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Uy, yo actualizando por tercera vez casi consecutiva. Cuidado, que me muero.

Los rayos del sol se asoman débilmente entre los altos cerros que rodean Tokyo, por lo cual, la tierra aún está fría y el viento es fuerte, lo suficiente para mover nuestros cuerpos entre una leve balada de pasos y sonrisas alegres.

Entre besos y suspiros, nuestros cuerpos cayeron poco a poco, rendidos ante el cansancio, en busca de comodidad y refugio, quedando sentados a los pies de las escaleras, acurrucados y pegados. Mis manos se sostienen del cuello de Baji, y aquí, sentado entre sus piernas, él me aferra dentro de su chaqueta, protegiéndome del frío, apretando mi cintura con su brazo, mientras su otra mano se pasea por mi nuca, enterrándose en mi pelo.

Mis labios arden como el infierno, por la gran cantidad de besos que hemos compartido, a diferencia de las palabras, que han carecido.

Me separo levemente, mirándolo a los ojos. El me regala una sonrisa tímida, y despacio, se inclina levemente, pegando su nariz a la mía, como un gatito, dándome leves caricias. No tengo palabras para decir, así que solo me he dedicado a disfrutar de sus besos y compañía.

—Debes estar cansado.—Murmura, acariciando mi pelo. Es la primera palabra que logra decirme, luego de confesar que yo también le gustaba.

—¿Ya quieres irte?—Pregunto, y él niega con la cabeza.

—Estas dormitando.

Soy consciente del ardor de mis ojos por llevar casi dos noches sin dormir, mis piernas duelen por el tiempo que he estado de pie, al igual que mis brazos por lo que he trabajado. La garganta me pica, por cantar tanto, y mis dedos apenas tienen la fuerza para seguir aferrados. Pero nada de eso es mi principal atención, solo lo es el hombre frente a mi, que me cubre entre su ropa y me inunda con su colonia.

—Estoy bien.—Susurro, contra su mejilla. Mi nariz se pasea por su cálido rostro, bajando hasta su cuello, donde finalmente me recargo y aguardo.

—¿Tienes frío?—Pregunta nuevamente y yo sonrió. ¿Como tenerlo cuando estoy de esta manera en sus brazos, ropa, y calor?

—No.—Ronroneo, aspirando el olor de su perfume.

Ahora que ya dejamos los besos, mi mente comienza a procesar lo que esta pasando. Finalmente, ambos nos confesamos, y estoy feliz porque soy correspondido.

Suspiro con una leve sonrisa, cerrando mis ojos, me siento tan cómodo y a gusto, que siento que mi corazón se puede detener aquí mismo. Ni siquiera hay incomodidad, y a pesar del poco contacto físico que hemos tenido, se siente como si he pasado toda una vida entre sus brazos.

Puede ser tonto, pero es la verdad. Todo en Baji me parece conocido, no hay nada de él que me altere. Sus dedos se pasean por mi espalda, y puedo escucharlo respirar pesadamente.

—Chifuyu.—El me llama. Masculló un "Mmm" como respuesta, pero no me muevo del lugar en el que estoy.—Quiero preguntarte algo.

—De acuerdo.—El se queda en silencio unos segundos, pareciendo pensar sobre algo.

—Tu y yo ¿Vamos a salir, no? Ósea ¿Estaremos juntos?—Lo escuche tragar saliva, y sonreí. Es la primera vez que alguien me hace esa pregunta, y solo quiero decir que si y no huir. Porque siento demasiado hacia el, como para dejar lo nuestro en una relación superficial, lo quiero solo conmigo.

Me separo de el, para mirarlo. Sus mejillas están rojas y ve hacia otro lado.

—No tengo experiencia en esto, ya no me mires.—Suelto risas cuando el tapa mis ojos con su mano, dejándome en la oscuridad.

CORRUPTED TEACHER.[CHIFUYUXBAJI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora