Solo se le reinicio el windows a mi marido cuando creyó que estaba tiesa.

Capitulo 1.2

El hombre negó con la cabeza de manera arrogante. Y sus ojos escudriñaron agudamente a Sebelia. Pronto salió una voz retorcida.

—Al igual que la última vez, no se salga de su camino al hablar. 

Ante la familiar advertencia, Sebelia sonrió como una neblina de agua. Y no era una sonrisa de abandono y resignación como siempre, era una sonrisa puramente divertida sobre esta situación.

Al ver esto, los ojos de Dehart se abrieron por un instante y luego se entrecerraron. Había una luz desconocida en sus ojos.

"¿Qué?"    

Una sensación de incongruencia le recorrió la nuca. Sebelia era la habitual para aguantar hasta el final a pesar de que se avergonzó cuando la apartó.

Pero hoy fue un poco diferente. Con una sutil sonrisa, ella lo miraba con una actitud que se sentía distante.

Dehart borró su expresión y volvió la cabeza. Una incomodidad inexplicable recorrió su cuerpo. No, puede que haya sido algo más que un disgusto.

Pero por un tiempo.

Dehart, como siempre, la hirió con palabras y hechos espinosos.

—¿Estás aquí de nuevo para buscar información mía para tu familia? Bueno, si no, no hay razón para que salgas a buscarme.

Su expresión seguía siendo indiferente, pero las palabras que salían de su boca eran frías y heladas.

"Si hubiera sido en el pasado, habría rezado con todas mis fuerzas para que no fuera así."

Y al final no me creerá.

Estas cosas se repitieron innumerables veces.

Sebelia se tragó un suspiro de cansancio. Afortunadamente, mi corazón estaba ahora tan duro que no podía derramar una sola gota de sangre.

Sí, probablemente por eso me estoy muriendo.

Sebelia, que recuperó el sentido en ese momento, sacó a relucir el punto principal.

—En realidad, vine a preguntar si podía irme con un solo día de retraso.

—Es absurdo. ¿Es así como llamas una platica?      

Dehart inmediatamente sonrió como si fuera ridículo.

—Supongo que debería haber llegado tarde esta vez para que tu padre se beneficiara.

Acarició el montón de rosas de la mesa con indiferencia y escupió esas palabras. Los tallos espinosos le rasparon los dedos con fuerza.

—No quise decirlo de esa manera.

En el pasado, fácilmente me habría rendido y me habría ido en este punto. En lugar de eso, Sebelia dio un paso más hacia él con un rostro tranquilo.

—Mañana es nuestro aniversario de bodas.

—......

—No debí haberlo recordado, lo se, pero no quiero culpar. Solo quiero que estés conmigo esta vez. Lo que quiero decirte ....... 

Dehart cortó sin piedad las siguientes palabras de Sebelia.

—¿Es la boda un día memorable?

Su expresión se volvió fría.

—... ...

—Oh, debe haber sido para ti. okey... .... 

Una luz como un rayo brilló en los ojos de Dehart. La sangre goteaba a través del ramo de rosas que agarró.