Las personas entran y salen de nuestras vidas. Algunas pasan sin dejar marca alguna, como una simple gota de lluvia que al caer dejó mojada una superficie que al rato ya se secó.
Otras, en cambio, entran y dejan una marca que jamás seremos capac...
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UNA SEMANA YA HABÍA PASADO desde el encuentro con los Volturi y desde que los Cullen regresaron a Forks. Para la sorpresa de esta misma, salvo un par de sus integrantes, el regreso de la familia no fue un gran evento como ellos creyeron que sería. Nadie movió ni un pelo ni habló de su regreso, todos simplemente los trataron como si no se hubieran ido del pueblo.
Rosalie, Emmett y Jasper estaban agradecidos por esto, siendo que la pareja ya no asistía a clases y Jasper se había quedado solo sin el apoyo de esto. Si bien él aún contaba con la presencia de Alice y Edward, las cosas ya no eran las mismas luego del cumpleaños de Bella. Edward, por más que lo negaba, tenía un poco de resentimiento hacia al vampiro ya que según él, su ataque fue la razón por la que él perdió a su Bella.
Con Alice la cosa era diferente, aquellos meses en los que no estuvieron en Forks le sirvieron para darse cuenta de que Alice realmente nunca fue su compañera y donde comenzó a preguntarse cómo era que había aguantado a la vampira todas esas décadas juntos.
Para su suerte, Ophelia y Bella fueron la compañía que él necesitaba. Siendo que Edward ya no estaba a su lado Jasper ya no tenía que soportar su sed de sangre, lo cual le hacía mucho más fácil el trabajo de estar a un lado de Bella.
Esa semana en la cual estuvo compartiendo constantemente su tiempo con las dos chicas, le sirvió bastante para darse cuenta que tenía más cosas en común con la humana de lo que él realmente creía. También pudo darse cuenta de que los amigos humanos de estas dos no eran tan mala compañía como él creía.