Todo Por Ella.

36

Mis ojos se sienten pesados y aún mi pecho arde.

Es medianoche y aún no he podido dormir. No podía con la culpa de que había intentado acabar con mi vida sólo por una traición.

Casi escucho la voz de Sharon diciéndome "Muchas personas sufren más que tú y no se quejan."

Pero... ¿Porqué le prestaba atención? Ella nunca entendería mi dolor. No soy una exagerada, ni quiero pensar que soy una inmadura.

Nadie puede hablar sobre el dolor de otros cuando nisiquiera pueden sentirse cómo nosotros. Así que le doy una mirada fulminante a Carlos cuando me mira buscando respuestas. Aunque él ya las sabe muy bien.

-No me mires así. Me hace sentir peor.

-¿Así cómo?

-Como si me juzgaras con la mirada. Sé que fui una idiota al hacer eso, pero yo...

-No te estoy juzgando, Jenny. Estoy pensando que en dónde quedó aquella chica que vino la primera vez a mi entrenamiento. Me has dejado sorprendido por todo lo que estás cargando ahora mismo y no... No te has ido. Es muy... Wow.

Enarqué una ceja.

-¿Creías que era una débil? Qué indignada estoy.

Él sacude su cabeza, divertido.

-Sólo que te veías muy inocente, no sé.

¿Inocente? Já, yo tengo de todo menos inocente.

-Ah.

-No puedes dormir, ¿cierto?- asentí. Él me dió una pastilla y buscó agua.- Intenta dormir con esta pastilla. Hace efecto a los segundos.

-¿Te quedarás? - pregunté. No quería quedar de nuevo sola.

-Sí, Jenny. No mereces estar sola de nuevo.

Tomo la pastilla, me recuesto en la cama y miro al techo esperando a que la pastilla haga efecto. Suspiro cuando mis ojos empiezan a sentirse muy pesados y se cierran solos.

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Siento algo frío caer en mi mejilla, hago una mueca mientras me levanto y coloco una mano en mi mejilla. Miro a Noah con una ceja enarcada.

-Hola, tia Jenny.- me sonríe mostrando sus pequeñitos dientes.

Le acaricio el cabello.

-Hola, pequeño. ¿Cómo está Mami?

Él se sienta en la cama y suspira. Mira la puerta cerrada.

-Bien, está arreglando unas maletas... ¿Estabas llorando?

Él me mira con curiosidad.

-No, pequeño. Sólo que cuando bostecé se me salieron algunas lagrimitas. ¿Y porqué tu mamá está arreglando maletas? ¿Te vas?

Él hace puchero y asiente.

-Sí, nos vamos a casa de tio Hallen unos días, creo. Pero Mami dijo que íbamos a pasar navidad aquí y luego nos íbamos.

Levanté mis cejas, con sorpresa. Miré el calendario y mi corazón dio un vuelco cuando ví que era 24 de diciembre... Le prometí a mamá que estaría con ella en noche buena y año nuevo.

No podía, ni quería pasar mis navidades aquí.

-Oh, esta bien, pequeño.

-¿Porque ya no duermes con tío Allek?- pregunta él. Mi corazón da un vuelco y le doy una pequeña sonrisa.