Mirar el atardecer

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Summary: Kagome se comportaba extraña últimamente, de hecho, ella pasaba la mayor parte de la tarde fuera e Inuyasha iba a descubrirlo.

[...]

Inuyasha comenzaba a preocuparse por las cosas que había visto, primero fue las constantes perdidas en la mente que presentaba la joven, lo cual no le sorprendió contando con que Kagome solía estar así desde que había superado a la anciana Kaede.

—Kagome —llamo el joven albino mientras ponía una mano enfrente de su esposa.

— ¡¿Eh?! —dijo esta mientras lo miraba desorientada y el la observaba extrañado—, perdóname Inuyasha —dijo esta con una sonrisa mientras tomaba la badea en la que llevaba varias hierbas y frutos—, estaba pensando en los nuevos conocimientos que tengo.

— ¿Segura Kagome? —preguntó el despacio.

Kagome le acaricio la mejilla y él se calmó, esa era una de las maneras en la que su amada esposa calmaba las preocupaciones de sus preocupaciones.

—Si Inu —alegó ella tomando la mano del muchacho—, vamos a casa.

Luego fueron sus constantes sueños que le daba a la joven, lo cual preocupo al muchacho ya que en ocasiones su esposa se quedaba dormida en medio del camino, de no ser por Kohaku o Rin el ni enterado estaba de que su mujer se quedaba dormida.

— ¡¿En que estabas pensando mujer?! —comentó este molesto y preocupado—, pudo pasarte algo Kagome.

—... —Kagome no le dijo nada, no podía hacerlo, ella había sido descuidada y lo aceptaba.

—Por suerte Rin venia de camino, mujer no vuelvas hacer algo así —dijo este mientras tomaba las mano de la joven—, no vuelvas a hacerlo por favor.

Kagome miro con dulzura a su esposo.

—Lo prometo Inu.

Después de aquel incidente le siguió los constantes cambios de humor a la muchacha, podía estar feliz y triste a la vez y él se armaba de toda la paciencia habida y por haber para no reaccionar mal, sin embargo, en ocasiones le daba risa esos cambios, claro que esa risa lo llevaba a recibir un abajo por parte de la azabache.

Y así fue por un tiempo, hasta paso cosas muy raras con la joven que era su esposa.

Siendo la primera la perdida de apetito por la joven azabache siendo algo calmado por los comentarios de esta diciendo que se sentía algo cansada pero aun así no lo dejo tranquilo y fue peor cuando la joven comenzaba a portarse algo extraña siendo este el de volver casi a la entrada de la noche a casa.

Cosa que preocupaba al muchacho.

¿Qué le aposaba a Kagome?

Hoy el albino se había desocupado temprano por lo que fue a buscar su mujer pero esta no llegaba aun a casa y fue así buscarla sin éxito alguno sorprendiéndose en el camino ante los murmullos de las niñas de Miroku y la joven Rin

—Puede que este cansada niña Kagome-san necesita descansar niñas.

—Pero nosotras queríamos jugar con ella, desde que tu te fuiste con el perrito gruñón no juegas con nosotros y en ocasiones casi ni vienes —mencionaron esas pequeñas haciendo enrojecer a Rin y poner incomodó al joven hanyo.

Era cierto, esta era una semana en la que Rin se quedaría con la anciana Kaede y por ello se la podía ver sin que estuviera cerca el bestia de Sesshomaru.

—Kagome-san debe descasar pequeñas, más ahora por su condición —explicó esta mientras guiñaba un ojo.

Inuyasha quedó quieto, no sabia como tomar esas palabras ya que le parecía raro que al misma Rin supiera mas cosas que el sobre su esposa.

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