"Su Manera de Amar"

"Una oportunidad para creer"

"Por qué la desconfianza siempre le gana al amor"

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Su mente y cuerpo estaban agotados.
La cama era tan reconfortante que dudaba que pudiese levantarse. Lo veía casi imposible.

Sasuke estaba irracional. No le daba descanso, la tomaba en cada oportunidad que tuviese, y era decir mucho que aunque no las hubiesen se esforzaba por crearlas aun con la escuela y el trabajo. Su parte favorita era castigarla y con los últimos días parecía una rutina que el practicaba y no podía faltar. Siempre estaba ocupado, casi no se veían entre clases, en los recesos siempre estaba ocupado, ya ni comía y cenaba con ella.
Todo parecía molestarle. Siempre inquieto e insistente con sus deberes. Lo que si seguía igual o aun más intenso era su deseo por ella, no tenía reparos en la hora o lugar, con vergüenza recordaba las ocasiones en las qué la tomaba en el almacén del gimnasio, era tan difícil mantenerse callada que parecía hacerlo apropósito. Este Sasuke parecía no tener conciencia de sus actos, siempre sembrando una nueva sensación y color a su piel. Sus caderas estaban tan adoloridas por la fuerza de su agarré en sus caderas en el acto, algunas marcas de sus dedos contorneaban su cintura aun con el tiempo, sus labios siempre húmedos comenzaban a agrietarse por los mordiscos del Uchiha. No tenía piedad, siempre hambriento y desesperado por devorarla por completo. No había parte de su cuerpo que no estuviese marcado por el chico, desde chupetones hasta mordiscos.
Aveces sus actos eran desconcertantes, siempre serio y callado y al segundo siguiente entraba a la habitación o cualquier lugar en el que ella estuviese presente como un maníaco, apenas y podía contener las manos. Nisiquiera se tomaba el tiempo para entrar en ella o embestirla. Aveces nisiquiera notaba sus tenues muecas de dolor cuando se lo hacía tan brusco.

Pero pese a todo eso...

Lo disfrutaba, le gustaba esa irracional pequeña mezcla entre el dolor y el placer.

Era una masoquista.

¿Era normal?

¿Tenía derecho a disfrutarlo tanto?
Jamás en su corta vida había imaginado que el sexo sería algo tan estimulante y placentero.
Siempre lo había visto como algo impersonal y sucio.

Tal ves se debía por que se trataba de Sasuke.

No negaba que sus hormonas se descontrolaron por las sensaciones qué el chico trazo en su cuerpo. Sin embargo, ella se entregó por amor.
Ese siempre había sido su motivación.

Al ser jueves por la madrugada podía seguir durmiendo. Aún faltaba mucho para ir a clases, y no vería a Sasuke hasta clases. Sí. Sasuke no tenía mucho de haberse ido. Los había despertado una llamada telefónica de la familia de Sasuke.
Era extraño que lo despertarán a las 4:00 am de la madrugada por un asunto que podía esperar en la mañana. Más sin en cambio se guardo sus pensamientos.
Sasuke molesto por interrumpir su sueño colgó. Y sí, la miro con malicia y esa sonrisa sádica suya.
Le tomo menos de un minuto desvestirla y hacerla suya. No solo la tomo una ni dos veces, si no tres veces. Dejándola exhausta y resentida por la falta de descanso a su cuerpo.

Cerrando los ojos se permitió tratar de descansar. Su cuerpo aún trabajaba en desacelerarse.
Con malestar su estómago se revolvió con premura, alguna clase de sensación nauseabunda subió a su garganta. Como pudo salió disparada de la cama, sus piernas temblorosas se resbalaron cerca del retrete. Su estómago se vacío al mismo tiempo que un escalofrío recorrió su espina dorsal, sus ojos se humedecieron al mismo tiempo que su garganta se adormecia de dolor.
Sin fuerzas se quedó un tiempo en esa posición. Odiaba la fatiga que insistía en desaparecer.
Cuando el frío pudo más se dio cuenta de su desnudez. Ya más calmada se arrastro al lavabo para cepillarse los dientes. Al mirar de reojo pudo notar su silueta completa en el espejo del baño. Nunca se había tomado el tiempo de apreciar su desnudez inclusive en las duchas. Siempre había sido reservada en ese aspecto. Pero ahora era algo diferente.