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Takemichi cabeceó, el lápiz en su mano perdiendo firmeza ante el sueño que golpeó su cuerpo en medio de la clase de historia.
Atrás de ella, Chifuyu frunció el ceño preocupado "Michi" susurró, no queriendo que el profesor lo escuchara "¿Estás bien?"
Tomó unos largos segundos antes de que su amiga le respondiera, pero finalmente murmuró una afirmación.
O lo hubiera hecho si no estuviera durmiendo sobre el pupitre.
Matsuno suspiró, acostumbrado desde hace un par de semanas a este tipo de comportamiento proveniente de la Hanagaki.
Su mente viajó hacia unos cabellos largos monoctromaticamente blancos y negros, la perezosa voz de Wakasa Imaushi arrastrandose con la lentitud de alguien con falta de sueño.*
Probablemente él era el culpable de las ojeras de su mejor amiga (¡futura novia!). Tenía que serlo, la pelinegra solo había empezado a lucir así desde que se empezó a juntar con Imaushi.
Oh, como Chifuyu odiaba a ese hombre. Era el novio de Takemichi, cosa que todavía no entendía como era posible por la diferencia de edad, y todo en el enfurecía a Chifuyu a niveles alarmantemente altos.
Desde la manera en que aprovechaba cualquier oportunidad para pegarse a Takemichi como una cría a su madre hasta las cosas (muy probablemente sucias) que le susurraba a la oji-azul, sonrojandola como una hermosa flor roja y provocando una dulce sonrisa en sus tan, tan lindos labios rosados-
Está bien, puede que gran parte del odio de Chifuyu se deba a su enamoramiento.
¿Cómo culparlo? Estuvo con Takemichi desde que los dos gateaban, crecieron juntos, fueron a la misma escuela desde infantes y los dos tenían la eterna confianza del otro.
Un dulce e inocente amor adolescente, todo lo contrario a la relación de Wakasa y Takemichi.
Lo cual, en realidad, era una de las razones por las que Takemichi debería mandar a la mierda a su novio ─Chifuyu sintió náuseas de tan solo pensar en aquel hombre relacionado a Hanagaki de esa manera─ y empezar a verlo como algo más que un mejor amigo.
Cliché, diría Baji-san, pero él todavía no se daba cuenta que sonrojarse al escuchar la voz de Kazutora no es normal, así que su opinión no es válida.
(Algo que Chifuyu no tenía ni idea era que Imaushi no caería sin pelear, después de todo, Wakasa era más que un pandillero.
Y al final, fue la fuerza en sus piernas lo que lo convirtió en un dios).
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La luna brilló en lo alto, acompañada de estrellas y el manto de la noche que los arropó mientras el Sol bajaba, cediendo espacio a la oscuridad para tomar dominio.
A veces Takemichi pensaba en ese tipo de cosas, en lo enorme que era la galaxia y lo pequeños que los humanos eran a comparación.
"Por eso hay que aprovechar cada momento" ajustó la correa de su mochila escolar con una sonrisa "Vivir como si fuera el último día, para no tener arrepentimientos al final"
El suyo, en particular, era enseñarle a Chifuyu una fachada de persona.
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Wakasa envolvió sus labios alrededor de uno de los extremos del cigarrillo, manteniendo aquel adictivo humo en sus pulmones durante un tiempo antes de dejarlo ir con un suspiro.
"Parece que te hice esperar, Waka"
Dejó que el palillo de cáncer cayera al suelo, aplastandolo debajo de la suela de su zapato y girandose para mirar a la oji-azul.
"No fue tanto" dijo, consciente de que era una mentira. La Hanagaki era tan perfecta que tal vez fue él quien llegó muy temprano
"Bueno" Takemichi rebotó con cada paso, pasando al lado de Imaushi y tomando su mano para jalarlo "Deberíamos irnos, la reunión está a punto de comenzar"
