Capítulo veintiuno.

6.1K 503 82
                                    

Paramos en un hotel de mala muerte luego de unas cuantas horas de autopista sin descanso.

Nos acercamos al mostrador donde había un desagradable sujeto con su abano, preferí permanecer distante a él, aquel aroma tan sol de lejos me causaba nauseas, me acerqué a la puerta a tomar un poco de aire pero el panorama allí tampoco era alentador. Dos sujetos, uno a cada lado de una pequeña mesa jugaban ajedrez mientras bebían whisky barato. Seguramente no pasaban los cuarenta...

—Hey, tú no eres de por aquí ¿Cierto? —preguntó uno de ellos levantándome la vista hacia mí.

—No, no lo soy —respondí sin ánimo e iba a volver a entrar pero el otro de inmediato se levantó con una sonrisa ladina poco alentadora para mí.

— ¿Y qué hace un joven como tú en un lugar como este? —cuestionó observándome de una extraña forma.

—Solo... Solo estoy de paso —hablé viendo de reojo hacia adentro, rogando que Louis no se demorase pero noté que estaba utilizando el teléfono público.

— ¿Sabes? No es como si hubiese muchas muchachas lindas por aquí —elevó sus cejas en un repugnante gesto y su compañero soltó una leve risa por lo cual los observé frunciendo mi seño sin terminar de comprender lo que querían decir.

—Claro —asintió el otro risueño dejando su asiento—, y déjame decirte que tu cabello y tus buenas piernas pueden confundir a cualquiera acerca de su sexualidad —comentó de una forma desagradable por lo cual abrí los ojos con sorpresa y volví a ver hacia adentro viendo a Louis caminar hacia mí, respiré aliviado ignorando a los desagradable sujetos.

— ¿Sucede algo? —preguntó viéndome primero y luego a los dos tipos con su característica cara de pocos amigos.

—Na...

—Solo estábamos hablando con tu amigo de sus buenas piernas y lo bien que sería jalar esa melena mientras nos damos un buen revolcón —interrumpió el sujeto dejándome sin habla. Observé la cara de Louis y supe cuan mal estaba aquello.

—Hijo de puta, más vale que te retractes de tus sucias palabras o romperé cada hueso de tu asqueroso cuerpo ¿Me has escuchado? —Pude ver la ira en su mirada y posé mi mano en su brazo intentando darle calma por lo cual me miró.

—Vamos Louis, por favor —murmuré sin quitarle los ojos de encima.

—Oh, no estaba tan equivocado después de todo —rió—, si había algo raro en ti —dijo resaltando la palabra raro y apreté el brazo de Louis cinchándolo levemente para irnos de ahí pero de forma brusca se zafó de mi agarre llevando su mano a la parte trasera de su pantalón donde guardaba su arma, la sacó y acercándose violentamente al sujeto apuntó su frente.

—Repite eso —lo desafió— ¡Repítelo! —gritó poniendo su dedo en el gatillo.

—Oye amigo, cálmate —levantó las manos en signo de derrota dando un paso hacia atrás empalideciendo al igual que el otro.

—No soy tu puto amigo imbécil —respondió sin dejar de apuntar y la puerta tras de mí se abrió.

—Vete de aquí maldito loco si no quieres que llame a la policía —soltó el sujeto del habano.

—Claro que me iré de este sucio lugar en cuanto me lleve mi dinero —lo empujó con prepotencia y entré tras de él quien se acercó a la caja y sacó unos cuantos billetes, seguro, más de los que había dejado.

— ¿Estas robando? —pregunté anonadado por la situación pero no respondió, guardó aquello en el bolsillo, tomó mi brazo y aun con arma en mano salimos de allí una vez más bajo la atenta mirada de los tres tipo y alguno que otro que se acercaba a husmear por el alboroto.

— ¿A dónde iremos? Necesito un descanso —dije agotado mientras me arrastraba tras él. Podía sentir que mis párpados pesaban y su estado tampoco era el mejor—. Tú también lo necesitas, no puedes manejar en esas condiciones.

— ¿Qué sugieres? ¿Qué esperemos aquí a que venga la policía y me encierren de por vida por asesinato, robo, venta de drogas y secuestro? —cuestionó irónico al borde de la histeria.

—Mierda Louis ¡No! —Me solté de su agarre—. Tanto como tú solo quiero una solución, pero si sigues mostrando tu arma y amenazando gente en cada lugar donde queramos quedarnos no llegaremos nunca a ningún sitio, de hecho, no sé a dónde mierda piensas ir —bufé y pasé las manos por mi cabello dándole la espalda.

Estaba tan cansado y frustrado que ni siquiera podía pensar en positivo, todo se iría al diablo, nos matarían, tendríamos un accidente o atraparían a Louis, no podía permitir que lo último sucediese, él era estúpidamente impulsivo, y yo, debía mantener la calma pero luego de más de veinticuatro horas sin un buen descanso parecía imposible.

El sol se ocultaba y nos detuvimos lejos de todo tipo de civilización, él mencionó una casa a la cual solía ir de pequeño con su madre y padre cuando aun las cosas parecían ir bien.

Observé a mí alrededor encontrándome con una vieja cabaña. Estaba abandonada, el pasto de afuera necesitaba una podada y algunas de las ventanas tenían sus vidrios rajados.

—Pasaremos la noche aquí ¿Está bien? —Cuestionó a lo que asentí.

Bajamos de la moto y me adelanté a la casa mientras él venía con esta tras de mí.

De una sola patada la puerta se abrió y entonces, entramos. Había polvo por doquier, unos cuantos estornudos después creí que estaba acostumbrándome.

— ¿Crees que puedas sobrevivir la noche aquí? Buscaremos un mejor sitio por la mañana —dibujó una media sonrisa esperanzadora provocando lo mismo en mi.

—Sobreviviré si es contigo —dije algo resignado aunque realmente lo sintiera, ya no tenía por qué ocultarlo, era solo que admitir que estaba enamorado de él era admitir cuan enfermo estaba al sentir tanto amor por la persona que me había secuestrado, maltratado, y todas las demás cosas que Louis había hecho, sin contar que lo había visto robar y no pude hacer nada por impedirlo, de hecho, no siquiera me importaba, ese no era yo.

—Todo irá mejor Harry, lo prometo —negué ante sus palabras.

—Deja de engañarte y engañarme Louis, ambos sabemos que no llegaremos lejos con todo esto —haber dicho esas palabras se sentía aun más doloroso que haberlas pensado—, solo disfrutemos esto mientras podamos —me acerqué a él tomando su rostro entre mis manos—. Te amo Louis.

—Y yo a ti Hazz —pegó su frente a la mía cerrando sus ojos y dejando sus finos labios entreabiertos—, nunca creí llegar tan lejos, al punto de no ver la salida.

—Nos hundiremos juntos Louis, no te dejaré, si no lo hice antes no lo haré ahora ¿Está bien? —Asintió— Deberíamos descansar ¿No crees? —Volvió a asentir abriendo sus bellos ojos azules llenos de oscuridad y dolor, pero aun así, hipnotizantes y hermosos para mí.

Tomó mi mano dirigiéndome a la habitación, donde había una cama matrimonial, y no me importó la suciedad, ni lo mal que se viera, me tiré sobre ella y él tras de mí abrazándome.

—Eres lo mejor que me ha pasado Harry —susurró débilmente, y aunque quise responder, la fuerza no me fue suficiente y caí rendido, profundamente dormido, solo rogando porque al menos en mis sueños, pudiera ver un final feliz.

+++

sepan disculpar si no respondo comentarios, realmente los agradezco pero l@s directioners sabrán lo que está pasando y bueno, estoy pésimo.

Stockholm syndrome {Larry Stylinson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora