VIII

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Alessandra Ricci

Estaba terminando de limpiar una de las mesas para cerrar cuando la campana de la puerta sonó.

_Lo siento, estamos cerrando._ dije mientras caminaba al señor.

Era un hombre bastante grande, de cabellos rubios y ojos azules, un principe de películas. Me sonrió y asintió y cuando creí que se iba a ir dijo:

_ Eres muy bella, Alessandra._ me cara cambio a una de sorpresa y le agradecí._ ¿No podrías servirme una simple taza de café? Es que vengó del trabajo y la máquina de casa no funciona.

_Esta bien_ accedí. Después de todo era el último cliente y solo tendría que lavar una taza nada más.

Se sentó en la barra y comencé a prepararlo. Cuando lo dejé lo tomó con lentitud mientras de reojo me miraba y me mira el trasero.

Cuando terminó dejo un billete demaciado grande y se fue. Solamente terminé de lavar y cerrar y los muchachos me esperaban en la puerta.

_¿A casa,señorita?_ asentí y mire de reojo una sombra salir del callejón_ señora, el último cliente no le pareció raro.

_si, Marc. Me miró todo el tiempo el trasero mientras terminaba de lavar. ¡Un asco!_ dije con una mueca en la cara.

_algunos hombres son bastante asquerosos._ afirmó y le dí la razón. No sabía cómo lo sabía pero me sorprendió su comentario.

Al llegar a la mansión por alguna razón todas las luces estaban apagadas. Le pedí a Marc que detuviera el auto un poco antes de la entrada y bajamos juntos.

_quedese detrás de mi y si ve algo raro, avíseme_ seguimos caminando hasta llegar a la entrada trasera.

Caminamos con sigilo por el jardín y abrimos la puerta corrediza de manera lenta. La sala estaba tan oscura como la entrada. No se veía nada pero no prendimos las luces.

Caminé junto a Marc por los pasillos hasta llegar a las habitaciones. Todo estaba destrozado, los muebles corridos, colchones dados vueltas y sangre.

Las sábanas estaban empapadas de sangré, esta era la habitación de Stefano, corrí a la habitación de mi hijo sin pensarlo y esta esta igual pero sin sangré.

Mis rodillas no resistieron y caí al piso destrozada, habian matado a Stefano y se habían llevado a mi pequeño. La mano de Marc me hizo compañía por unos minutos hasta que decidí pararme.

_¿Hubo sobrevivientes?_ caminé a mi habitación mientras preguntaba.

_si, en los bodegones y lugares fuera del país siguen hombres vivos_ levantó su teléfono y busco algo_ solo aquí atacaron.

_bien_ busqué un abrigo y dije_ quiero a todos los hombres aquí, mañana por la mañana. Buscaremos y encontraremos a mi hijo. Si mi... Si Stefano esta muerto significa que a mi hijo también lo quieren muerto.

Él asintió y se retiró. Tome una libreta, una linterna  y un teléfono desechable de los cajones del escritorio de Stef y salí a caminar por los alrededores de la mansión para ver alguna pista.

Llevaba horas caminando y veía como las luces de los autos comenzaban a iluminar la ruta que daba a la mansión. Estaban llegando los que mas cerca estaban.

Caminé de vuelta a la mansión con la luz del amanecer iluminando mi camino. Me detuve un momento y unas lágrimas calleron sobre mis mejillas al recordarlo.

Tendría que ser fuerte. Me limpie las lágrimas y seguí caminando.

_quiero a todos rastreando el reloj de mi hijo ya_ todos me miraron confundidos_ !mataron a su jefe y se llevaron a mi hijo, así que muevan el maldito trasero!

Todos me miraron sorprendidos y comenzaron a trabajar. Las computadoras comenzaron a llegar y comenzaron a rastrearlo.

_señora,jefa... Creo que encontré algo_ me dirijo a él y me senté a su lado. Comenzó a mover los dedos sobre el teclado y me mostró la pantalla._ ahí esta.

Apuntó el punto rojo de la pantalla y escribió la dirección. Todos comenzaron a moverse.

Al llegar al lugar todo estaba cerrado y oscuro. Nos dividimos en varios grupos de 3 o 4. Conmigo venía, James, Marc y Alec.

Nos metimos por la parte de atrás y todos comenzaron a desplazarse por el lugar. Noqueamos a varios de los guardias y seguimos caminando al siguiente piso.

_LES JURO POR MI CUÑADA QUE SI NO ME SACAN, VOY DECIRLE QUE LOS MATÉ_  un grito femenino se escucho de una de las puertas por las que pasábamos.

Abrí la puerta con el arma en alto y entré.

Había a una chica de unos 16 años con los ojos vendado y los pies y manos atadas. Se movía de un lado a otro tratando de tirar la silla.

Antes de que callera la sostuve y le quité la venda de los ojos. Ella me miró y me escupió en la cara.

_no les diré nada. Incluso si me traen una mujer para que me lo saqué_ moví mi mano y saque la baba de mi cara.

_no quiero que me digas nada_ respondo y doy la orden para que la desaten_busco a mi hijo. ¿Sabes donde esta?

Ella me mira analizando me y luego me mira de nuevo. Su cara cambia de dudosa a sorprendida.

_eres Alessandra Ricci. La esposa de Russo._ dice sorprendida. Yo asiento y vuelvo a preguntar sobre mi hijo. _ creo que esta en la siguiente planta. Los niños los usan para tráfico de órganos.

Los muchachos me acompañaron a la siguiente planta y la muchacha se fue con uno de los otros equipos.

Al llegar arriba todo esta rodeado de hombres , uno en cada puerta de el pasillo. Podía escuchar los gritos y sollozos de los niños y niñas. Tire una bomba de humo y matamos a todos. Rompimos las camaras de seguridad y empecé a abrir las puertas con desesperación.

Ninguno de esos niños era mi hijo.

_¿Saben donde esta mi hijo?. Se llama Enzo_ le dije a los niños.

_si_ dijo un niño de unos 13 años._ lo llevaron al laboratorio. Iban a sacarle un pulmón.

_¿Donde esta el laboratorio?_ me acerqué a el y lo samarre.

_ en el otro pasillo al final.

Comencé a correr sin importar los gritos de mis hombres y llegué al laboratorio. Mi pequeño esta dormido sobre una camilla conectado a oxígeno y un médico a punto de meter su mano en un agujero en su abdomen.

_alejate!_ advertí y le apunté. El sacó una escopeta y trato de dispararme pero le dispare primero.

Me acerqué a mi bebe y cerré la herida mientras las manos me temblaban. Saque el respirador y poco a poco fue despertando.

Lo abracé y besé. Lo cargue a la salida pero antes de irme inspeccione el lugar oara tener alguna pista de a quién le pertenecía.

Un golpe se escuchó detrás de una puerta y allí lo ví...

Ahhhhhhh
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Besos y abrazos

La mujer de un mafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora