Almas Gemelas

56 11 0
                                    

Summary: Ya fuera en esta vida o en otra siempre te encontraras con tu alma gemela, sin importar como sea lo harás y cuando eso pase, sentirás como tu mundo era tan vacío antes de volverla a encontrar.

[...]

Kagome siempre había tenido un talento innato para la medicina y química, de hecho, en su preparatoria había ganado varios concursos referentes a biología y química, eso sin contar con sus deseos enormes de ayudar a las personas, por ello, desde muy pequeña se había prometido a ser una buena doctora y ayudar a las personas en todo lo posible que estuviera en sus manos.

Ahora se encontraba ahí, en frente de su universidad y donde comenzaría su camino, su amiga Sango la había dejado ahí ya que esta debía llevar a otra de sus amigas a una audición de música.

La pequeña Rin, una sinfonía andante.

La amada Sango, un arma letal.

Y por último ella.

La cálida Kagome, una sacerdotisa especial.

Rio ante sus comentarios, era extraño como había congeniado con personas que nunca había visto en su vida y que, con poco tiempo de haberse conocido, se habían hecho muy unidas.

Pero bueno, esa extrañeza la sentía desde temprano, como si algo fuerte llegara a pasar hoy, quizás se debía a los nervios o tal vez se debía a que comió al apuro.

—Bien Kagome —se dijo para si misma—, hoy inicias tu camino hacia ayudara a las personas ¡Tu puedes!

Y con aquel reconfortante animo la joven emprendió camino hacia el edificio donde le tocaba.

Y si, había comenzado su camino para ayudar a las personas, comenzaba su camino a dar paz en seres que habían perdido toda esperanza.

[...]

Inuyasha se estaba hartando de esa reunión, esto era culpa de su viejo, el señor se había quedado a cargo de la empresa mientras los había mandado a su odioso hermano y a él a estas sesiones caritativas.

Su padre era dueño de uno de los conglomerados de Japón mas exitoso hasta la fecha y una de las cosas que había llevado hasta ese puesto había sido sus inversiones en varios ámbitos de la sociedad tales como medicina, tecnología; área en la que su empresa funcionaba; educación, política, deportes, entre otras que le daba pereza recordar.

Era por ello, él tanto como su detestable hermano debía asistir a estas sesiones, y hoy les tocaba las inversiones en el ámbito de la educación y medicina.

—Entonces —comentó uno de los directores que estaba en aquella reunión—, gracias nuevamente por el apoyo brindado señor Taisho, en un orgullo y gratitud el que expresamos hacia ustedes.

—Es la voluntad de mi padre —comentó Inuyasha—, y sé que esta ayuda no será en vano.

El semblante serio, casi hasta sombrío del hombre, dejo en claro que cada inversión que así su padre era pensando en el futuro de la familia y sobre todo, tiendo lo mejor para sus seres queridos.

Unos cuantos detalles más y aquella reunión acabo, de hecho, iban a comenzar a hacer una revisión de mobiliarios de para cada departamento de la universidad.

Pero Inuyasha no podía más, a parte de que estaba cansado de escucharlo hablar, estaba agotado por su falta de sueño, hace varios días había comenzado a tener pesadillas que no le permitían dormir, además de que hoy sentía un extraño sentimiento en el pecho, era más fuerte que los anteriores días pero aún no entendía el por qué.

El estar entretenido en sus pensamientos lo llevo a caminar hasta otra ala del edificio en donde fue arrollado por un cuerpo que cayo encima de él, si de por si estaba fastidiado esto había hecho que su poca paciencia se fuera, estaba a punto de gritarle a la persona que estaba encima de él cuando lo sintió.

Anécdotas de un Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora