Capítulo X

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*Historia creada/escrita por Chispasrojas [Beatriz Ruiz Sánchez]. Si quieres apoyar a la autora, puedes encontrar contenido exclusivo y el libro completo en Patreon.com/chispasrojas.


Capítulo X. Cordialidad al uso

Es verdad que Taehyung había hecho trampa; pero era el mejor duelista al que se había enfrentado desde que practicaba con la espada, y Jungkook pensaba que, si hubiera sido un poco más insistente y disciplinado, podría haberle terminado derrotando de una forma justa. O no.

A Taehyung sólo le faltaba un poco de seriedad. Igual que a él mismo, una capa o dos más de paciencia, y la piel bastante menos fina.

—Voy a subir por la chaqueta, está refrescando —Darien le dejó a solas frente a la posada, sentando en el saliente de piedra de la posada.

Un carro de mercancías tirado por dos caballos pasaba por la calle, el sol se había puesto hacía más de una hora y la noche abrazaba a Azmar irremediablemente. Algunas luces regalaban una escasa luz dorada a las calles, desde el interior de las tabernas y casas.

Jungkook se masajeaba la sien con el dedo índice y corazón, el pulgar hundiéndose en su mejilla, maldiciéndose mentalmente. En lo que Darien regresaba, encontró bajo los párpados cerrados que, efectivamente, se había pasado de la raya con Taehyung.

El corazón aún le latía rítmicamente y ya había transcurrido un buen rato desde que anocheció, así como desde el combate y la discusión. ¿Por qué había sido tan duro con sus palabras? Hubo unas décimas de segundo en las que, al lanzarle la manzana, deseó darle como a un tonto en la cabeza.

Luego se dio cuenta de que estaba irritado por una tontería. Y ahora, estaba seguro de que aquella discusión crearía una brecha en su relación. Una brecha insalvable.

El muy asno de Darien debía estar entreteniéndose con algo, porque Jungkook estaba teniendo tiempo para compadecerse de sí mismo y preocuparse por qué sucedería con Taehyung, cuando inesperadamente apareció. Al principio pensó que sólo iba a entrar en la posada, pero lo cierto era que sus pasos se detuvieron frente a él, y, como si volviera a desafiarle, mordió la manzana sonoramente, y después la masticó.

A Jungkook le tembló un párpado mientras le observaba. Si quería lanzarle la manzana mordida a la cabeza, con gusto se decidía a pararla.

No obstante, Taehyung tragó el bocado, mientras Jungkook admiraba el cabello oscuro bajo la tiara élfica, la punta de las orejas asomándose, y la capa colgada de un hombro, mientras del otro pendía el arco y la vaina de la espada.

—¿Queréis un bocado? —Taehyung le ofreció el corazón de la manzana.

—Uhmn. Ya probaré otra.

—Lo dudo, puesto que las dejasteis abandonadas en aquella bolsa, justo después de patearla con el humor más terrible que jamás había presenciado.

Jungkook tragó saliva, sintiéndose ridículo. Su carácter había quedado al descubierto, y sí, tenía más humos que un toro bravo. Así que, cuando el ojiverde dio unos pasos más y tomó asiento a su lado, Jungkook se sintió invadido por la cercanía física de su hombro contra el propio.

El Elfo volvió a ofrecerle la manzana mordida por sus dientes y Jungkook negó con la cabeza asiduamente.

—N-no me apetece. Cenaré en un momento —sostuvo algo abochornado.

Entonces, Taehyung se deshizo de la pieza lanzándola por encima de su propio hombro. Y luego se inclinó a su lado, escudriñando su perfil. En esos segundos de silencio, Jungkook le miró de soslayo en una ocasión, y empezó a pensar que iba a darle un puñetazo, o peor, a desearle su peor suerte mientras sus caminos se separaban.

Dynasty I: Viajeros del Alba ⋆ Kookv [Chispasrojas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora