La mujer de un mafioso

XXXII

Stefano Russo

Se veía preciosa, no podia dejar de observarla mientras ella miraba por la ventana. El collar y los pendientes le quedaban fabulosos al igual que ese vestido que llevaba puesto. Aunque sin ellos tambien se veia espectacular.

James habia organizado nuestra llegada, que todo saliera perfecto, que los irlandeses supieran que en mi territorio nadie se metia y que debían respetar mis reglas si querian quedarse aqui. Asi que sabia a quien debía buscar y amenazar para que dejaran de crear caos en mi ciudad.

Al bajar, tome su mano y la pasé por mi brazo, deje un pequeño beso en su frente y empezamos a caminar hacia el salón, con nuestros guardias por detrás y James mandando mensajes de texto a mi derecha.

_Mantente cerca de James y de mi, los guardias estarán siempre a nuestro al rededor._ nos miramos a los ojos y ella asintió sonriendo.

_entendido_ se acomodo el cabello y seguimos caminando. Entramos en el salón y todos los ojos se giraron a nosotros y desde la otra punta del salón lo ví, a los Reagan. Los cuatro hermanos parados mirándonos expectantes y un poco enojados.

Esté era en el momento dónde todos sabrían quién era, y como eran tratados en mi territorio. Que la mujer a mi lado es la mujer a la cual le deben respeto y lealtad también. Conmigo no se juega. Este es mi territorio y debo protegerlo como es debido y a quienes amo tambien.

Las personas en cuanto comenzamos a caminar comenzaron a cotillear, susurraban y miran a los hermanos, viendo sus reacciones. Ellos avanzan hacia nosotros y el paso de Alessa se vuelven más temblorosos por lo que cambio mi mano de lugar y la agarro de la cintura acercándola más a mi.

_No hables, simplemente saludalos y regresa con James_ ella asiente aún mirando adelante y James se queda detrás de nosotros mantenimiento la distancia de seguridad.

Los tres mayores están adelante y el más pequeño se queda atrás, debe tener al rededor de 9 años, casi la edad de Reginald. Incluso podría decir que tienen la misma mirada. Una pequeña familia irlandesa en mi territorio que trata de salir adelante con el mismo negocio, habrá que convivir o voy a tener que sacarlos. Entiendo según la información de mis informantes, que los mayores escaparon de su padre y trajeron a su madre embarazada aquí, y de allí el pequeño.

Se llevará bien con mi hijo, más vale puesto que no pienso dejar pasar esta situación sin sacar provecho. Algún tipo de alianza formaremos.

_Señor Russo, no esperábamos verlo aquí, es una sorpresa_ el mayor se acerca a nosotros y me tiende la mano, la cual acepto pero no con una sonrisa. Él mira a Alessa y ella extiende su mano, la cual el besa._ un gusto conocer a su reina, por supuesto. Es tan bella como se me es descripta.

_oh, muchas gracias_ Alessa se sonroja y pide permiso, regresando detrás de mi con James.

_ Tengo entendido que está causando revueltos en mi territorio, y no me gustan los revueltas para ser honesto_ su sonrisa se desvanece y de una mirada a sus hermanos quienes nos miran impacientes.

_¿Desea que hablemos de negocios, señor Russo? Le invito una copa en mi despacho, creo que podemos llegar a algún tipo de acuerdo y solucionar esto _ me hace una seña hacia las escaleras y acepto. Pero antes me vuelvo hacia mi mano derecha y mujer y les explico la situación.

Ambos subimos a su despacho y adentro me ofrece un vaso de whisky irlandés, algo muy poco usual. Crei que les gustaba más el ron, pero quién soy yo para juzgar gustos.

Ya sentados en el sillón me di cuenta que estaríamos largo rato tratando de solucionar este problema. Sabía que cosas debía dejar en claro.

Alessandra Ricci