XX

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Stefano Russo

La observó dormir, se ve hermosa con el cabello en la cara y la boca un poco abierta. Acarició su mejilla y sonrió. Es tan hermosa mi reina.

Sus ojos se abren de a poco y me sonríe, se limpia la cara con una mano y con la otra se me agarra la cara y me la acaricia. Disfruto de las caricias cerrando los ojos, imaginando esto todos los días, cada mañana de mi vida, hasta que me muera.

Imagino como sería verla junto a nuestro hijo sonriendo y carcajeando. Caminamos,ella y yo, por un hermoso campo de lirios mientras Enzo corretea por allí, a nuestra vista claramente.

Pero regreso a la realidad cuando una llamada nos interrumpe. Mire el verificador de llamadas «Austin Ricci». Me aleje de Alessa mientras contestaba la llamada. Comprendió que era importante y se levantó de la cama, saliendo de esta minutos después de arreglar un poco la cama.

Yo por mi parte salí al balcón para poder escuchar mejor.

_¿Qué sucede?_ pregunté mientras encendía un cigarro_ No sueles llamarme directamente, sueles mandar cartas.

_ si, si, disculpa. Pero sucedió algo aquí y creo que querías saberlo._ el tono de su voz me hizo entender que era urgente.

_Habla_ mi voz se volvió más seria y llena de ira.

_ Los cabrones estos planean asaltar uno de tus cargamentos_ su voz siguió hablando mientras me contaba de que iba la cosa. Cuando, dónde, cómo, hasta que tuvo que colgar de manera repentina porque lo estaban llamando.

Austin comenzó a trabajar para mí luego de que trajera a su hermana a vivir conmigo pues necesitaba tenerla cerca y protegerla, de cualquier cosa. Creyó que trabajaría dentro de la mansión, pero lo mandé a hacer un trabajo mejor que eso.

Tenía un increíble expediente en el reformatorio, por lo que supuse que debía mandarlo a hacer algo que lo entretuviera, y eso paso. Se volvió mi espía.

Mi reina no estuvo de acuerdo al principio pero luego cuando su hermano le dijo que estaría bien y luego de varios años, él se había vuelto en el mejor. Me informaba de todo. Desde que ganaban, que perdían y a quien mataban.

Trabajo en varias mafias, y cada una de ellas las derroque, gracias a él, y a la información que me proveía. Le pago bastante bien para que se mantenga en condiciones.

Bajando las escaleras me encontré con James que me informo que ya le llegó el email de Austin con todo lo que me había dicho por teléfono. Solíamos mandar email que era la forma más segura para él.

Caminé junto a James, mientras me explicaba que haríamos para detener el atraco del camión entre otras cosa. Llegando al comedor pude escucha la voz de ella hablándome a nuestro hijo.

Él pequeño, ya estaba con el uniforme escolar. Seguro esperaba a James quien lo llevaría.

_Papa, mamá va a acompañarme a la escuela. ¿Tú también puedes venir?_ su carita de cachorro siempre funcionaba con su madre pero no conmigo.

_Tu padre debe tener asuntos que atender, no debe poder hoy. Quizás mañana,eh!_ su madre le explicó de forma tranquila mientras yo me sentaba en la punta de la mesa.

_ Tengo trabajo Enzo, pero mañana seguro podré acompañarte. No te preocupes, hoy ve con tu madre y James.

Él asintió entendiendo lo que le decía. Quizás debería retrasar la presentación unos años o meses. Me parecía lo mejor. Pero lo pensaría mejor.

_Alessa, ven un segundo. _ le dije antes de que se fuera al auto. La tomé de la cintura y la acerque hacia mi pecho. Y susurré en su oido_ no te preocupes, él está bien. No le ha sucedido nada.

Ella siempre se preocupa por los demás y podía notar en su postura, caminar y actitud que estaba angustiada por su hermano. Decir que estaba bien, lo tranquilizaba.

_Muchs gracias por decirme._ ella me dió un abrazo más fuerte y me sonrió.

La ví irse y luego regresé a la casa para continuar trabajando.

Revisando papeles y archivos viejos de transacciones entre otras cosas. Pensando en Alessandra de vez en cuando y sonriendo como bobo.

Ella me había cambiado y algunos cercano lo habían notado por lo cual debía mantenerme igual que siempre para no levantar sospechas de otras personas.

Ella llevaba alegría a las personas y las hacia sentirse mejor en sus peores momentos, y aunque era una de sus mejores cualidades, en lo que respecta a ella, luego de varios años de conocerla se que ella es la que necesita alguien así en su vida.

Siempre la escucho cuando puedo y la ayudo cuando más lo necesita. Pues es una mujer increíble, que necesita todo él mundo a sus pies. Un mundo el cual yo estaba dispuesto a dárselo.
Y por el cual las cosas comenzarían a cambiar.










Muchas gracias por leer.
Un capítulo corto pero ya se vendrán algunos más largos.
Me ayudarías votando y comentando que tal les pareció el capítulo.

Y quería saber que les parecía si armaba una cuenta de Instagram sobre mis historias y así podés estar informados de alguna novedad.

Dejen su opinión. Muchas gracias.

Besos y abrazos.

La mujer de un mafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora