Seok Jin se consideraba una persona de gustos sencillos, lo extravagante no iba con él y por eso se había dedicado a tener lo necesario para darse sus gustos sin exagerar, su vida era lo que siempre había soñado con la simple diferencia que no tenía...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Había sido divertido haber hecho el muñeco de nieve, especialmente cuando "sin querer" empuje a Namjoon a la nieve y este cayo de frente quedando su cara completamente blanca a la hora de colocarse de pie, lastimosamente el frío estaba haciendo de las suyas logrando calarme los huesos a pesar de estar bien abrigado.
--Mejor te llevo al interior de la casa –dijo Namjoon mientras terminaba de limpiar la nieve esparcida por todo su abrigo- tienes la nariz y las orejas muy rojas además ya es hora de que te tomes el medicamento.
--¿Ya? –Pregunte observando la hora en mi reloj- cierto, no lo había notado.
--Vamos.
Namjoon tomo mi mano entre la suya entrelazando nuestros dedos mientras nos dirigíamos a la casa, los chicos no habían llegado aun por lo que me preguntaba ¿en donde estaban? O ¿Qué estaban haciendo tan temprano en la calle?
Una vez dentro quite mis zapatos que estaban muy fríos y me coloque las pantuflas que abrazaron de manera deliciosa mis pies congelados.
--Dame tu abrigo –dijo Namjoon ayudándome a quitármelo con cuidado- acércate a la chimenea para que entres en calor, iré a buscarte un poco de chocolate caliente.
--Yo puedo...
--No –dijo colocando su dedo índice sobre mis labios- cerca de la chimenea, ahora.
--Namjoon...
--Ahora –volvió a repetir-
--De acuerdo –sabía que no lograría hacer que cambiara de opinión así que obedecí-
Me senté en el sofá más cercano al fuego para luego sacar mi teléfono y enviarle un mensaje a mi hermano, suponía que debía de estar muy ocupado como para no haberme escrito por lo cual no quería molestarlo o interrumpirlo. Navidad estaba a solo dos días por lo que las tiendas que aun no cerraban debían de estar abarrotadas de personas desesperadas por comprar sus regalos y suministros para la cena navideña, observe el fuego fijamente recordando un poco de mi adolescencia, mi madre para estas fechas tenia la mansión demasiado decorada y sin ningún lugar vacio o solitario –y eso que era muy grande- el enorme árbol que adornaba nuestra sala de estar con todos los regalos a sus pies burlándose de nosotros al saber que no podíamos destapar ni uno solo hasta que no fuera la mañana de navidad, era frustrante no poder tomar ni uno solo.
--Aquí tienes príncipe –Namjoon se sentó a mi lado y su sola presencia me saco de mis recuerdos del pasado- no encontré ninguna galleta de las de ayer por lo que traje unas saladas de una caja que tiene Jimin oculta de Tae.
--¿Cómo la encontraste tú? –Pregunte tomando la taza humeante entra mis manos-
--El enano las escondió donde las esconde mi mamá cuando no quiere que yo me las coma, pero debo de admitir que no es ningún impedimento para mí.
--Eso quiere decir que te gusta robarles las galletas a tu madre –dije tomando una-
--Es que son muy ricas, además siempre las repone rápido por lo que no es como para formar un escándalo que yo me las coma.