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«Se encontraba sentada en el sillón rojo pegado a la ventana, adoraba ese pequeño rinconcito, se la pasaba ahí cada que estaba aburrida, ya que miraba afuera y se entretenía observando a la gente, haciéndose ideas de lo que podrían ser o no, inventaba historias ficticias de sus vecinos, creando escenarios falsos en su mente, le agradaba salir de su realidad de vez en cuando. Pero aquella vez, vio una cabellera rubia, la observo parecía ser nueva en el vecindario pues, no la había visto antes.»
Natasha y Lorna miraron a la chica morena que se encontraba en el piso, su pierna estaba rota literalmente, Lorna aparto la mirada, no podría ver cómo moría lentamente aquella chica, no podrían hacer nada pero Natasha no sabía aquello.
—Nat, él sabrá que estás con nosotras, no podemos ayudarla— informo Lorna.
—Si podemos— Natasha se acercó a la viuda.
Después de que Natasha intentará ayudar y fracasará, observaron como la chica era obligada a matarse, apuntandose el lanzador en la cabeza.
La ojiverde soltó un suspiro pesado, escucho pasos detrás de ella, era Yelena quien tenía el suero en sus manos, observo la escena cabizbaja.
—¿Ya nos crees o no?— dijo entre dientes Yelena.
—¿Cuántas hay?— preguntó.
—Suficientes.
Yelena tomo del brazo a Lorna, parecía un hábito que tenía, llevar corriendo a Lorena a todos lados, Lorna miro a Natasha por última vez para después girarse e ir al paso de Yelena. Corrían observando a sus espaldas.
Lorna se subió a su moto observando a ambas hermanas.
—¿Dónde están mis llaves?— pregunto la rubia, Natasha lanzo hacia arriba sus llaves para volver atraparlas, Yelena soltó un bufido, Lorna soltó una risita.
Un carro salió de repente enfrente de ellas, haciendo que Natasha apresurara a Yelena. Detrás del auto venía un gran tanque dispuesto a atacarlas, Yelena se subió rápidamente detrás de Lorna, dando por perdida su moto. Lorna comenzó a seguir a Natasha en la moto.
La migraña la había acompañado durante años, pero ahora está era diferente, si bien, manejaba como podía la motocicleta iba a mil por hora al igual que sus recuerdos. Sin previo, aviso, en cámara lente vio como Natasha choco contra la pared que tenía enfrente, por ende, haciendo que ellas chocarán contra su motocicleta, haciéndolas caer hacia adelante, cayendo encima de un camioneta, ahudazmente en cuanto cayeron lograron levantarse.
Yelena saco la pistola de su bolso y apunto al dueño de aquella camioneta en la que habían caído, al ver la pistola salió corriendo de ahí.
