yo, y sonrió.

Carajo. Él lo sabía.

—Buenas tardes. —La voz del sustito de literatura salvó el momento, mi mirada fue hasta el como si de una esperanza se tratara, se percató de mi mirada y me miró, serio, no había coquetería, mi día, se había vuelto extraño. —No habrá una clase extensa el día de hoy, recibiré los relatos que había pedido, quiero que a la hora de entregarlo se pongan de pie y digan el género de su relato. 

Todos se fueron levantando y el escuchar el "romance" de Logan no pude evitar sonreír. Esto debía ser una jodida broma, ¿acaso era el día de los inocentes?

—¿Algo le causa gracia, señorita? —La voz de Marcos se escuchó, era un idiota.

—¿Acaso a usted le importa, detective? —Mi respuesta hizo que todos levantaran la cabeza y que el maestro mirara en mi dirección.

—Calíope. —Su tono duro y de regaño me molesto.

—Vaya, tu nombre es tan exquisito, llevas el nombre de la musa de la poesía, pero veo que careces de buen dialecto. —Mi mirada fue fría, aquel hombre podía hacer que perdiera la paciencia.

—¿Sabe usted que las musas también son expertas en la música y el arte? Créame cuando le digo que mis manos saben hacer muchas cosas, no quiera usted descubrir cuales son. —La chica a mi frente pronuncio el género de su relato cortando el momento, pero él siguió su vista en mí.

—¿Estas amenazando a un policía, Calíope? —Yo sonreí poniéndome de pie.

Fue mi momento de hablar. —Tómelo como quiera. —El maestro miró mi cuerpo de arriba hacia abajo.—Hechos reales. —Luego de esas palabras miré a Logan quien estaba perplejo en su lugar y a Selene quien estaba sentada viéndome con sorpresa.

—Joven musa, venga conmigo. —Dudé unos segundos, pero tenía que ceder.

Fui a mi asiento y sonreí en dirección a Logan, seguido de eso fui tras Marcos, pero antes de salir vi a Selene, ella también lo hizo, mi ojo derecho dio un guiño, junto a una sonrisa ladina, sus pupilas de dilataron.

—Esta es mi verdadera cara, zorra.—Le sonreí nuevamente. — Y te vas a joder.

*

Los ojos del detective estaban sobre mí.

—El detective James fue encontrado muerto. Su cuerpo estaba tan apuñalado a punto de que su rostro no se podía distinguir, pudimos hacerlo por medio de una prueba de ADN.  —Miré al detective.


—No me interesa, lo siento, aparte. ¿Eso no es confidencial?

—Él tiene familia, esposa e hijos.—Aquello no le importo cuando cogió conmigo en el baño de la escuela.

—¿Y qué quiere? ¿Qué llore? —El cruzó sus piernas y yo hice lo mismo, pero de forma más lenta. Sus ojos bajaron a mis piernas y la abertura en ella hizo que su vista bajara y subiera.

—Tengo una hermana de tu edad, no sirve de nada.

—¿Qué esta insinuando? Creo que sabe que mis intenciones hacia usted no son malas, puede ser mi hermano. —Un puchero se le fue entregado luego de esas palabras.

—Se la historia que tienes con James, o que tenías porque lo mataste. No quieras hacerte la inocente conmigo Calíope, yo conozco tus mentiras, tus secretos y todo eso que quieres tratar de mostrar en tu cara inocente.

—¿Piensa que mi cara es inocente? ¡me alaga! —Sonreí para él.

—Deja de fingir conmigo.

—¡Bien! —Mi tono infantil hizo que los ojos de él se pusieran en blanco, pero segundos después mi cuerpo se enderezó sobre la silla en la que estaba, mis ojos dejaron de fingir y apagaron su luz por completo, mi rostro eliminó cualquier expresión, crucé mis brazos al igual que mis piernas.

Lo miré. Tal vez era hora de hablar.

Caliope.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora