Capítulo 34

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Emelina tomaba el té con Celenia y Amelia al lado de la chimenea en aquella tarde fría y lluviosa. Perla, al ingresar al salón y ver que no estaba la madre de Emelina, llama a la muchacha para que le acompañe, dando de excusa el necesitar la ayuda de la joven.

Ambas fueron a la habitación de Perla para tener privacidad, en donde ella le habla a la muchacha sobre sexualidad y los secretos que oculta la alcoba de un matrimonio.

— A sí... eso ya me lo contó Sergio — decía con naturalidad Emelina

Perla queda perpleja ante eso.

— ¿Hablaste de eso con Sergio?

Emelina se sonroja, ya que hablo de ello sin pensar.

— eh... no mucho... es que estaba asustada por lo que decía mi madre y él solo me enseñó algunos libros que mostraban sobre aquello... pero no sé más

— Emelina, ustedes siempre se han tenido confianza, se quieren y comparten la mayor parte del tiempo juntos, incluso más que con tu prometido Sebastián. ¿Por qué no escogiste a Sergio para que sea tu esposo?

Emelina presiona la falda de su vestido en señal de nerviosismo.

— Es que Sebastián es atento y caballeroso, él me quiere — responde Emelina — en cambio Sergio, es solo mi amigo y a él le gustan otro tipo de mujeres, por eso visitas a la Baronesa de Biada, ella es hermosa... algo que yo jamás podré ser

— Querida niña, ¿tú le quieres?

Emelina le daba a Perla una mirada triste, para luego negar con la cabeza. Era tan notorio que ella estaba secretamente enamorada de Sergio, pero que había ocultado sus sentimientos a causa de la imagen que él se creó.

Luego de aquello, Perla continúa explicándole sobre sexualidad, desde la mirada de una mujer, como ella podía descubrir su propio placer, como tocar y como amar a su esposo de la mejor manera, para que aquel acto sé hermoso y satisfactorio para ambos.

Durante la noche y después de la cena, Perla ya no podía aguantar el nudo en la garganta y necesita contárselo a Sergio, así que hablan en privado antes de ir cada quien a sus habitaciones para ir a dormir.

— Esta mañana hable con Emelina — decía Perla — ella me dijo que le hablaste sobre lo que ocurre en la noche de bodas.

Sergio, que estaba bebiendo un agua de manzanas cocida, comienza a toser por el asombro de escuchar eso. A lo que Perla comienza a reír de verlo tan asombrado.

— No te preocupes, no era de eso de lo que quería hablarte

— Tía, qué malvada eres. Ahora me duele respirar por tragar de este jugo — tosía Sergio, carraspeando y recuperando el aliento — ¿De qué es lo que quieres hablar entonces?

— Emelina te quiere...

Sergio queda sorprendido ante aquello, pero trata de que su emoción no nuble su razón.

— ¿Ella te lo dijo?

— No abiertamente, pero da a entender que sí — Perla toma de la mano de Sergio y la sacude — Ella tiene ideas equivocadas por la imagen de casanova que le has dado en todo este tiempo y se lo has confirmado al tener de amante a la Baronesa de Biada...

— Tía, no sigas con eso. No cultives en mí esperanzas, el de pensar que ella podría quererme, siendo que no es así, me mortifica — Sergio da un suspiro triste — ella ha escogido a Sebastián y ellos se casarán.

— Te lo digo, porque aún no es tarde Sergio. Aún puedes hacer algo — Perla le presiona con fuerza la mano de él — Lucha, lucha por tu amor. No seas uno más de los que viven arrepentidos y amargados, por no haber actuado cundo podía hacerlo.

Un Amor Tan TraviesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora