Caliope Urriaga, era quién parecía no haber hecho nada, era quién parecía la persona más inocente de la escuela, parecía ser una víctima.
Las personas a su alrededor sabían de la condición de su padre, sabían lo que había pasado con su madre, sabían...
—¿Crees que después de la muerte haya una mejor vida?
—Depende, ¿Después de la muerte de quién?
•Noctámbulos•
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Caliope.
—Yo no soy quien, para juzgar a nadie, pero él sí está muerto lo merecía, es una pena que un detective con familia y alto prestigio muriera asesinado. No es como si hubiese cogido con una menor y haya ocultado información confidencial de un homicidio. —Mi cuerpo se levantó yendo a la cafetera, tomé dos vasos y serví. —Si habla de la muerte de Jaxon él también lo merecía, folló con mi madre en mi cama, ¿es una pena no?
—Eres una asesina. —Mis pies se movieron nuevamente hasta él, dejé un vaso en su frente y yo me senté con la misma posición una vez más tomando de mi café.
—No, no digas eso.
—Irás a la cárcel después de esto.
—Si habla de la muerte de mi madre, es una pena... pero también lo merecía, mi padre la mató luego de que yo maté a Logan, ¿no somos perfectos? ¡de tal palo, tal astilla! —Él me miraba con repulsión y con un toque de miedo. —Mi padre sigue vivo porque no podía permitirme vivir sola, ¿sabe los asesinos que hay suelto? Pero también es una pena que el este tan enfermo... pobre.
—¿Qué hicieron con tu madre? —Él preguntó y tomó el café en sus manos tomando de el. Sonreí ligeramente ante ello.
—¿Hicieron? No, quizás deba preguntar que hice yo... pues mi padre a pesar de decir que la amaba la maltrataba, la golpeaba y pues... ¡están juntos por siempre! Se la di a comer y luego lo tiré por las escaleras.
—¿Qué paso con tu hermana? —Yo bufé.
—La maté, ella está muerta. Se acostó con Ángel, y la maté.
—Baste de esta estupidez. —Él trató de levantarse, pero en su lugar se mareo, me miro con terror. —¿Qué fue lo que hiciste? —Yo pensaba que él era más inteligente que James, pero la realidad es que era igual de estúpido. —Todos vieron que te fuiste conmigo.
—¡Por Dios! No te voy a matar, pero cuando despiertes no te acordaras de nada de esto. —Me miró con aun más terror, mi cuerpo se acercó hacia el sacando de su bolsillo la grabadora que tenía. —Me abro a ti y, ¿así abusas mi confianza?
—Tú...
—Yo tengo malos hábitos, claro que los tengo y me fascina, no hay nada de divertido en la inocencia. También soy una víctima de lo que me hacían y me siguen haciendo los demás, ¿acaso soy culpable? ¿acaso eres lo suficiente inocente para señalarme? Tu obtienes una placa para matar libremente... y nadie puede decir nada contra mi, y aunque conocen mis verdades no será por mucho. Todos morirán. —Mi vista fue hasta Jaxon. —¿No es así Jaxon?
