El cofre de la reina ||Miraculous Ladybug||

Bien, me rindo.

(Chloe x Adrien)

Cuando las náuseas desaparecieron, Chloe se encontró sobre un muchacho igual de rubio que ella. Ambos tirados sobre el piso de un callejón oscuro que la rubia conocía demasiado bien, aunque usualmente estaba bastante protegido por la Organización.

—¿Qué? ¿Quién? ¿Cómo? — dijo el muchacho claramente confundido.

Chloe se levantó de un salto y observo sus ropas esperando no verse demasiado diferente a la época. No se suponía que cayera de aquella manera ni en ese lugar. Según sus diarios, todo aquel espacio debía de estar vacío aquel día y a aquellas horas. Recordaba claramente haber leído sobre aquel lugar, que siempre se mantenía solitario a excepción de algún viajero del tiempo que siempre se registraba.

Su ropa, sin duda, se veía muy distinta a la de la época, empezando porque Chloe estaba acostumbrada a usar pantalones y no recordaba si Coco Chanel ya los había puesto de moda. Observo al hombre frente a ella y fácilmente pudo ver que no era mucho mayor que ella. A pesar de que la rubia sabía que ir a el tiempo entre las dos guerras mundiales era un error, fue la única fecha que se le pudo ocurrir con tanta premura.

Al fin y al cabo, pocas personas podían pensar con claridad cuando le están disparando.

—Lo siento tanto, señor — se disculpó Chloe fervientemente.

Sus clases de etiqueta parecían bloqueadas en su mente, mezcladas sin mucho sentido. Así que procedió a simplemente sonreír sin mostrar los dientes, ni parecer demasiado complaciente y sumamente respetuosa. Básicamente todas las cosas que ya solía hacer cuando estaba en una misión.

Chloe se levantó, seguida de cerca por el hombre que ahora le observaba atentamente.

—¿Se encuentra bien, señorita? — preguntó el muchacho.

Chloe solo pudo pensar en una canción que había escuchado en algún momento. Aunque tenía muchas cosas más importantes que hacer realmente. En especial porque estaba en algún punto del final de los años 20 sin ningún contacto con quién comunicarse para estar segura. Sin duda no había pensado con detenimiento a cuando iba a escapar.

—Sí, no se preocupe — respondió la rubia.

—¿Esta segura? — cuestionó el hombre.

—Por supuesto — siguió Chloe — solo necesito encontrar mi bolsa.

La voz de la rubia se había ido extinguiendo con su última frase. Con el pánico creciendo dentro de ella, Chloe giro a su alrededor tratando de encontrar el bendito aparato que necesitaba para la viajar. La bolsa donde estaba guardado en esta ocasión era a penas más grande de lo necesario, y de un estilo bastante de los años 90, pequeña y de colores muy brillantes.

Para su suerte, la bolsa no se encontraba más que a un par de metros de distancia. Chloe corrió hacía ella, preocupada de que el pequeño y costoso aparato no se hubiese roto. Sinceramente, no había manera humana de que su sueldo lo cubriera, en la época que fuera. Pero ese no estaba siendo el día de suerte de la rubia, y solo había pasado despierta menos de doce horas.

—Disculpe, señorita — llamó el hombre detrás de ella — ¿necesita ayuda?

—No se preocupe, señor — comentó Chloe — me encuentro excelente, solo un poco aturdida.

—¿Quisiera que le acompañara a algún lugar? — preguntó entonces el hombre.

A Chloe le recordó a alguno de esos tipos pesados que se encontraba usualmente en los bares cuando tenía un día libre.

—No se preocupe, alguien pasará por mí — contestó Chloe.

—¿Alguien de la Organización? — cuestionó el hombre esta vez.