Cap. 4 - El primo Hunter y la tía Lilith

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Dos semanas después de la terrible noticia que desoló la jovial actitud de la Noceda menor

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Dos semanas después de la terrible noticia que desoló la jovial actitud de la Noceda menor.

El apetito era nulo en ella, se negaba a dormir en su cama, quería hacerlo en la de su madre mientras se aferraba al pequeño peluche de la Buena Bruja Azura que ella le regaló en su cumpleaños de ocho años.

Luz está desolada; Lucía poco o nada puede hacer para animarla, mas que permitirle a Amity que la visite constantemente.

Todo este tiempo, Luz no la ha podido ver. Nadie, de hecho, ha tenido contacto con Eda, ni siquiera Amelia, que cada ciertos días iba a la clínica para firmar uno que otro papel en compañía de Lucía, joven que, a pesar del duro momento, trataba de dar la mejor cara para su hermanita.

En el día número quince, luego de que se la llevaran por emergencias, se despertó cómo cualquier otro.

Luz muy pese a tener el corazón hecho pedazos, alistaba su mochila para la escuela. Amity pasó por ella a la casa, siente que hacerle un poco de compañía por las mañanas levantará un poco su ánimo frente a los exigentes horarios de clase. Lo que Luz no se esperaba ese día, era que su celular timbrara a medio camino hacia la parada de autobuses.

El timbrar provenía de un número desconocido. Luz, extrañada, y pese a la advertencia de Amity que pensaba se trataba de una broma, contestó.

Una voz susurrante, pero sumamente dulce fue lo que captó. Su madre, Edalyn, luego de varios días separadas, por fin tuvo las fuerzas suficientes para hacerle una llamada.

La menor no pudo aguantar las emociones de felicidad y alivio que surgieron una vez escuchó su voz. Amity tuvo que escribirle a Lucía para que se la lleve de regreso a casa. La peliverde cubriría a su amiga por ese día, le entregaría las tareas correspondientes e iría a su casa ni bien sonara el timbre de salida, para comprobar cómo es que algunos gramos de felicidad se impregnaron en la apagada actitud de su Luz.

 La peliverde cubriría a su amiga por ese día, le entregaría las tareas correspondientes e iría a su casa ni bien sonara el timbre de salida, para comprobar cómo es que algunos gramos de felicidad se impregnaron en la apagada actitud de su Luz

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En el día número dieciséis, el par de hermanas de acanelada piel tendrían que hacer una visita, postergada hasta esa fecha puesto no tenían forma de comunicarse con ellos.

Always Together/Siempre Juntas - TOH Donde viven las historias. Descúbrelo ahora