Pelea y Disculpa

54 15 0
                                    

Summary: Se había pasado y lo sabia, ahora le tocaba cumplir con lo que Kagome pedía.

[...]

Kagome estaba furiosa y el aura negra que la rodeaba hacia que las personas la vieran asustados, de hecho, nadie se atrevía hablarle, incluso el chófer que la esperaba en el subterráneo de aquel edificio al cual dejaría abandonando a la primera que tuviese oportunidad.

Pero como hacerlo si ella se había matado tratando de entrar a ese trabajo y ahora le daban ganas de botar eso por la borda con tal de tener paz mental.

—Mi ira es mía, no soy de mi ira —susurró mientras entraba a su departamento.

Dejo las llaves en el buró y se quitó las zapatillas de tacón que llevaba y desabotonó su abrigo.

Camino de manera lenta hacia su habitación y colocó su bolso en el pequeño sillón, tomó su bata y agarró su pijama y ropa íntima favorita, la pijama para estar cómoda mientras dormía y la ropa intima para sentirse poderosa y tranquila.

Ese era un pequeño secreto que tenían las mujeres, el estar con una ropa intima que nos gustara, fuera cómoda y como plus fuera sensual animaba cualquier día.

Y entró a su baño a preparar su tina y darse un baño digno de un viernes de noche. No había anda mejor que la calmara que un buen baño que le bajara el colerín y unos chocolates que se comería después.

El baño fue una exquisitez para la joven de cabellera azabache y portadora de ojos chocolate tanto que estuvo quince minutos más de lo habitual y en su mente se había relajado ante lo que había pasado en la empresa para la cual trabajaba.

—Inuyasha es un grandísimo idiota —refutó la joven mientras terminaba de secar su cabello y se colocaba su vestido de pijama.

Sabia que mezclar las relaciones de trabajo con las laborales eran mala idea, pero el apoyarla y defenderla de tal grosería que recibió no le costaba nada, no solo por el hecho de ser su novia, si no también por el hecho de que su trabajo estaba bien y hasta en señor Inu no Taisho lo alabó al ser el primero a quien se le mostró.

Pero no, este prefirió callarse y decir que lo dejara pasar el desaire y maltrato que le dio a su presentación por que según él, ella al estar encargada del proyecto "debía tener en mente los gustos del cliente".

Kagome caminó un poco más y abrió el refrigerador encontrándose con una caja de alfajores de chocolate que al esperaban para subirle el ánimo.

Kagome se fue a la sala y comenzó a comerlo mientras veía una película que le hacía reír y así olvidaba su mal rato "Niñera a prueba de balas"

Todo estuvo tranquilo hasta que la joven escucho como la puerta se abría y cerraba, era el idiota que tenia como novio, lo amaba pero cuando era un cretino ella se encargaba de decírselo.

Por otra parte, Inuyasha no sabia si llegar a la sala o no, si, no iba a negar que por el estrés y cansancio había dejado que trataran mal a su novia, aunque después de que esta se fuera se encargo de darle un escarmiento a la joven Sakasagami por ser una atrevida y no valorar un trabajo que hasta su padre había visto.

Encontrar a otra graduada de diseñadora de publicidad seria fácil, el problema seria para elegir a la mas apta o a la menos torpe y no quería correr con ello.

En sus manos llevaba frutillas y algo de paste que amaba su esposa, sabia que eso no lo perdonaría peor al menos ayudaría a que esta le permitiera dormir en la misma cama y no en la sala.

—Ya estoy de vuelta.

—Bienvenido, en la refri hay lasaña de ayer, calienta si tienes hambre.

Anécdotas de un Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora