Capitulo 6

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-Ahora es el momento en el que haces de la mano.

Me dijo mi primo, mientras observaba como Hiipo nos saludaba. Comencé a saludarle con la mano mientras caminábamos a él. Rayos. Pon mi mente recorrían las palabras de la señora, "Actúa como una diva" ¿Cómo actúa una diva? Luego pensé en lo de Lisa, "Todo es un arrebato" Pues ese arrebato, me estaba volviendo loca. Al fin tenía que llegar a donde estaban, él y el Taxista, por un momento se me cruzó la idea de salir corriendo, y quedar como una ridícula.

- ¡Hola! Asesina.

Yo le extendí la mano, para saludarlo, pero él se acercó para besar mi mejilla, lo que nos puso en una situación incómoda.

-Perdón. -Dijimos al unísono. Yo cambié mi posición para darle un beso en la mejilla, pero él cambio la suya para darme la mano, lo que nos puso en otra situación incómoda. Me alejé y solo le dije "Hola" moviendo la mano como BayMax. Él solo se rió y me respondió con un hola igual, pero sin el gesto.

- ¿Eso está grabando? -Dijo Hiipo mirando a mi primo.

-Sí, pero yo luego edito y quito esta parte. Matías baja la cámara ¿sí? -Dije tapando el lente de la cámara y quitándosela. Entramos todos al taxi, mientras que el taxista acomodaba mis maletas en el maletero.

-Entonces, ¿desde cuándo están juntos? -Dijo Hiipo, con un tono un poco, incómodo. ¿Por qué lo diría? Antes de que yo pudiera dar una respuesta, Matías, se adelantó a mí.

-No somos novios, es mi prima, la más fea. -Fulminé con la mirada a Matías, quien solo tenía una risa burlona en su cara.

-Él es Matías, mi primo, por desgracia. No salió a mi tía, ni a su padre. Explica que es adoptado. -Hiipo, solo rió al notar nuestra especie de "pelea", el taxista arrancó el carro, prendió la radio en donde estaban pasando canciones antiguas. El silencio nos invadió. ¿La había liado? Ahora qué le debía decir. Definitivamente estaba congelada, aunque luego de tantas reacciones, o no se me notaba, o mi cuerpo se había acostumbrado ello. Matías le explicó al taxista, por dónde era su casa. La radio, la voz de Matías y la del taxista, eran las únicas cosas que hacían sonidos, mis manos comenzaron a sudar, cada cuanto veía a Hiipo de reojo. Dios, no era tan guapo desde los mensajes, ahora se veía mucho mejor. Es decir, ahora lo dice él y se mueve.

Llegamos a la casa de mi primo, y yo no había hablado nada con Hiipo, e igualmente, él no había pronunciado ninguna palabra para mí. Bajé del taxi un poco decepcionada de mi propia actitud.

-Adiós. -dijo Hiipo mientras yo salía del auto. -Ahora entiendo, que Lisa te diga patucha. -Río con lo que yo supuse que sería un tono nervioso. Lo acompañe con la risa un rato.

-Adiós, fue un gusto conocerte, y creo que con lo alto que eres todo el mundo te parece bajo. -Me estaba calmando un poco más, conocerlo no era tan malo como creía que sería.

-Bueno, desde tu punto de vista todo debe ser alto. -Rió nuevamente, tenía una risa tan linda. - Ten una linda madrugada. -En esos momentos, volvió a mí, ese hormigueo conocido como mariposas. ¿Por qué debía tener el estómago 100 millones de neuronas?

-Gra- Gracias. -Comencé a balbucear. - Tenla tú también. -Entonces fue cuando sentí como mis mejillas se volvían completamente rojas, y por mejillas me refiero a básicamente todo el rostro. Mientras conversábamos mi primo estaba bajando mis maletas del maletero. Cuando por fin terminó de bajarlas el taxista, estuvo dispuesto a irse pero, algo me decía que no debía dejarlo ir. Algo llamado, valores. Decidí pagar el viaje que habíamos hecho, en parte era lo justo.

- ¿cuánto fue del aéreo puerto a aquí? -pregunté mientras sacaba mi billetera.

-Pues fueron... -el taxista estuvo dispuesto a decir el valor, pero fue interrumpido por Hiipo

Let me be your heroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora