"Confianza, decepciones y secretos"

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Por qué todos guardamos secretos.
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Con un salto despertó exaltada. Tocó su frente sudada. Trató de regular su respiración. Miró tratando de ubicarse. Estaba en el departamento de Sasuke.
Miró a un lado de la cama y lo encontró vacío.

Agradecía internamente su ausencia. Hubiera sido muy vergonzoso si la hubiera visto en medio de una pesadilla. No podía dejar demostrar esa fase, no podía exponer lo defectuosa que estaba. Sasuke había salido temprano en la mañana a trabajar, y saliendo iría por sus pomadas y ungüentos. Difícilmente había estado durmiendo. La espalda le molestaba, y ella en algunas ocasiones podía escucharlo quejarse. Para ver pasado una semana desde el incidente no parecía a ver mucha mejora. El se había negado a una valoración médica, confiando únicamente en los ungüentos qué ella consideró podrían ayudar.

Miró la hora, eran 10:07. Pese a ver dormido hasta tarde la fatiga no desapareció. Se levantó tendiendo la cama y se preparo para una ducha, tal ves solo así el cansancio desapareceria.
Se desvistio quedando en ropa interior. Pese a estar delgada no se sentía en forma o fuera de lo extravagante. Tal ves por esa razón Sasuke ya no la tocaba. Por que si, desde aquélla primera vez no lo habían vuelto a hacer. No es como si no lo temiese, pese a verle gustado aún había cierto temor al dolor inicial. ¿Dolía al principio todas las veces? Pero en realidad ya había sido bastante mágico por tratarse de Sasuke.

Aunque tal ves estaba arrepentido o decepcionado, por eso no la había vuelto a tocar.
Lo máximo que habían llegado había sido a una sesión de besos y un chupeton a un lado de su cuello como evidencia de ello la noche anterior.
Se ducho rápidamente hasta que casi sin querer noto una ligera molestia en su labio.

No. Tenía que ser una broma.

El se iba a molestar. Casi sin querer comenzó a llorar.

El espejo le mostró con bastante notoriedad su labio partido y bastante hinchado. Aquello estaba lejos de parecer un pequeño golpe. Tanto ella como Sasuke sabían que el causante no era este último. Debió haberse mordido durante la pesadilla. Era un viejo había que había desapareció casi por completo.

¿Qué le diría? "Sasuke, no es lo que parece, sería capaz de engañarte. Sonara extraño y tonto pero yo misma me mordi"

De solo pensarlo sonaba tonto. Estaba totalmente descartado decirle que la causa había sido una pesadilla. Eso sólo lo haría indagar más y más para que terminará por descubrir partes vergonzosas de su vida.
Nisiquiera podía cubrirlo con maquillaje, no es que tuviera mucha habilidad, y sin contar lo observador que era.

Definitivamente no iba a creer en ella. No sabía que hacer. Sasuke regresaba hasta las 6:00 de la tarde. Tenía tiempo en pensar en algo. Primero tenía que tranquilizarse, y terminar sus pendientes, no quería parecer sospechosa. Rápidamente lavo la ropa, aspiro y escombro. Terminó sus pendientes escolares hasta terminar en la cocina. Siendo medio día aun la intranquilidad no desaparecía.

Casi pego un brinco cuando escucho el timbre sonar. Su pecho se exaltó con miedo. Casi con temor abrió la puerto puerta para suspirar aliviada.

- Hola, Sakura. -desde la puerta y con una enorme chamarra apareció Hinata con lo que parecían dos vasos.- Traje café, ¿no te interrumpo?

- Hinata... hola. No, no te interrumpes. Pasa. Es una sorpresa verte. - Y lo era, prácticamente no la había visto a ella ni a Ino en toda la semana. Con los proyectos y las clases, ni habían tenido tiempo de almorzar ni un día juntas, y aun había cierta tensión con Ino.

- Lo sé. Pensé en pasar a verte aprovechando que Sasuke-san no está. Naruto me trajo. Aunque exagero un poco con el clima. -río quitándose la enorme chamarra la cual a parecer era dueña del hiperactivo muchacho. Con cuidado la coloco en el sillón.

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