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Ohm no había tenido una gran fortuna, su celo había llegado en el momento menos esperado, y fue cuando estaba en clases de gimnasia, no quería que nadie se le acerará para nada, lo único que quería era salir de allí, Mew llego rápido a la escuela para poder llevarse a Ohm, a pesar de los gruñidos que soltaba Ohm, Mew le había pedido que dejase de intentar alejarlo, que necesitaba que se calmase.

De inmediato le había dado supresores a su hijo, pero Ohm seguía muy inquieto, quería salir y escaparse, sentía demasiado calor y un dolor indescriptible en la parte baja, gruño de nueva cuenta al escuchar a Mew entrar a su habitación.

- ¡Mierda! -Mew se había asustado al ver como Ohm casi estaba a punto de atacarlo, definitivamente no extrañaba eso-. Cálmate, sé que te duele, pero debes soportarlo.

- ¿¡Cómo quieres que lo soporte?! -gruño en respuesta a lo que Ohm soltó un bufido, odiaba escuchar a Mew gruñir, se sentía pequeño, su padre es un alfa imponente eso debía admitirlo, además de que era digno de su admiración después de todo.

- Toma esto -menciono Mew dándole de nueva cuenta otro supresor-, gastas mucha energía, debería descansar.

- No, no quiero descansar -soltó un bostezo.

Mew sonrió al ver aquello, los supresores hacían que a la primera vez de tomarlos te relajarás de manera rápida, como la energía que se utilizaba a la hora de entrar en la presentación era demasiada, los cuerpos de tanto omega como alfa, se sentían pesados y cada vez más débiles, por lo que debían de estar en reposo por unos días para recuperar las energías perdidas, Mew recuerda que tuvo que quedarse en casa por tres días, pues se sentía demasiado cansado como para siquiera levantarse, pero era lo normal.

Ahora Ohm estaba experimentando aquello, Mew supo por el aroma de su hijo que se trataba de un alfa, así que Ohm si había terminado de presentarse como alfa, se había sorprendido que su hijo ni siquiera utilizase la voz de mando para sacarlo de su habitación, eso lo tranquilizaba, y también el hecho de que no pidiera la presencia de Gulf, sabía que Ohm había aprendido su lección, pero de todas formas quería prevenirse, nunca se sabe lo que puede pasar.

- Papá -la voz adormilada de su pequeño hizo que dejará sus pensamientos de lado.

- ¿Sí, cachorro?

- Gracias...

- ¿Por qué?

- Por estar aquí -Mew se acomodó para darle una sonrisa-, pensé que moriría...

- Tranquilo, es normal sentirse de aquella manera, créeme que cuando me presente, me sentía de lo peor, inclusive me sentía tan débil que creí que no despertaría para el día siguiente.

- Creo que me siento igual.

- Descansa, cachorro...

Ohm dio un asentimiento y se acomodó mejor entre las sabanas para después cerrar sus ojos, de inmediato cayó en un profundo sueño, Mew sonrió al ver a su hijo un poco más tranquilo y ya dormitando, de vez en cuando soltaba algunos gruñidos entre sueños, siempre el lobo estaba allí para cuidarte.

The Adventures Of Ohm & Sammy FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora