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Miro por la ventana circular, se encontraban rodeadas de nieve, el helicóptero estaba en el aire, Yelena aún seguía pilotando, regreso su vista hacia abajo observando la cárcel, habían llegado al fin al lugar donde se encontraba Alexei, no parecía nada acogedor y por supuesto que no lo era; era una cárcel no tenía porque ser acogedora y sabía que Alexei se merecía estar ahí aunque en el fondo le tenía cierto aprecio a aquel hombre pues después de todo era su trabajo y también estaba siendo manipulado por la persona culpable de todo.
Natasha comenzó a darle indicaciones a Alexei para salir de aquella cárcel, las tres esperaban en el helicóptero.
— Ahí está...— señaló Lorna al hombre regordete que iba corriendo con exasperación.
—Aquí vamos— Yelena movió el helicóptero para acercarse otro poco.
Cuando las cosas comenzaron a salir mal, la peliroja bajo dispuesta a ayudar al hombre.
—Esta y sus poses— exclamó Yelena en cuanto Natasha tocó el suelo, haciendo su entrada.
Lorna miraba entretenida aquel disturbio que habían causado, pues los policías y todos los reclusos ya habían salido causando un alboroto entre todos, comenzando peleas entre ellos, hasta que unos disparos comenzaron a impactar contra su helicóptero llamando su atención.
—Carajo— soltó Lorna deteniendo las balas con sus habilidades, comenzó a regresarlas, pero la rubia perdió un poco el equilibrio del helicóptero haciendo que Lorna se deslizara hacia atrás, dándose un golpe con el metal. —Auch— se quejó y sobó la parte afectada que había sido gran parte de su espalda y su cabeza.
—Lo siento— miro de reojo.
Las balas comenzaron a ser más frecuentes, y venían de todos lados, Lorna hacia lo que podía pero el dolor de cabeza le estaba ganando sumándole aquel golpe que acaba de recibir ahí mismo.
—Ya me cansaron— exclamó la rubia quitándose los cinturones y agarrando un arma que se encontraba ahí— Cubrete los oídos.
Lorna asintio, los ruidos la aturdían, esos días que no había estado bajo la medicación de la habitación roja hacia que se le complicara mantener el control en sus poderes, el control anteriormente lo tenía Dreykov y lo único que solía tener en sus sistema era droga que no ayudaba a nada en su salud mental.
La ojiverde disparó causando una explosión en la torre logrando que dejarán de dispararles.
—¡Ja!— exclamó emocionada, regresando a su lugar. Lorna se descubrió los oídos, movió la cabeza de un lado a otro. —¿Te sientes bien?, ¿Tomaste las pastillas?.
—Si, lo hice— contestó Lorna molesta.
Yelena la miro de reojo. Si ellos no se apresuraban Lorna tendría un "episodio" o podría ser que llegarán a tiempo y aún así podría tenerlo, la rubia odiaba no saberlo.
