Niños

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—Océano Pacifico.

Aquel velero otorgado por el grupo de John Polk, alias Capitán Citrus, surcaba por el interminable azul del océano pacífico, habían pasado ya varias horas desde que habían visto el último ápice de tierra en la lejanía; Marc Spector veía el pronto anochecer desde la punta del mastín, aun con su traje puesto y mientras comía de un sandwich con su máscara alzada del mentón. El sonido de las gaviotas simbiontes lograban llamar la atención del una vez heraldo de Konshu, aunque siendo esta robada al ver como una flecha atada a un cordón atravesaba a una de estas gaviotas; Kate Bishop llamó era quién llamaba su atención, lanzando flechas ahí en la proa del velero.

—Eres buena con esa cosa Bishop— confesó Marc —, casi tan buena como Hawkeye

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—Eres buena con esa cosa Bishop— confesó Marc —, casi tan buena como Hawkeye.

—Fui entrenada por Clint, así que gracias— contesto Kate, lanzando una flecha más, esta también unida a una cuerda

—¿Para que cazas las aves?— pregunto Marc, aún sobre las velas del navío

—La cena, un intento de pollo rostizado o algo así— declaró Kate, quien tiraba de las cuerdas —¿El pollo es un ave?— pregunto bromista Kate, tras sacar del agua a dichas aves

—Si le vemos lo positivo, ya tienen sal— intervino Jessica, saliendo del interior del velero —¿Creen que esa tormenta nos alcance?— pregunto Jessica, mientras miraba con cierta preocupación hacia un gran cúmulo de tormentosas nubes en la lejanía

—Al menos hay espacio para todos dentro, si nos alcanza la lluvia claro— susurro Marc, mientras respiraba de manera profunda —, hay mucha agua en el aire, se acerca.

En el interior, Steve y Flash miraban atentos los mapas oceánicos en busca de la isla más cercana a las coordenadas que habían obtenido de la radio; Flash se mostraba atento a la radio en búsqueda de alguna nueva transmisión que pudiera reafirmar las coordenadas, puesto que de acuerdo a Steve y sus mapas, solo una isla mediana estaba cerca de esas coordenadas. Flash solo se tomó con un leve dolor de la frente, llamando la atención de Steve e incluso de Laura, quien yacía acostada en la cama mientras leía un libro llamado: Corazones tormentosos.

—¿Flash?— pregunto Steve, dejando de lado los mapas y acercándose al rubio —¿Qué pasa?

—Uff...— aseguró entre un fuerte cerrar de sus ojos —, no se que fue eso Cap, pero mi simbionte lo sintió y a juzgar por ello, creo que algo cerca de aquí no nos quiere cerca a nosotros— confesó Flash, generando de nueva cuenta su traje de simbionte a su alrededor

—¿Nosotros?— pregunto Laura, mientras se señalaba a ella y a Steve, algo confundida

—Los que tenemos simbiontes— aclaro el soldado

—Ah bueno— sentenció aliviada la mutante

—¡Steve!— entro gritando Jessica, un poco cubierta de brisa de la venidera tormenta —Tenemos una situación aquí aquí, viene una tormenta...

Capitán América: Un buen hombre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora