La mujer de un mafioso

XIV

Alessandra Ricci

He estado encerrada todo el día, no he bajado ni por comida, parece ser que Stefano dió la orden de que no me la traigan pues nadie ha venido. Excepto mi pequeño.

Incluso siendo un niño, su mente me hace ver a su padre en persona. No es un niño, pero si solo tiene 5 años. Cómo es que esto paso! Es mi hijo. Se supone que lo criaría de una forma en la que se mantuviera su niñez y su inocencia pero no pude.

Dios soy un desastre como madre. Cómo deje que esto pasara, que mi hijo sepa usar un arma, que yo haya dejado a mi hermano involucrarse en esto, que yo, me haya enamorado de él.

De Stefano, como pude. Enamorarme de él! Se supone que lo odio, por haberme embarazo, por mantenerme aquí, por no... Por no...

Por no amarme como yo la hago.

Se que me tiene cierto aprecio por mi, y que me ve más que como la madre de su hijo pero... Jamás podremos estar juntos, jamás estaremos juntos el tiempo suficiente para que nuestro no sea interrumpido. Quiero salir y gritarle que lo amo pero se lo que conlleva.

Los riesgos de amarlo, siempre lo he sabido. Incluso cuando quede embarazada supe que era lo mejor pero me convenció de otra cosa.

Con sus palabras me deje engañar o quizás en solo una noche me enamore y caí como tonta.

La puerta se abre y puedo ver su sombra. Alta y corpulenta. Me doy la vuelta en la cama y le doy la espalda. No quiero ni siquiera sentir su presencia.

_vete, no quiero oírte ni verte, ni siquiera olerte Stefano._ me acurrucó más entre las sábanas. Siento su peso en el borde de ella.

_lo lamento_ su voz sale en un ronquido.

_no lo haces, lo que si puedo estar segura,es que lamentas haberme dejado vivir, antes o después del nacimiento de Enzo _ suspiro y mis ojos se llenan de lágrimas de nuevo._ se porque lo hiciste. Lo se. Y creo que tú también.

_ en realidad no lo sé Alessandra!_ su voz cambia de tono a uno más suave _¿Dime qué crees, porque lo hice?

Me siento en la cama y lo encaró.

_ hace tiempo, te escuché hablando con James...

Flashback

Están todos en la sala, hablando, al menos los hombres. Stefano, James y el señor Russo.

_ si la dejas vivir, quizás sea una carga para ti, por el resto de tu vida, hijo_ la voz del señor me detiene en la escalera. Regreso unos escalones y me siento a escucharlo.

La barriga es de más de 7 meses y los mareos son más constantes igual que las contracciones.

_ la dejaré vivir, será la madre de mi hijo y mi mujer_ sentenció Stefano mientras se levantó del sofá y se iba a su despacho seguido de James.

Me levanté del suelo y camine hasta el despacho. Stefano y James eran los únicos allí y sus voces retumbaban en el silencio de la casa

_¿Porque?

_¿Porque, que?

_ Porque la dejas vivir, ¿Porque? No la necesitas! _ la voz de James se puso más grave._ tienes a miles de mujeres que podrías tener ! Con solo chasquear los dedos!