Las personas entran y salen de nuestras vidas. Algunas pasan sin dejar marca alguna, como una simple gota de lluvia que al caer dejó mojada una superficie que al rato ya se secó.
Otras, en cambio, entran y dejan una marca que jamás seremos capac...
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UNA VEZ QUE OPHELIA ACABÓ CON SU INSCRIPCIÓN, la vampira se dirigió hacia su auto y se retiró del establecimiento. Como había pensado la noche anterior, podría comenzar a asistir al lugar en dos días.
Con la idea de conseguir un lugar propio en el que vivir, la pelirroja comenzó la búsqueda de una casa disponible en el pequeño pueblo. No fue el trabajo más difícil, pero a su vez no fue el más sencillo. Aún así, con gran éxito, Ophelia consiguió una linda casa en la misma cuadra que la casa de los Swan.
Esta se encontraba a dos casas de la residencia Swan. Contaba con dos pisos y la pintura exterior era de un color marrón oscuro. El piso principal contaba con un gran espacio abierto en donde estaba la cocina, comedor y sala de estar; la única habitación separada en aquel piso era el baño.
A un costado de la sala estaba la escalera que dirigía hacia la planta superior, la cual solo tenía un baño y la habitación principal. Esta última ya se encontraba amueblada con una cama en una de las esquinas, frente a la única ventana, y con un pequeño sofá de una persona a un lado. A los pies de la cama había una pequeña escalera de dos alturas con una lámpara y una planta. Por el resto del sector de la cama distintas plantas se encontraban distribuidas.