LOS AMIGOS TAMBIÉN DAÑAN

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EL DIARIO DE UNA DEMENTE (Parte lV)

-¡Ya déjenme en paz, ya cállense!- Grité, mientras la botella se estrellaba en la pared, de pronto tocaron a la puerta, vaya momento para visitarme pensé, me levanté del suelo, limpié mis lágrimas, me arreglé un poco el cabello y me dirigí a la puerta.

Oh sorpresa, mi compañera y amiga de trabajo aqui, justo lo que le hace falta a las voces en mi cabeza, una mujer bonita justo aquí, en casa, la invito a pasar, me trae rosas, se acomoda en el sofá y de la nada suelta tremenda bomba, -Dicen que te volviste loca en el supermercado-, -No, no me volví loca en el supermecardo, yo ya estaba loca- respondí, y ella río mientras yo bajé la mirada.

-Anda ven acá pequeña, siéntate y habla conmigo podés confiar en mí, te hará bien desahogarte, somos amigas ¿no?- Me dijo mientras señalaba el lugar situado al lado de ella, me senté, y al estar totalmente vulnerable, empecé a llorar, -no pequeña no llores, dime ¿Qué está pasando?- preguntó en tono de preocupación, así que sin pensarlo mucho le conté de las voces en mi cabeza que siempre me atormentaban.

Ella me veía atónita, y solo dijo -Vas a estar bien, tengo que irme- y salió un tanto apresurada de mi casa, al verla alejarse pensé, no es tan hueca como creí, me escuchó y hasta me abrazó, ella no solo es bonita, también es buena persona, así que con ese ánimo de tener una amiga a la que iba poder contarle mis cosas, me puse a limpiar y preparar todo para regresar al trabajo al día siguiente.

Me levanté muy animada, ignoré totalmente las voces, horneé pastelillos, quería llevarle algo a mi amiga y ahora comfidente y también a los otros compañeros de trabajo, salí apresurada de casa, pero cuando llegué al trabajo algo extraño pasaba, todos me veían y murmuraban entre sí, yo saludaba pero nadie respondía mi saludo.

Me acerco a mi punto de trabajo, y ahí estaba la rubia hermosa de espaldas platicando con otros compañeros y solo alcanzo a escuchar que dice: -Es en serio está loca, dice que hay voces su cabeza- y todos ríen a carcajadas, yo dejo caer el recipiente con pastelillos, ellos voltean a verme, yo empiezo a llorar y salgo corriendo al baño.

Entro al baño y me veo al espejo, y ahí está parada al lado mío una de las sombras dueña de una de las voces en mi cabeza y burlándose de mí me dice: -¿En verdad creíste que una mujer tan bonita sería la amiga de una cosa como vos? Ja, ja, ja ja, ja, ¡Ya cállate! Grito, mientras con coraje limpio mis lágrimas.

Rubia estúpida, te vas a arrepentir digo en mis dentros mientras golpeo el tocador.

Continuará...

- Lissbeth SM.

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