Capítulo 8

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Travis

Cuando vi a Alice entrar al recibidor mi corazón se heló por la mirada desesperada en su rostro. Algo andaba mal. Entonces ella salió corriendo escaleras arriba ignorándome cuando la llame. Enseguida Jack estuvo detrás de mí.

- ¿Dónde está Alice? - Pregunto ella.

- Prácticamente subió las escaleras de un salto - le dijo Drew sin demasiado interés.

- ¿Qué sucedió? - Le pregunte a Jack. Ella negó con la cabeza.

- No tengo idea.

Maldije en voz baja. Algo le había pasado mientras yo estaba en su casa, debí haber ido con ella. Tenía que estar ahí con ella.

- No te preocupes por ella, es así todo el tiempo - comento Drew. Señalo la puerta de la biblioteca. - Vamos, iba a mostrarte la biblioteca.

- Ahora no - dije.

- Voy por ella - Jack se adelantó pero la detuve.

- No, déjame ir a mí.

Subí las escaleras tratando de no perder el control, si alguien le había si quiera respirado cerca sin permiso iba a salir a buscarlo y golpearlo hasta que no sintiera su propio cuerpo. Trate de calmarme. Respire hondo y golpee la puerta de su habitación. Nada. Ni un sonido. Volví a golpear. El mismo silencio. Mierda, algo andaba mal. Abrí y entre. Alice estaba acostada en medio de la cama sollozando mientras ocultaba su rostro entre las frazadas. No quería verla así, estaba tan alegre cuando salió de la casa; entusiasmada por ver a la gente haciendo las compras navideñas. Le pedí que me dijera que había sucedido pero solo fingía que nada había pasado con una sonrisa fingida. Parecía cansada así que procure no hacer más preguntas sobre el tema. Seque las lágrimas de su mejilla con el reverso de mi mano.

- ¿Qué hacías con Drew? - pregunto.

Ni siquiera yo sabía que hacia hablando con Drew.

- Parece que le simpatizo a tu hermanastro.

Me miro confundida.

- No puede ser - se tapó la boca con una mano -. Probablemente porque no conoció al Travis necio y gruñón - sonrió traviesa.

- Supongo que gran parte de ese Travis se ablando cuando te conocí - confesé y su sonrisa se volvió tan dulce y tierna que casi la bese. ¿Qué? No. Ni siquiera debería haber pensado eso. Aparte inmediatamente la idea de mi mente.

Ella sonreía y se reía como si hace un minuto no hubiera intentado esconder sus lágrimas. ¿Cómo lo hacía? ¿Cómo lograba ese control? En un momento podía estar envenenada en tristeza y al minuto siguiente se ve tan alegre que nadie podría creerlo. Es increíblemente fuerte, y esa es una de las cualidades que me gustan de ella

- Es bueno oírlo - sonrió un poco sonrojada. - Me siento especial.

Lo eres.

Se sentó e hice lo mismo.

- No tengo idea de que hacer para pasar el tiempo. No estoy acostumbrada a tener visitas - forzó una débil sonrisa. - ¿Sabes jugar ajedrez?

Asentí. Y su sonrisa se volvió traviesa.

- Juguemos. Te pateare el trasero jugando ajedrez - me tomo de la mano y me arrastro escaleras abajo hasta el jardín donde sobre una mesa coloco el tablero que había tomado cuando pasamos por la sala. Acomodamos las piezas y jugamos mientras hacíamos todo lo posible por mantener a Gil lejos porque cada vez que quería llamar nuestra atención estaba más cerca de tirar el tablero al suelo.

Comenzó como una manera de pasar el tiempo hasta que Alice se lo tomo en serio porque yo estaba pateando su trasero en este juego. Hacia pequeñas rabietas cada vez que dejaba una de sus piezas fuera de juego. Gane las primeras dos partidas, para la tercera Jack nos llamó a almorzar y como Alice no estaba dispuesta a aceptar la derrota traslado el tablero al comedor donde jugamos mientras almorzábamos.

- No te confíes, es bastante buena - me dijo Nana desde el otro lado de la mesa.

- Nana, no digas eso cuando estoy perdiendo - suspiro Alice.

Pero resulto que su abuela tenía razón, de una forma inesperada Alice comenzó a dejar fuera de partida mis piezas y gano las siguientes tres partidas. Me di por vencido. Mi espalda dolía necesitaba un descanso.

Mire el reloj sobre la puerta. Casi las cinco. Mañana seria noche buena y aun no le había comprado nada a Alice. Ni siquiera había comprado ropa para usar durante la cena. Estoy tan acostumbrado a no celebrar que olvide que ahora estoy en una casa ajena.

- Me duele todo el cuerpo - comento Alice detrás de mí.

- A mi también - le dije - ¿Qué te parece si...? - me detuve. No estaba seguro de lo que iba a decir.

- ¿Qué sucede? Te pusiste rojo - frunció el ceño en una mueca de diversión. - Oh no, ahí está otra vez tu expresión de odio - rió.

- Es el agotamiento...

- Claro.

- Por recibir una paliza en el ajedrez - ella sonrío orgullosa. - ¿Qué te parece si...?

Drew entro en la habitación leyendo unos papeles que llevaba en las manos.

- ¿Alguien ha visto la llave de mi auto? Estoy más que seguro que la deje en la sala - ni siquiera nos miró. Seguía con la mirada pegada en los papeles. Nadie dijo nada y al cabo de unos segundos salió en dirección a la cocina.

- ¿Que ibas a decir? - Alice me miro.

- ¿Quieres ir...?

Jack entro por la puerta de la sala con unas llaves, que supuse era la del auto de Drew entre otras.

- ¿Vieron a Drew? Encontré sus llaves - sacudió las llaves en el aire.

- Se fue por ahí - dijo Alice y ambos señalamos la puerta de la cocina.

- Gracias - se fue.

- Demasiadas interrupciones - comento ella soltando una risita. - ¿Si quiero ir a dónde?

Abrí la boca para decir algo y Drew entro por la puerta de la cocina para desaparecer en la sala. Esto era demasiado. Tomo a Alice de la mano y la lleve escaleras arriba hasta su habitación donde cerré la puerta detrás de nosotros.

- ¿Quieres ir a cenar conmigo esta noche? - pregunte finalmente y ella salto en su lugar.

- Sí. Claro que sí - sonrió entusiasmada.

- Pero esperaba que saliéramos antes, para que puedas enseñarme algunos lugares - con eso no sospecharía. Ella misma escogería, sin saber, su regalo de navidad.

- Es una cita. Te veo a las siete - demando sonriente -. Ahora sal de aquí que tengo que prepararme - me empujo fuera de la habitación sin darme tiempo de protestar.


[2] Sweet Disaster (Saga: Out Of The Woods)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora