El Hijo de la Destrucción

Capítulo 18

Mierda...

Es la segunda vez que me echan de casa...

Jejeje aunque la primera vez jamás volví.

Al parecer mi padre tiene una buena relación con el panteón Taoista así que pedir esto por el bien de una de sus razas no fue demasiado.

Tuve que hacer una concesión a cambio de que regularmente se purifique la energía en Kuoh para que los Nekomata puedan practicar su Senjutsu y una vez lo dominen podrán hacerlo por su cuenta.

Sobre las concesiones...

*Sigh* pagué muy caro por esto así que la verdad me estoy arrepintiendo un poco de actuar como un héroe.

El día después del juicio ya me encontraba frente a un círculo mágico de teletransporte, se supone me enviará a Japón donde el panteón Taoista al menos evitará que alguien inicie un ataque directo en mi contra.

Probablemente habrán intentos de asesinato pero según mi padre no es nada que yo no pueda manejar...

Este viaje también será útil si consigo mis piezas de nobleza y realizo algunas conexiones.

-Ten mucho cuidado, Mal-kun.-Dijo mi abuela llenando de besos mi cara.

-Jejeje estaré bien.-Estoy bastante relajado...

Decidí tomarme este reto en serio así que ellos no me darán dinero para sobrevivir ni un lugar para quedarme.

Aun así, como demonio si uso mi Encanto puedo convencer humanos de que me den todo su dinero.

Una de las razones por las que los Demonios son considerados malvados en realidad es por esta habilidad c9n la que todos nacemos.

Encanto es capaz de volver a las personas menos hostiles contra tu persona. También los vuelve más accesibles a negociación y hará que ellos incluso hagan exactamente lo que les digas si tienes el talento y práctica suficiente.

Mi genética de Incubo me permite tener esta habilidad a la décima potencia, pero solo en mujeres...

Así que si consigo que alguien me recoja como un gatito extraviado sobreviviré por un tiempo.

-Hijo, debes tener mucho cuidado allí, puede que estés en una zona de no guerra pero si vez una situación peligrosa quiero que la evites.-Me dijo seriamente.

Siempre que lo veo tiene esa mirada cálida y despreocupada pero al parecer hay algo gestandose próximamente....

Ahora solo tengo muchas mas ganas de ir...

-Si, si lo que digas.-La verdad estaba más divertido por la bolita de pelo que se escondía detrás de mi abuela.

-Ara ara~, Rias no vas a despedirte-Dijo Venelana riéndose.

-Venelana-sama, no debería burlarse de los sentimientos de una niña.-Afirmó Grayfia.

Mi relación con ella no ha cambiado, nunca la vi de manera materna pero aún pasamos mucho tiempo juntos, lamentablemente no puedo hacerle nada erótico pues su mente es fuerte.

Pero los tiempos que pasamos juntos son bastante agradables y es más como una terapia para ella.

Una manera de desahogar su frustración ya que el hombre que ella amaba nunca le prestó atención...

Y si, al parecer ahora intenta enamorarlo y personalmente creo que está teniendo éxito pues se les ve más unidos.

No es mi problema...

Por ahora.

-Por cierto hijo, logré amenazar al Consejo Demoníaco lo suficiente como para permitirte esto.-Dijo chasquido los dedos.