Lancé el portafolio con brusquedad sobre la mesa de cristal. El sonido del vidrio frágil llegó a mis oídos y ,debajo del pesado e inútil porta tonterías, vislumbre una grieta.
Mierda. Logan se va a cabrear cuando vea rota su puta mesa de sala. Y como si lo hubiese invocado, mi mejor amigo entró al departamento.
Entró de prisa, con un rostro de adolescente emocionado y su ropa desaliñada. Suspiré cuando vi una marca de labial en su camisa blanca.
—¿A quién te vas a coger hoy? —pregunte. Sabiendo de sus andadas rutinarias: cada día carne nueva del pub. Nunca la misma, nunca el mismo patrón. Rubias, morenas, afroamericas, este desgraciado le daba a todo lo que se moviera.
—Sandra.
—No me jodas.
Asintió como niño ilusionado. Nunca creí poder juntar las palabras "coger" y "Sandra" en una misma oración y miren; aquí estoy viendo la cara de tonto de Logan a punto de meterse en la cama con el amor de su vida.
Amor... Vaya porquería. Me senté finalmente en el sofá.
—Usa protección.
—No necesitas recordármelo amigo, pero necesito tu ayuda.
Logan se acercó a mi con ilusión y se colocó a mi lado. Hice una mueca de disgusto.
—No voy a hacer trio con ustedes. La última vez querían que te besará el pito.
—Venga, no hubiera sido tan malo. Mi amiguito cuenta con excelentes referencias en cuestión de sabor —acomodó con orgullos sus rizos castaños, ignorando mi rostro de asco—. Cómo sea, hoy tengo trabajo y Sandra me está esperando abajo. Es solo una sesión privada y si tú pudieras...
—Ni de joda. Voy a entrar a trabajar mañana.
Lo interrumpí. Verme en medio de pervertidas mujeres no era tan malo en cuestión de pago monetario y autoestima, pero demasiado poco ético para el corazón de mi padre. Quién a sus setenta años suplicó porque su hijo de veintiocho tuviera un trabajo decente al menos los últimos años de vida que le quedaban.
Demasiado dramatismo para alguien que juega fútbol a su edad. Aún así, tenía que aprovechar la maldita carrera que escogí en algo por una vez en mi vida.
—Pero todavía no eres profesor, puedes ir.
—No Logan. Prometí ser más maduro y responsable. Deberías pensar en aplicar lo mismo —saqué un cigarrillo de hierbas de mi maletín. Le ofrecí uno, pero negó con la mirada ahora nublada de desesperanza.
—Tú viejo no se va a enterar. Además sabes mejor que nadie cuánto llevo esperando esta oportunidad que tal vez nunca se vuelva a repetir.
Trueno la boca. Claro que sé lo que le ha costado tener está oportunidad. Sandra es nuestra amiga de infancia, crecimos los tres juntos y Logan siempre estuvo flechazo por sus rizos oscuros y sonrisa radiante, eso decía él, pero lo que sabía que le gustaba más ahora eran sus pechos enormes y cintura pequeña. Así que le gustan, al contrario de mi que me encantan sus traseros y que los sepan mover.
En fin, el estúpido de Logan le ha rogado por años y aunque a Sandra también le gusta, a ella no le gusta su trabajo. Para la mayoría de nuestros conocidos ser stripper era una vergüenza, pero para las mujeres que asistían a vernos cada noche era un privilegio visitarnos.
—¿Qué me darás a cambio? —soplé humo en su rostro. Él bajo el humo sonrió.
—Seré tú esclavo un mes y tendrás la paga de hoy.
Negué. Si le pidiera su auto me lo daría.
—Anda y ve, espero pronto la fecha de la boda.
—¡Yo más!
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EL SECRETO DE MI PROFESOR.
Genç KurguEn la vida coexistimos miles de almas que toman diferentes caminos con diferentes metas. ¿Mi meta? Ser la mejor Química del mundo. ¿La de mi amiga? Casarse y tener una familia. Y al parecer, su sueño está por cumplirse. Mañana mi amiga se casa, hoy...