↳ ੈ‧₊˚ ┊͙ EN LA CUAL AURORA ES UNA NIÑA INOCENTE QUE NECESITA LA PROTECCIÓN DE STILES.
"bailando por nuestra casa, con tu fantasma."
ADVERTENCIAS: IMPEDIMENTO DEL HABLA, DDLG, DADDY KINK, SMUT, LENGUAJE EXPLÍCITO
libro 1 de la serie 'ghost of you'!
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Ayudar a sujetar a Scott para Derek era una pesadilla viviente. La frágil chica, que ya estaba tan agotada y débil, luchó por sujetar el musculoso brazo de Scott hacia atrás mientras él gruñía y gritaba ante las acciones de Derek de darle el tatuaje que quería. A decir verdad, Stiles estaba haciendo la mayor parte del trabajo. Aurora se sintió mal por no poder ayudar más, pero sabía que Stiles la amaba tal como era; su dulce, frágil e inocente niña.
La carne de Scott estaba caliente contra sus pequeñas manos heladas. Casi se quemó, o tal vez ese fue el calor del encendedor de Derek. De cualquier manera, se sentía abrasadora por fuera y helada por dentro.
Finalmente se detuvo cuando Scott se desmayó. Aurora suspiró de alivio, prácticamente cayendo en el abrazo de Stiles con un gemido. La pequeña niña se aferró a él en silencio, disfrutando por completo de su afecto mientras él le alisaba el cabello y le susurraba cosas dulces al oído. Sus ojos se cerraron con felicidad, no queriendo nada más que estar envuelta en la cama con su novio en una de sus camisetas.
Ella saltó de repente, los ojos se abrieron como platos cuando Scott recobró la conciencia. "¡Joder!" Ella exclamó mientras se sacudía hacia arriba, accidentalmente dando un codazo a Stiles en su costado. Después de comprobar que estaba bien, la pequeña se volvió hacia su mejor amigo hombre lobo, cuyos ojos de cachorro se suavizaron al ver su nuevo tatuaje.
"¡Funcionó!"
"BBuen..." comenzó Stiles cuando el trío se dispuso a salir de la vieja casa de Derek. Aurora se aferró cansada a su brazo izquierdo, su rostro aplastado contra su músculo. "Parece bastante permanente ahora."
"Sí." Scott sonrió mientras se frotaba las manos sobre el nuevo tatuaje. "Necesitaba algo permanente. Todo lo que nos ha pasado, todo cambia tan rápido. Todo es tan ..." Se interrumpió, una mirada escasa en sus ojos color chocolate. "Efímero."
Stiles asintió. "¿Estudias para el PSAT?"
"Sí."
"¡Bonito!"
Scott abrió la puerta cuando Aurora se rió levemente ante la conversación de los dos. El sonido angelical se apagó ante el aspecto de la puerta recién pintada.
"Tú pintaste la puerta." Scott reconoció.
"La hubieras puesto rosa." Aurora juzgó, a lo que Stiles estuvo de acuerdo con un asentimiento y un tarareo.
"¿Por qué pintaste la puerta?" Scott preguntó, de repente poniéndose muy serio. Los ojos color chocolate de Aurora cambiaron entre los tres hombres en la habitación, cada uno tan tensos como el otro.
"Vete a casa, Scott."
"¿Y por qué sólo de un lado?" Scott hizo palanca.
"S-Scott, tal vez deberías e-escuchar-" intentó Aurora, pero las garras de Scott ya estaban clavando en la madera pintada. Stiles empujó a su novia un poco hacia atrás, sacándola de la línea de fuego.
Finalmente, la puerta reveló un patrón triangular.
"Los pájaros en la escuela y el ciervo anoche, al igual que la noche en que fui pisoteado por el ciervo." Scott reconstruyó las piezas mientras Aurora estaba allí, estupefacta. "Cuando me mordió el alfa. ¿Cuántos hay?"
"¿Cuántos qué?" Aurora preguntó en voz alta, los ojos pasando entre los dos hombres lobo.
"Alfas, bebé." murmuró Stiles. "Intenta mantener el ritmo."
Derek suspiró. "Una manada de ellos."
Simultáneamente, los tres adolescentes tragaron saliva.
"Una manada alfa."
"¿Todos ellos? ¿Cómo funciona eso?"
"Escuché que hay una especie de líder."
"¿Escuchaste quién?" Preguntó Aurora con curiosidad, haciendo que los tres la miraran salvajemente.
"¿Qué?" Derek preguntó, sin darse cuenta del todo y sorprendido de que esa fuera su respuesta a todo esto.
"¿De quién se enteró? ¿Hay algún tipo de línea directa de hombres lobo que no sabes?"
Stiles envolvió su brazo alrededor de su hombro, sacudiendo la cabeza mientras Aurora bostezaba dulcemente a su lado. "Ignórala, está cansada."
Derek negó con la cabeza, volviéndose hacia Scott. "Se llama Deucalion. Sabemos que tienen a Boyd y Erica." A Aurora le dolía el corazón al oír el nombre de la chica que alguna vez fue dulce. "Peter, Isaac y yo los hemos estado buscando durante los últimos cuatro meses."
"Digamos que los encuentras. ¿Cómo lidias con una manada Alfa?"
"Con toda la ayuda que puedo conseguir."
"¿Donde esta ella?" Una nueva voz llamó su atención cuando Aurora saltó de su piel con un grito ahogado. Isaac estaba sentado sin camisa, con los ojos mirando al grupo con confusión. "¿Dónde está la chica?"
"¿Qué chica?"
"No te vayas, niña bonita." Stiles hizo un puchero mientras se inclinaba para besar a su novia. Aurora se rió de su estupidez e insistió en que tenía que irse a casa.
"¡No he estado en casa en días, Stiles! Mi mamá probablemente piensa que estoy muerta."
"Pero yo duermo mejor contigo, ángel." Hizo más pucheros, descansando su mano contra su mejilla y mirando a su novia con inocencia. El ángel a su lado sonrió, amando el sentimiento tan necesario, antes de capturar sus labios en un dulce abrazo. Al instante, el chico de cabello azabache se hizo cargo, la mano se entrelazó a través de los mechones rubios de Aurora y la animó a acercarse a él. No era la posición más incómoda en la que había estado en el auto de Stiles y sus mejillas se sonrojaron al recordar hace solo unas semanas cuando él la tenía doblada sobre sus rodillas sobre el asiento trasero.
"Dios, mírate." Stiles murmuró, sus profundos ojos color miel mirando fijamente los charcos de chocolate de Aurora. "Eres tan bonita." Pasó su pulgar sobre sus labios levemente hinchados, sonriendo cuando ella suavemente tomó su pulgar en su cálida boca. "Mierda." Stiles exhaló, "Espera hasta que la próxima vez te tenga a solas en mi habitación, pequeña." Sus siguientes palabras la dejaron sin aliento.
"Te haré sentir tan bien hasta que seas un desastre."
