Capítulo 3

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Alice

Entramos a la recepción del motel donde una mujer, que no aparentaba más de treinta, nos miró de arriba abajo cuando entramos respirando agitadamente. Una vez que recuperamos el aliento nos acercamos a la mesa de recepción.

- Tengo solo una habitación disponible con una cama matrimonial, ¿pagaran en efectivo? - dijo mirando a Travis y luego a mí. ¿Estaba insinuando que...? Oh. Mis mejillas se encendieron y mire en otra dirección. La mujer golpeteo la mesa con sus uñas súper largas -. No tienes que avergonzarte, aquí vienen parejas a pasar la noche todo el tiempo. Es normal.

- Nuestro auto se quedó sin gasolina y necesitamos saber dónde está la estación de servicio más cercana - dijo Travis con su típica expresión seria.

- Hay una en la ciudad... - Señalo en dirección al este.

- Lo sé, venimos de allí - la interrumpió Travis perdiendo la paciencia.

- Bueno, hay otra estación de servicio en la siguiente ciudad, son muchas millas - comento la mujer sin interés alguno.

- Mierda - gruño Travis. Se movió de un lado a otro pensando.

No había posibilidad de regresar a la ciudad anterior a pie, ya nos habíamos alejado lo suficiente y la siguiente ciudad estaba a bastante distancia, al menos eso parecía en el mapa. ¿Qué opciones teníamos?

- Podría regresar a la ciudad pero, ¿qué hago contigo? - Travis me miro de reojo -, no quiero dejarte sola en el auto, ni siquiera quiero dejarte en este lugar y está demasiado lejos como para que vengas conmigo - suspiro.

- ¿Qué tal si... - pensé - llamo a mi casa para que alguien nos traiga gasolina? - sonreí, no era tan mala idea. Después de todo, Nana tenía a sus sirvientes, alguno de ellos podría venir por nosotros.

- No creo que sepas lo que dices - murmuro él.

- Por supuesto que lo sé.

- No. Hay bastante viaje de aquí a tu casa, ¿crees que alguien hará semejante viaje a estas horas para traernos gasolina? Recuerda que ni siquiera sabemos si soy bienvenido.

- Travis... - Comencé a decir acercándome a él, y cuando estuve lo suficientemente cerca lo pise tan fuerte como pude -. Deja de decir tonterías -. Él gruño asesinándome con la mirada. - Llamare a Nana y le diré lo que sucedió. Seguramente por la mañana alguien estará aquí para ayudarnos mientras tanto podemos quedarnos aquí. Soy brillante, lo sé - sonreí orgullosa de mi idea. La mujer tocio para llamar nuestra atención.

- ¿Se quedan o no? - Pregunto.

- Si - me apresure a responder y como Travis no objeto me acerque más a la mesa de recepción - ¿Puedo usar el teléfono? - La mujer señalo al final del mostrador había un viejo teléfono, camine hacia él y marque. Dos segundos después, oí la voz de Drew. Que suerte la mía.

- Casa Baker - dijo.

- Drew, soy Alice - mantuve un tono neutro -, necesito hablar con Nana, es urgente.

- ¿Qué paso, tu amigo te abandono? - Pregunto como si esperara que eso sucediera.

- ¿La palabra urgente te dice algo? - conteste. No hubo más respuesta, creí que había cortado pero se oían unos ruidos bajitos así que supuse que estaba buscando a Nana. Suspire. No sabía cuál era el tiempo límite en el teléfono así que rogué que estuviera cerca.

- ¿Hola? - Pregunto Nana.

- Nana, soy yo, Alice. Por favor, escúchame, nos quedamos sin gasolina en medio de la nada y necesitamos que alguien...

- Dime exactamente donde están - se apresuró a decir.

Le explique entre que ciudades estábamos y en que motel nos íbamos a quedar en caso de que la ayuda no fuera inmediata. Nos despedimos y colgué.

Mire a Travis que me observaba atento, parecía sorprendido. ¿Por qué?

- Aquí tienen la llave, salgan por ese pasillo y saldrán directo a las habitaciones - señalo la mujer tendiéndome la llave.

Travis me acompaño a la habitación y luego el salió para verificar que el auto estuviera bien asegurado, no queríamos despertar, tener la gasolina y no tener coche.

Revise la habitación mientras Travis no estaba. Hice una mueca al notar que la mujer nos había entregado la llave de la habitación con cama matrimonial, seguramente estaba pensando mal de nosotros. Se me ocurrió ir a pedir otra habitación pero recordé que la recepcionista dijo que tenía solo una habitación disponible o algo así. Abrí la puerta que estaba al otro lado de la habitación, un pequeño baño. Se veía bastante aseado al igual que la habitación. Casi todo estaba decorado en todos marrones y naranjas, lo que creaba una ilusión de luz y sombra muy bonito. Pasar la noche ahí probablemente no iba a ser tan malo después de todo.

Me senté en la cama mirando hacia la ventana, estaba muy oscuro afuera no podía diferenciar nada. Note que sobre la ventana había un reloj que marcaba las nueve. Hora de cenar. Tenía hambre, esperaba que Travis trajera la comida que había en el coche.

Me recosté sobre la cama y mi cuerpo prácticamente reboto en el colchón. No recordaba nunca haber estado en un colchón como este. Me lado infantil me ínsito a levantarme y saltar en la cama así que lo hice, de todas formas estaba aburrida de esperar sentada.

- ¿Qué estás haciendo? - Pregunto la voz de Travis detrás de mí. En cuanto intente girarme para verlo de frente un mal paso me llevo al suelo. Él corrió a mi lado. - ¿Estas bien?

Me senté en el suelo de madera acariciando mi trasero adolorido.

- Si. Pero creo que va a doler mañana - reí. De un tirón me puso sobre mis pies. Delicado, como de costumbre, pensé. Me concentre en el bolso que dejo sobre la cama. - Dime que trajiste comida o iré yo misma a buscarla sin importar lo que digas.

Se me quedo mirando con una ceja arqueada. Le sonreí.

- Traje comida, - volvió su atención a lo que había dentro del bolso - y te traje algo de ropa para dormir - saco buzo que era tres veces mi tamaño.

- Eso no es mío - señale.

- Lo sé, es mío. No quería revisar tus muchas maletas.

- Claro porque quien sabe que podrías encontrar ahí - respondí con sarcasmo. Reí por su expresión de incomodidad. - Gracias. Me servirá.
Tome el buzo entre mis manos y corrí al cuarto de baño para prepararme para dormir mientras Travis organizaba la cena. Diez minutos después salí y me pare frente a la cama.

- Trav, mira esto. Me queda como vestido - sonreí. Me había puesto el buzo solo sobre la ropa interior ya que era lo suficientemente grande como para cubrirlo todo y así era más cómodo.

Él se me quedo mirando hipnotizado hasta que moví una mano frente a mí y volvió en si e inmediatamente volvió la vista a la comida.

- Ven, vamos a comer.

Vi que Gil estaba a un lado de la cama comiendo la comida para perro que le había comprado. Sabía que Travis no era tan cruel como para dejar al perro solo en el coche.

Me senté en la cama frente a él y la comida. Encendí la vieja televisión que estaba en la esquina y deje en un canal al azar con el volumen bajo así no se sentía tanto silencio.

Travis comió la carne mientras yo comía unos triangulares sándwiches de huevo y aceituna.

- Eso se ve asqueroso - señalo los sándwiches.

- Pues no los mires - replique acercando más el plato a mí.

- Déjame probar - me saco el ultimo sándwich que quedaba sobre el plato, me incline para quitárselo pero se puso de pie mientras lo mordía.

- Es mío. No te lo comas - me puse de pie y salte sobre su espalda enredando mis piernas en su cintura. - No.

Se comió el último bocado antes de que pudiera alcanzarlo y asintió.

- Tenía razón, es asqueroso - comento. - ¿Qué haces colgada de mí? - me miro.

- Aun tengo hambre - fruncí el ceño molesta -. Tonto.

[2] Sweet Disaster (Saga: Out Of The Woods)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora