Alice
Arroje sobre la cama las últimas camisetas de Travis que quedaban dentro de su armario, las doble y las guarde en una maleta que estaba casi llena. Suspire de cansancio. Me había llevado casi toda la mañana empacar nuestras cosas, no por que tengamos mucho, es decir Travis no... Yo era otra cosa. Mire las maletas con mi ropa e hice una mueca, cuatro maletas eran mías, Trav solo tenía dos y ni siquiera terminaba de llenarlas.
Revise la casa asegurándome de que no olvidáramos nada importante. Cuando comprobé que no era así me deje caer sobre el sofá mientras esperaba a que Travis regresara de hacer las compras, solo algunos alimentos para el siguiente viaje. Sonreí emocionada, no aguantaba un segundo más ya quería estar en camino.
Observe las llaves sobre la mesa de centro con el nombre del motel y repetí en mi mente, por milésima vez, los nombres de los diez moteles donde habíamos estado desde que comenzamos nuestro viaje. Llevábamos meses en este viaje y habíamos visto y conocido tantos lugares que solo recordar todo lo que había aprendido me causaba cosquilleo en el estómago.
La puerta se abrió y una sombra me cubrió totalmente. Travis cerró la puerta detrás de él y camino hasta estar a mi lado.
- ¿No te dije que cerraras la puerta con llave luego de que me fuera? - Pregunto con su típico tono de reprimenda.
- Lo olvide - le dedique una sonrisa de disculpa y él negó con la cabeza. - No te enfades, nada malo sucedió por no cerrar la puerta - me senté sin quitarle la mirada de encima.
Camino hacia la cocina y dejo las bolsas sobre la mesa. Cuando llegue junto a él ya estaba ordenando todo de manera que fuera más fácil encontrar cada cosa cuando tuviéramos hambre.
- ¿Llamaste a tu abuela? - Pregunto aun concentrado en lo que hacía.
- No.
Me miró fijamente, esperando una buena explicación.
- Quiero que nuestra visita sea una sorpresa - conteste sonriente.
- ¿Estás segura? - Levanto todo lo que acababa de ordenar y comenzó a caminar en dirección al coche. Lo seguí.
- Si. Estoy segura que no habrá problema y a Nana le encantara tenernos para las fiestas en casa - lo ayude a subir los víveres al auto. Lo mire a tiempo para ver una mueca rápida recorrer su rostro. - ¿Qué sucede?
- Nada.
- Trav...
- No creo que tu abuela quiera tenerme ahí para las fiestas - hizo una pausa -, creo que no le caigo muy bien a tu abuela, en especial a tu hermanastro.
- Lo que Drew piense no es importante. Pero claro que le caes bien a Nana, de otra forma nunca me hubiera dejado hacer este viaje contigo - dije con una enorme sonrisa.
Travis se volvió para mirarme fijamente como si hubiera recordado algo importante pero no dijo nada, porque de repente Gil salto sobre él por detrás haciendo que perdiera el equilibrio y cayera hacia adelante llevándome a mí con él hacia el suelo. Cayó apoyando una mano a cada lado de mi cuerpo en el suelo para evitar aplastarme.
- ¡Perro estúpido! - Le gruño a Gil que nos miraba moviendo la cola, me reí porque el perro parecía disfrutar el hacerlo enfadar cuando tenía la oportunidad.
- ¿Qué es tan gracioso? - Me fulmino con la mirada.
- Nada - le sonreí y solo se me quedo mirando - ¿Qué?
- Nada - dijo. Enrede mis brazos en su cuello al tiempo que se levantaba del suelo y me levantaba con él.
Me aleje y acaricie a Gil. Recordé la primera vez que lo acaricie luego de mi reencuentro con Travis, me había sorprendido enterarme que Gil había pasado sus días en su casa haciéndole compañía ya que yo recordaba lo irritado que estaba luego de que el perro nos arrojara al lodo cuando yo creí que era un lobo y también cuando le suplique que lo lleváramos con nosotros a la ciudad. Travis no admitió nada pero yo sabía que lo había conservado porque le traía recuerdos. De todas formas, el día de nuestro recuentro fue cuando decidí llamarlo Gil, en honor a mi abuelo, Gilbert y llevarlo con nosotros en nuestro viaje. Por supuesto que Travis no estaba convencido con la última parte pero termino cambiando de opinión, por mí. Desde entonces había cambiado de opinión en varias ocasiones para complacerme y sin tener que pedírselo. Se había vuelvo bastante complaciente conmigo y no entendía porque. Como tampoco entendía porque había mirado toda la noche la vez que hicimos el picnic bajo las estrellas. Me fue difícil concentrarme en la vista cuando sabía que su mirada estaba sobre mí todo el tiempo y no solo yo lo sabía. Eliot había bromeado sobre él en dos ocasiones pero Travis solo alejaba su mirada avergonzada por un minuto al siguiente otra vez estaba mirándome. Era como si no quisiera perderme de vista pero él sabía que yo no me iría a ninguna parte sin él. Ya estaba dicho.
Esa noche Jack y yo nos quedamos en la habitación adicional de la casa de Joy, porque de ninguna forma ambas podíamos quedarnos en la casa de Travis y quedarme sola en casa de Travis solo le traería a Jack ideas equivocadas. Por más de que le hubiera explicado que entre nosotros no había nada más que amistad, ella dudaba.
Y ahora después de meses de estar juntos no había sucedido nada entre nosotros que contradijera mis palabras. Travis y yo éramos solo amigos. Aunque... no podía olvidar el corto beso que una vez me dio para callarme. Soñaba sobre eso, a veces.
- Tu cara esta roja, ¿te sientes mal? - Se acercó para estudiar mi rostro.
- Estoy bien - mire en otra dirección para que mis mejillas dejaran de arder.
- ¿Estas lista para irnos? - pregunto. - ¿Estas segura que no vas a avisar a tu abuela que vamos en camino?
Negué.
- Seremos invitados sorpresa - le sonreí emocionada.
Travis me echo una rápida mirada y regreso a dentro.
Mire a Gil. Entendía la preocupación de Travis de no ser bienvenido pero no la compartía, Nana podía parecer severa la primera vez que la conocen pero es todo lo contrario. Las circunstancias fueron las que hicieron ver a Nana más protectora de lo que en realidad es, quiero decir, nos habíamos escabullido con Jack y habíamos estado desaparecidas durante dos días, lo que había puesto a Nana muy nerviosa dado que no llevaba mucho tiempo de haber sido encontrada sin memoria, y encima de eso, un chico no muy simpático me acompañaba.
- ¿Quién es él? - Había preguntado Nana apretujándome contra su cuerpo, claro, eso después de la reprimenda.
- Él es Travis, Travis ella es mi Nana - respire agitada una vez que Nana me soltó.
Él asintió y ella solo lo miro.
- ¿Alice, hay algo que debería saber? - Me miro preocupada.
- En realidad, sí - sonreí nerviosa.
Pasamos y nos sentamos en la biblioteca solo porque Nana se sentía insegura sobre lo que debía 'confesar' y quería estar segura de que si se desmayaba no iba a golpearse contra el suelo.
- Pediría que nos preparen el té pero esto me tiene demasiado inquieta. Habla, niña.
- No sé qué es lo que creas que voy a decir, Nana, pero no es nada de lo que probablemente crees. Travis, aquí a mi lado, - Nana lo estudiaba de arriba abajo - es quien me encontró y me cuido mientras no recordaba nada. Si no fuera por su ayuda probablemente no estaría aquí como hoy me ves - mire a Travis, me miraba serio. Nada afectado -. Decidí ir a encontrarme con él y proponerle - los ojos de Nana se agrandaron - acompañarme en mi viaje.
La habitación quedo sumida en completo silencio.
- Alice, yo no creo que... Tu... y él... No sé si puedo confiarle... - Me reí bajito.
- Nana, no tienes de que preocuparte. Travis es perfecto para acompañarme, se preocupa mucho por mí - le dedique una sonrisa juguetona a Travis retándolo a negar mis palabras. - Y es grande y fuerte, nadie se atrevería a acercarse a mí con él a mi lado.
Me llevo, al menos, dos horas convencer a Nana de que él era perfecto para ser mi acompañante y ella en ningún momento le quito la mirada de advertencia, ni siquiera cuando finalmente cambio de opinión y nos despidió con la promesa de regresar pronto para confirmar que Travis no había dejado que nada me pasara.
Mire hacia la puerta justo a tiempo para ver a Travis salir cargando dos de mis maletas, las guardo en el baúl del coche y se volvió para ir por las demás.
- Yo te ayudo - corrí detrás de él.
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[2] Sweet Disaster (Saga: Out Of The Woods)
Romance~ Segunda parte de mi saga Out of the Woods ~ Alice y Travis emprendieron un viaje sin destino ni tiempo limite dejando todo atrás, al menos esos eran los planes. Ahora ella decidió que quiere volver a casa para Navidad y él no esta muy seguro de qu...