Cuando finalmente aprendí como manejar las alas de mi armadura pude volar y bajar en la entrada al palacio.
Tragué saliva cuando llegue a las puertas de la sala del trono. Era como un niño el primer día de clases.
Me arme de valor y abrí las puertas después de responder la frase
Entonces ingresé a la sala donde 13 figuras me estaban esperando de pie frente al trono.
Los reconocí a todos, eran las creaciones mías y de mis compañeros.
Ellos se hicieron a los lados dejándome el paso libre. Me sentí como Moisés partiendo las aguas o tal vez como un condenado en su camino al infierno con demonios esperando para destrozarme.
Subí y me senté en el trono dorado.
—Mi Gobernante, a su orden las doce alas nos hemos reunido —como si estuviera esperando a ese momento exacto en el que me senté, Celestia habló—, ¡Alas, presenten sus respetos al Gobernante!
—¡Entendido! —respondieron el resto al unísono.
Entonces las presentaciones comenzaron.
—Alicia Bartory, la bruja que renació del fuego, décimo segunda ala, presento mis respetos al Gobernante.
Se presentó una figura infantil mientras se inclinaba, no parecía tener más de 13 años de edad, ella tenía cabello largo de un color azul verdoso con rizos como taladros.
Llevaba ropas lujosas de un color púrpura oscuro, casi negro, con decoraciones de un azul verdoso que parecían brillar. El infantil rostro que verías en una calabaza de halloween estaba dibujando en su pecho. El relieve era tal que parecía tener vida.
Tenía un inmenso sombrero en forma de cono con listones que era incluso más grande que su cabeza. La punta caída de ese sombrero tenía una gema azul con una nariz, una boca y unos ojos tallados con triángulos que desprendían luz.
—Mordred, el que trae la masacre sangrienta, décimo primer ala, presento mis respetos al Gobernante
Un hombre de cabello pelirrojo oscuro de casi dos metros de altura se inclinó cortésmente, solo su flequillo se hizo hacia adelante ya que el resto de su cabello estaba agarrado en una cola de caballo que llegaba hasta debajo cuello.
Sobre su armadura de un blanco puro llevaba un manto morado con bordes de oro que cubría sus amplios hombros y su espalda. En su mano sostenía una inmensa alabarda de un color morado oscuro la cual media cerca de tres metros.
—Tambien décimo primer ala, Elizabeth Bartory, la condesa sangrienta, presento mis respetos al Gobernante.
Le siguió una mujer de largo cabello rubio, aunque a diferencia el perfecto y liso cabello de Celestia el suyo tenía algunos mechones rebeldes aquí y allá, además de que tenía unos ojos color rojo sangre que contrastaban con los ojos grises de Mordred que parecían muertos. Unos grandes aretes de oro colgaban de sus orejas.
Ella llevaba puesto un elegante vestido rojo oscuro que contrastaba con su blanca piel pero que combinaban con el collar de rubí que llevaba puesto.
—Adan, el primer humano, décima ala, presento mis respetos al Gobernante.
Se inclinó otro hombre, este llevaba una armadura dorada de cuerpo completo a excepción del casco el cual había sido retirado intencionalmente para dejar expuestos son hermosos cabellos dorados y sus ojos azules.
Una capa roja ondeaba detrás de él producto de un viento frío que cubría el lugar.
Su voz sonó... Perfecta. Me sentía algo acomplejado al compararla con la mía.
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Overlord - Gobernantes de los cielos
FanfictionEn el día de los cierres de Yggdrasil Jikan, maestro del gremio "༒︎SKY RULERS༒︎" decidió quedarse hasta el mismísimo final de todo. Víendo a lo lejos los fuegos artificiales mientras juraba nunca olvidar los buenos momentos que vivió junto a sus ami...