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Ohm estaba escondido detrás del sofá, analizando lo que estaba justamente recostado en el sofá de la estancia, el pequeño es travieso, eso debía admitirlo, y sobretodo lo es más cuando se trata de Mew Suppasit, no es que le tuviera odio a su padre alfa o algo por el estilo, ver como se enojaba o no sabía que hacer solo hacía sentirse más que satisfecho al respecto.

Con sumo cuidado camino para salir de detrás del sofá y camino hasta quedar cerca del rostro de su padre, y allí fue cuando dejo sus manos al descubierto, un plumón de tinta negra, sonrió, a su padre le hacía falta un bigote y tal vez barba, y tal vez unos cuantos dibujos más, ya vería lo que se le ocurriría

- ¡Hermanito! -Ohm dio un salto al escuchar a su pequeña hermana-. ¿Qué estabas a punto de hacer?

- Nada, bueno, en realidad -miro el plumón en su mano-. ¿Quieres ayudarme? Papá me ha dicho que quiere que le hagamos unos retoques a su rostro.

- ¿Por qué papá te pediría algo así? Papá Gulfy siempre dice que es muy guapo.

- No, no lo es -sintió una leve molestia al escuchar eso.

Ohm quería que toda la atención de su padre omega fuera solo para él y solo con él, lo quería mucho y no quería apartarse de él, también quería a Mew, pero no tanto como quería a Gulf

Mew soltó un sonoro ronquido que hizo que ambos niños soltaran una suave risa, Sammy tapo su boca con ambas manos para evitar que su risa fuera más audible para su padre alfa, Mew se removió un poco acomodándose mejor y dejando su rostro más accesible para los pequeños, con su boca entreabierta y soltando pequeños ronquidos.

- ¿Me ayudarás?

- ¿Gulfy se enojará?

Los pequeños le tenían mucho más miedo a Gulf que a Mew, aún Ohm recuerda la broma que había salido muy mal y habían sido descubiertos por su padre omega, y reprendidos duramente, y salvados de un castigo severo gracias a Mew.

- No, no se enojará, estará muy agradecido, haremos que Mew se vea perfecto para Gulfy.

- ¡Sí! -contesto Sammy entusiasmada con aquella idea de su hermano, y sin más se acercó a Ohm tomando el plumón de sus manos.

Y así ambos niños entre risas cortas y pequeños quejidos y empujones, habían terminado su obra maestra en el rostro de Mew Suppasit.

Cuando por fin vieron la perfección de dibujo que habían creado, fue cuando corrieron hacía sus habitaciones para poder jugar con sus peluches de kumamon.

Gulf estaba algo cansado, había sido horrible pasar al banco, pero era necesario, no creía que iba a tardar tanto, usualmente siempre atendían en menos de media hora, pero ahora era totalmente diferente, abrió la puerta y suspiro.

- ¡He llegado! -exclamo el omega sin recibir alguna respuesta, supuso que seguramente los cachorros estaban en sus habitaciones dormidos o jugando, y camino hacía la estancia, en conde encontró a su alfa que apenas se había levantado-. ¿Y los niños?

- Están en sus habitaciones, ¿qué tal estuvo?

- Aburrido y tedioso, pero obtuve el... -el omega dejo de hablar al ver el rostro de su alfa.

- Lo obtuviste eso es fabuloso -menciono el alfa sonriéndole.

Gulf tapo su boca por inercia, estaba sorprendido de ver lo que Mew tenía dibujado en el rostro, pero también quería reírse, el alfa tenía perfectamente pintados de negro sus gruesos labios, sus ojos parecían tener enormes ojeras, había flores pequeñas pintadas en sus mejillas, además de estrellas, caritas felices, y un bigote con una pequeña barba en forma de triángulo en su barbilla.

- ¿Qué pasa, amor?

- Será mejor que veas tu rostro, alfa -Gulf se dirigió hacia la cocina, para poder soltar aunque sea un poco de su risa, ver a su alfa de esa forma solo le hacía pensar lo gracioso que se veía.

Mew confundido, de inmediato busco con la mirada el espejo que tenían en la estancia y entonces sus ojos se abrieron en demasía al ver su rostro, con tantos detalles de dibujos, maldición.

- ¡OHM SUPPASIT!

Seguramente aquel grito se había escuchado en toda la ciudad.

The Adventures Of Ohm & Sammy FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora