XXI| sin editar

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[A la mierda la dignidad]

maratón 2/2

Fanny

Hice una ensalada para mi y para Sebastian pescado por verduras, apenas estoy mejorando en esto de la cocina. Debimos de ir a algún lugar porque de tanto silencio, solo se escuchan los cuchillos y tenedores resonar en el plato.

Que incómodo es comer así.

Di un sorbo de mi jugo de naranja mirando hacia un costado, no quiero mirarlo a los ojos.

Fanny, no lo mires. No lo mires, solo continúa comiendo

Las palabras que me decía mi mente fueron en vano porque cuando dejé caer el vaso en la mesa de nuevo, mis ojos se fueron a su mirada, el también me veía.

Ahora es más incómodo.

Desvíe mi mirada, tome mi plato y me puse de pie para encaminarme a la cocina y dejar el plato allí.

Se me fue el hambre

Tire mi cuerpo hacia adelante, recostando mis manos en la meseta de la cocina. ¿Por que estoy aquí? Es decir, ¿por qué almuerzo con el? Somos amigos, bueno no, no tan así. El tema es que ya puedo convivir con el pero aún me enoja cuando recuerdo como se fue y ahora está aquí, mis sentimientos están pero también están los que sufren por su abandono, el odio no está. Es que, nunca lo he odiado, es más bien un rencor difícil de explicar. Lo mejor es irme, ya conviví bastante con el por hoy, debo ir paso a paso, no sentarme en una mesa y comer como si todo estuviese bien, menos besarlo como hoy, o anoche.

¿Donde queda mi dignidad?

Es hora de irme.

Salí de la cocina y me lo encontré de pie al lado de la mesa, al parecer ya iba a venir hacia donde mi.

El no dijo nada, yo tampoco. Solo nos miramos por unos segundos esperando alguna palabra, yo quiero hablar, quiero quejarme, reprochar que me haya dicho «amor», besarlo sin detenernos, luego llorar, quiero todo eso. Pero todo eso se queda dentro mío

Como no hubo interpelaciones, no espere más y me acerqué al sofá con prisa pasando por su lado. Tome mi bolso. Estaba dispuesta a irme, no se si es este departamento el que me provoca todo estos sentimientos, si es eso, lo mejor es irme.

—Lu — Cuando iba a girar la manija de la puerta, habló. Entrecerré mis ojos y mordí mis labios para aguantarme las ganas de responder —No quiero que te vayas, quédate al menos un rato mas...— Si me quedo, solo terminaremos cogiendo, no hablaremos. Hablaran nuestros cuerpos por nosotros pero no serán palabras reales y yo no estoy lista para sentirlo de nuevo, la dignidad, los recuerdos del daño que el me causó, no me lo permiten.

El timbre sonó.

No tuve que responder, porque ese sonido me salvó. Tampoco lo haría, sabía lo que pasaría si me quedaba.

Voltee a verlo esperando respuestas, pero no dijo nada.

¿Y si es Martina? Dudo mucho, no sabe dónde está el departamento. ¿Pablo? Es el único que sabe donde queda el depa, de seguro viene a joder de nuevo. Debo ponerle un detente, ya está jodiendo mucho en mi vida.

Gire la manija de la puerta, iba a directo a confrontarlo, pero que sorpresa me lleve.

—¡Fanny! — Se tiro hacia mi y con sus manitas cubrió mi cintura. —¡Te extrañe mucho!

Fue como un soplo de aire ver a Milly y a Adelaida frente a mi. Pero solo me quede inmóvil con una pequeña sonrisa

—Hola linda— Como no dije nada, la madre de Sebastian se acercó hacia mi y me cubrió con sus suaves manos, junto con Milly. —Que bonito verte, hija.

I am no longer unfaithfully yours| Ya no soy infielmente tuya| (Yatralu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora