Capítulo 31

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Isaiah analizaba con cuidado su entorno pues despertar en un lugar desconocido nunca era buena señal.

Mirando la otra cama de la habitación notó claramente que era un hotel.

El orden en el que colocaron las cosas del lugar, el olor de la habitación junto a la altura de lugar lo hacía obvio.

Aunque... Las camas eran sorprendentemente suaves, la sábanas de seda fina.

En la otra cama se encontraba una adorable niña de su misma edad, ambos

Habían hablado antes, ambos eran huérfanos y estuvieron en otra instalación antes de participar en el proyecto Espada Sagrada.

Fueron llevados al Vaticano pues al parecer en las instalaciones anteriores ya habían producido resultados y ambos al tener habilidad nata para manejar espadas fueron considerados especímenes útiles.

Ella parecía agotada y aún dormía, Isaiah no iba a despertarla aún, quería analizar el lugar al que les trajo ese chico extraño.

Miró el reloj en la mesilla junto a su cama y notó que era tarde, casi medio día.

Su estómago se quejó por comida pero Isaiah lo ignoró, ya estaba acostumbrado pues en la iglesia los huérfanos no recibían la cantidad de alimento necesaria.

Para su sorpresa había ropa en el lugar para su talla, parecía de calidad comparada con los arapos que llamaba ropa, aun si le atraía vestirse así decidió no hacerlo.

La ropa estaba allí pero nadie dijo que era para él, mira do las frutas en ña mesa del lugar su estomago volvió a gruñir y ya no dudó en tomarla.

Solo era una manzana, tal vez nadie lo notaría.

Dio un mordisco y el duele sabor lleno su boca y empezó a comerla con desesperación.

Para cuando lo notó solo quedó el corazón de la manzana.

Isaiah estaba por tomar otra cuando la puerta se abrió.

Entrando como si nada estaba el chico que los trajo.

-Bien están despiertos. Pensé que habían muerto porque nadie hablaba pero da igual. Tú niña deja de fingir estar dormida y dense un baño y vistanse. Iremos a desayunar y podremos hablar con tranquilidad.-Y cerró la puerta.

Isaiah regresó su mirada a la chica que ahora estaba sentada sobre la cama y se sorprendió.

Podría jurar que ella estaba dormida cuando el revisó.

-¿Planeas hacerle caso?-Preguntó Isaiah cuando la vio recoger su ropa y estar por salir de la habitación pero se detuvo en la puerta.

-Él nos trajo aquí mientras dormíamos y nos dio una cama además de la ropa y comida. Hay algo que quiere de nosotros, la sociedad y la Iglesia básicamente nos entregaron para que el hiciera lo que quisiera con nosotros.-Isaiah entendió lo que ella decía...

Pero no entendía que podría querer él de ellos.

-¿Además de que lo viste no? Peleó contra ese tipo de la iglesia y le robó su arma. Si nos quisiera muertos podría hacerlo cuando quiera, es mejor hacerle caso.-Tosca entró en el baño y a los segundos Isaiah escuchó la ducha abrirse.

Isaiah buscó y encontró rápidamente otro baño donde después de asearse se visitó.

Para su sorpresa la ropa aún tenía etiquetas y precios en ella, esta ropa probablemente valía más dinero que todo lo que gastaron para criarlo hasta ahora.

Nunca entendió porque la gente adinerada pagaba por esta clase de ropa hasta hoy, era suave, no apretaba algo que no debía apretar y cubría lo que la otra topa no podía.

El Hijo de la Destrucción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora