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Sammy podía considerarse una pequeña con la actitud de ambos de sus padres, pero tenía más presente la del omega, pues a veces la pequeña podía ser tanto dulce como el omega como exigente y capaz de enfrentarse a los problemas, Sammy debía admitir que se había enojado por completo con Yacht por el beso que le había dado, y ahora que podía ver a ese chico prácticamente hablando tan alegre con otra niña no le gustaba.

- ¡Hermana! -Ohm de inmediato revolvió los cabellos de Sammy molestándola en el proceso, Ohm era solo unos centímetros más alto que ella, y eso no le gustaba-. ¿Qué pasa? ¿Y esa cara de pocos amigos?

- Yacht está con otra niña -hizo un pronunciado puchero-. ¡Lo odio!

- Odiar es una palabra muy fuerte –menciono Ohm a lo que Sammy solo soltó un pequeño suspiro-, oye, no estés así por él, hay más niños.

- ¡Lo dices porque a ti no te han dado un beso! Si hubieras sentido lo que yo, estarías de la misma forma.

Ohm rodó los ojos, desde que Sammy había cumplido los nueve años y él los diez, su hermana ha estado más interesada en aquel chico que de costumbre, y no lo podía entender, su pequeña hermana debía dejar de pensar en ese tonto que prácticamente la ha abandonado un poco.

- Deja de pensar tanto en él -menciono Ohm-, hay más chicos en los cuales puedes interesarte, niña.

Sammy rodó los ojos.

- ¡Papá lo entendería!

- Sí, tal vez lo haga, pero aun así, deberías dejarlo, ¿qué tal si él no quiere nada contigo después de todo?

- ¡Eres el peor hermano del mundo, Ohm! -bufo molesta.

Ohm soltó una suave risa al escuchar a su hermana, sabía que su pequeña hermana seguía tan embelesada con ese tonto de Yacht, y no entendía que era lo que le veía, para él simplemente era un idiota roba hermanas.

- ¡Ohm! -el mencionado miro hacia atrás encontrándose con su primo, sabía que no eran primos, pero como los padres de él y los suyos eran amigos muy cercanos, aún consideraba a ese chico su primo-. ¿Tienes dinero que puedas darme?

- ¿Por qué piensas que tengo dinero? ¿Y para qué lo quieres exactamente?

- Solo dáselo, Ohm -menciono Sammy aun suspirando por el tonto de Yacht.

- ¡Sí, dámelo!

- ¿Es para golosinas? -el menor asintió sonriente-. ¿Sabes que el tío Tul me matará, verdad?

- No lo hará si no lo digo, ¡tranquilo! No se lo diré, lo juro.

Ohm se lo pensó por solo unos momentos, pero termino asintiendo de inmediato, así que saco de uno de los bolsillos de su chamarra el dinero y se lo entrego al menor que de inmediato sonrió y agradeció múltiples veces a Ohm mientras se iba corriendo, ese primo suyo sí que gustaba de las golosinas.

- Es muy lindo -menciono Sammy.

- Lo vas a desgastar de tanto mirarlo.

- ¡Ohm Suppasit!

- ¡Samantha Suppasit!

The Adventures Of Ohm & Sammy FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora