El Hijo de la Destrucción

Capítulo 59

Kuroka se puso frente a mi mirando a las criaturas que nos rodeaban. Aparecimos en la mitad de un bosque, habían algunos carruajes y soldados llevando armduras que fueron masacrados por las criaturas que nos rodean.

Identifiqué a varias que se mantenían ocultas. Tosca cubría mi espalda con su lanza lista para eliminar a los monstruos UE nos rodeaban.

Yo no estoy de humor para esto.

Levanté mi mano donde comencé a acumular Ki, lo imbui con poder de destrucción causando que se desestabilice por mi poca práctica pero logré condensarlo. Disparé hacia arriba y la esfera de Poder de Destrucción se dividió y cayó sobre las criaturas que nos rodeaban desintegrandolos por completo.

Con un chasquido de mis dedos el barco de Ra se manifestó frente a mi. Al parecer este barco puede acompañarme aún si estoy en una realidad alternativa. Ra debió diseñarlo así considerando lo poco desarrollado que estaba su universo, debió hacerlo como seguro en caso de que Apofis lo devorara.

Mis alas demoníacas aparecieron y de un solo impulso me había elevado varios cientos de metros. Mi velocidad y fuerza finalmente están al nivel de mis reservas de Mana.

Era vergonzoso tener los poderes de un demonio clase alta y ser tan débil físicamente. Tengo entendido que los Dioses tienen un problema diferente, no importa lo poco que entrenen su fuerza no disminuye y aún si no están en forma tendrán la fuerza base de un dios. La desventaja es que para un Dios es complicado mejorar físicamente, hay excepciones como Thor o Hércules pues son seres que lucharon todas sus vidas y han estado en incontables campos de batalla. Odin por ejemplo puede brrer con miles de enemigos gracias a los ataques de energía que libera Gugnir, aún así si Hércules le acierta un golpe el daño sería muy grave aún siendo Odin de los más poderosos entre los dioses.

Subimos al barco de Ra y comencé a viajar en dirección al noroeste.

El barco de Ra podía cruzar de un extremo al otro del mundo en segundos a su velocidad máxima pero quería reconocer el lugar para confirmar donde estoy.

Habían pasado unos minutos mientras el barco de Ra lentamente surcaba los cielos a cientos de millas por hora. El viento en la superficie del barco era una brisa tranquila grcias a los hechizos de modificación atmosférica que tiene el barco para permitirse viajar incluso en el vacío del espacio.

Me relajé sentándome en la silla que Tosca trajo, Kuroka como la desobediente gata que es se recostó en mi regazo en su forma gatuna disfrutando cuando pasaba mi mano por su espalda.

-Tosca.-Ella que se mantuvo de pie a un lado de mi silla se agachó como un sirviente tratando de recibir de la manera más clara posible mis órdenes o cuestiones-¿Por qué hasta ahora no has pedido tu ascenso de rango? Tienes un sacred gear y un arma de rango divino, solo con eso ya estas en listada entre los más poderosos jóvenes demonios de esta generación.

Ella se quedó quieta, trataba de ocultar algo que yo ya sabía.

-Considero inoportuno aumentar mis responsabilidades con la sociedad demoníaca por ese rango cuando podría usar ese tiempo libre para entrenar y llegar más lejos.-Me reí entre dientes por la mentira e incluso Kuroka maulló en protesta.

-Esta permitido mentirle a tu amo pero sigue siendo mal visto.-Pensar que estos mocosos se atreverían a mentirme.-Si es algo que no puedes admitir ante alguien que te está confiando la vida tal vez me equivoque respecto a ti.

Me puse de pie y Tosca de inmediato colocó una rodilla en el suelo y agachó la cabeza.

-Lamento fallar a su confianza Maluch-Sama pero esto....-La miré con una sonrisa que le cuso temor.-Es solo que...