Capítulo 7

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Una vez el pelicastaño terminara su pequeña intervención musical, y recibiera su respectiva alabanza por parte de su novio, procedieron a cenar el delicioso platillo que seguía descansando en la mesa.

-Bebé...tu sabes que cuando quieras abrir tu propio restaurante solo tienes que avisarme, ¿de acuerdo?- suelta seguro, antes de darle un nuevo bocado a sus pastas.

-¡C-claro que no!, tener un local es algo muy serio, a penas sé hacer batidos y desayunos sencillos, éste plato lo aprendí de rapidez la semana pasada.

-¡Hey!, ¡también preparas almuerzos!, y esto te quedó fantástico, pareciera que ya lo hubieras preparado muchísimas veces.

-Nunca has probado lo que preparo a medio día- le recrimina con un pequeño puchero.

-Gatito, eso es porque solo lo puedes hacer cuando lamentablemente no estoy aquí, si no trabajando.

-Aún así no puedes dar un juicio sin haberla probado, mañana yo haré el almuerzo- le informa con determinación, pero rápidamente se encoje un poco al recordar un pequeño inconveniente -Oh, pero...¿mañana estarás a esa hora?- pregunta suavemente antes de volver a comer.

-Sip, de hecho, mi mánager me dejó libre todo el día- le cuenta sonriente mientras ve la tierna emoción del menor -Pero yo cocinaré, así que ni pienses moverte de la cama, te quedarás ahí todo el tiempo, yo me encargaré de hacer desayuno, almuerzo y cena, y como el buen novio que soy, te lo llevaré a la habitación en ese linda mesita negra que compré por internet- informa con gran seguridad.

-Por supuesto que no, es tú día libre, debes de descansar, yo me haré cargo de eso- contraataca con la misma actitud del mayor.

-No- logra soltar con la boca llena, intentando pasar rápidamente ese último bocado de pastas -Hace varias semanas que no tenemos tanto tiempo juntos, y no quiero despegarme ni un momento de tu lado, solo haré la excepción para alimentarte y mantenerte saludable.

-He dicho que no, tu siempre me estás dando muchas cosas, estos días son los que debo de aprovechar para devolverte todo lo lindo que haces por mí- vuelve a decir un poco molesto, metiendo fuertemente el tenedor con pasta a su boca, lastimando sin querer una de sus mejillas internas.

-¡Bebé!- suelta en casi un grito asustado, tras escuchar un pequeño quejido lastimero del pelicastaño que está frente a él -¿Estás bien?, ¿te hiciste daño?- pregunta preocupado al mismo tiempo en que se le acerca.

-S-sí, sí, no pasó nada- cuenta un poco entrecortado antes de pasar con cuidado el último bocado de comida que seguía en su boca.

-Muestra, déjame ver, abre- le pide con mirada angustiada, él ya se ha mordido varias veces mientras come, y sabe lo mucho que duele, hay veces en las que incluso le ha salido sangre, y no quiere que eso le pase a su bello novio.

-No es para tanto, tranquilo, estoy bien- explica apenado intentando tapar su labios, pero el mayor lo detiene.

-Eso mismo me dijiste la vez que te resbalaste en la ducha, ¡y terminaste con un morado en tu culito!- le reclama sin vergüenza alguna, sonrojando por completo las mejillas del pálido -Vamos, abre- insiste de nuevo, esta vez dando un pequeño apretón en la quijada, haciendo que el otro chico se rinda y le haga caso -Mmmm...parece que esta vez sí tiene razón, no veo heridas- informa cual odontólogo a su paciente.

Unos balbuceos que parece el idioma de algún ser interestelar, se hace presente. Es Yoongi tratando de quejarse, pero fallando en el intento porque no logra vocalizar bien al tener la boca completamente abierta y sostenida por el otro.

-Te entendí- suelta tranquilo aún revisando detalladamente la perfecta dentadura de su novio.

Nuevos sonidos de quejidos se escuchan en el comedor, pero Jungkook los ignora por completo porque se deja hipnotizar por completo de la rosadita lengua que se mueve molesta de un lado a otro.

-Joder bebé, ahora quiero que me des una mamada- piensa en voz alta distraído en su mente, pero reacciona una vez ve el fuerte color rojo que ha tomado el rostro del menor.

Rápidamente tapa sus propios labios, dejando finalmente libre la otra boca, que también se cubre tras unos pálidos dedos.

-Mierda, lo siento Yoonie, no fue mi intención, simplemente s-salió sin querer, lo estaba pensando, d-digo no, no lo estaba pensando...bueno sí, pero no, o sea, fue solo un deseo fugaz, c-como cuando ves un rico pastel y te dan ganas de comerlo, pero realmente ya estás lleno, no lo necesitas, ¡PERO N-NO ESTOY DICIENDO QUE NO TE NECESITO!, j-jamás estaré lleno de ti, digo, ¡no estoy siendo desconsiderado!, ya me has dado muchas c-cosas, lo que dije fue una manera de hablar, yo nunca quise decir que...¡AAAHG!- suelta en un gruñido molesto. Detesta las veces en que su cerebro simplemente se desconecta de su boca y le hace quedar como un completo tonto.

-E-esta bien- es lo único que dice en un susurro un muy sonrojado Yoongi

-¿M-me entiendes, cierto?, yo te amo, no quise decir que no fueras suficiente, es solo que a veces me dan estos estúpidos nervios y...- se pausa a si mismo al darse cuenta que nuevamente iba a comenzar a divagar -L-lo que quiero decir es que olvides lo que dije, m-mi sucia mente me jugó un mala pasada, l-lamento si te hice sentir incómodo- se disculpa muy apenado al mismo tiempo en que un viejo recuerdo que siempre tiene presente, se repite vívidamente una y otra vez en su mente.



-Carajo- suelta rápidamente después de despegar por unos segundos su desesperada boca de la otra -Jamás me cansaré de esto- le hace saber antes de retomar su anterior acción, solo que esta vez es aún mucho más demandante.

Un entrecortado balbuceo se escucha por toda la grisácea habitación.

-¿Qué pasa bebé?, ¿te lastimé?- pregunta de repente preocupado, terminando automáticamente con ese desesperado beso.

-N-no, estoy bien- alcanza a decir entrecortado, aprovechando el espacio para tomar una gran bocanada de aire, sentía que se estaba asfixiando.

-Yoonie, sabes que si te parece demasiado brusco me tienes que avisar, ¿de acuerdo?- le mira ahora con sus ojos abandonando un poco ese brillo de lujuria que siempre posee en la intimidad.

-Sí- responde suavemente, ruborizándose un poco más de lo que ya estaba -P-puedes continuar.

-¿Estás seguro?, creo que me pasé un poco, tus labios están muy hinchados y rojos- dice sin abandonar ese tono de preocupación.

-S-sí- vuelve a decir, ahora sintiendo a la perfección, la calentura de sus orejas.

-De acuerdo, ya que insistes y...tu boquita se ve tan linda- comienza a decir, retomando su actitud arrasadora -¿Por qué no me das una mamada?- pregunta con una sonrisa de medio lado, al mismo tiempo en que comienza a acomodarse en una posición más cómoda, recostando su espalda en una de las tantas almohadas que hay en contra de la cabecera de su cama.

Pero el menor no ha movido ni un sólo músculo de su pálido cuerpo.

-¿Bebé?- le llama al ver como parece que su bello novio se ha perdido entre sus propios pensamientos -¿Ya estás cansado?- pregunta acercándose nuevamente a él.

-No, n-no es eso- dice con un fuerte nudo en la garganta.

-¿Qué pasa?, ¿ocurre algo?, de repente...- la voz entrecortada de Yoongi le interrumpe bajito.

-No...me g-gusta dar mamadas.






☆Hola, soy H, espero que hayas disfrutado leer este capítulo tanto como yo lo hice mientras lo escribía, te agradezco que me des una linda estrellita, lo compartas con tus amiguis y me sigas en este y los muchos otros proyectos que tengo planeado hacer☆


PD: Yoongi es una masita, y Jungkook es el amable panadero del pueblito que hace todo con cariño  ('。• ω •。')

Mil formas de amarte - KookgiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora